El flamenco enano: sobrevivir al agua que lo petrifica todo

Las dos únicas parejas residentes en Europa están en las marismas del Odiel, el principal humedal para la reproducción de aves acuáticas de Andalucía.
El flamenco enano: sobrevivir al agua que lo petrifica todo
Foto: ilustración de Atxe.

En la frontera entre Kenia y Tanzania hay un lago salado de aguas rojas que surgen de las profundidades de la Tierra. El Natron es, también, un lago tan alcalino, con un pH superior a 12 (el del agua del mar suele estar entre 6,5 y 8,5, y el del amoniaco es de 11,2), que todo organismo que muere en él acaba calcificándose y convirtiéndose en piedra. Y, por si fuera poco, sus aguas están habitualmente por encima de los 40 °C. Es allí, a 600 metros de altitud en pleno valle del Rift, donde el flamenco enano ha construido su último gran refugio.

Todo en el flamenco enano (Phoeniconaias minor) parece llevar a confusión. Aunque se le conoce como el primo raro del flamenco común, en realidad es probable que sea la especie de flamenco más numerosa (su población mundial se estima en 2 millones de ejemplares). Su plumaje también es parecido al de su pariente famoso: pardo grisáceo en los ejemplares jóvenes y rosa y blanco en los adultos. Ni siquiera es visiblemente más pequeño, ya que a pesar de su apodo el flamenco enano es también un ave alta y esbelta, con patas y cuello muy largos. La mayor diferencia con el resto de especies de flamenco está en su pico curvado hacia abajo, que tiene un color muy oscuro.

La rareza del flamenco enano tiene, en realidad, más que ver con el observador (occidental en este caso) que con el ave en sí misma. Esta especie de flamenco concentra su población en algunos puntos del este y del sur de África y en la zona fronteriza entre India y Pakistán, siempre alrededor de marismas y lagos salinos. En Europa es una especie prácticamente inexistente y solo se ha registrado su presencia en algunos puntos de la península Ibérica. De hecho, las dos únicas parejas residentes del continente están en las marismas del Odiel, el principal humedal para la reproducción de aves acuáticas de Andalucía (allí se citaron, en 2023, 5.561 parejas reproductoras de 24 especies distintas, bastantes más que en Doñana).

Al igual que el resto de especies de su familia, el flamenco enano pone un solo huevo de color blanco en un montículo que construye con barro y que incuba entre 28 y 31 días de media. Una vez abandonado el cascarón, los polluelos forman grandes grupos, conocidos como guarderías, que son vigilados y guiados por unas pocas aves adultas. En algunos casos, estos grupos superan las 100.000 crías. Los pequeños son de color pardo grisáceo, pero poco a poco adquieren el tono rosado característico que les da su alimentación, basada, principalmente, en Spirulina, una clase de cianobacteria que solo crece en aguas muy alcalinas, como las del lago Natron.

Es en esa conexión con las cianobacterias y los lagos alcalinos donde está también la debilidad de esta especie. Las poblaciones de flamenco enano todavía se mantienen en números saludables, pero no han dejado de caer en los últimos años. Los patrones cambiantes de lluvias y la construcción de presas está reduciendo la salinidad de estos cuerpos de agua (y con ella se esfuma también la Spirulina). Y los proyectos industriales de extracción de sosa y otros minerales están contaminando sus lugares de cría, poniendo en riesgo su futuro. Aunque sea el ave que sobrevive al lago que lo convierte todo en piedra.

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