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Rob Edwards (The Ferret) // Más de un centenar de ejecutivos vinculados a industrias acusadas de dañar el clima fueron autorizados a participar en negociaciones internacionales vitales para combatir el cambio climático, según revela The Ferret.
Shell, Chevron, compañías petroleras del Medio Oriente, otras firmas de combustibles fósiles, comerciantes de carbono, agroindustrias y multinacionales químicas se registraron para unirse a las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas (ONU) en mayo y junio, al igual que la industria de la energía nuclear.
Los activistas dicen que permitir que tales «intereses» se involucren es favorecer «la destrucción del clima» y resulta «inaceptable». Acusan a las grandes empresas de intentar «retrasar un progreso auténtico e impulsar soluciones falsas».
Las empresas, sin embargo, defienden su derecho a que los órganos de decisión escuchen su voz. «La comunidad empresarial debe ser parte de la solución, por lo que debe ser parte del proceso», argumenta una asociación de la industria.
En noviembre, Glasgow será la sede de una reunión de líderes mundiales para tomar decisiones sobre la reducción de la contaminación climática. Conocida como COP 26, podría ser la cumbre internacional más grande jamás celebrada en el Reino Unido.
De hecho, se considera el evento mundial más importante desde el histórico Acuerdo de París de 2015 sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero acordado por 196 países. Se espera que asista el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
La COP26 está siendo organizada por el gobierno del Reino Unido para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, también conocida como ONU Cambio Climático). Las negociaciones online en el período previo a la COP 26 fueron organizadas por ONU Cambio Climático en Bonn del 31 de mayo al 17 de junio, definiendo la agenda de Glasgow y las acciones de los países para abordar el cambio climático.
Los contaminadores buscan influir
Un análisis de todos los que se inscribieron para asistir ha revelado que 138 estaban vinculados a los intereses de las grandes empresas. Entre ellos, 45 tenían vínculos con la industria de los combustibles fósiles, 24 con el negocio de comercio de carbono, 19 con la industria de la energía nuclear y sus patrocinadores, 12 con los intereses de la agroindustria, ocho con la industria química y 30 están relacionados con otros grupos industriales.
El grupo más numeroso es la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones (IETA), con sede en Ginebra y con 24 representantes en la COP 26. En su web, afirma que su misión es ser «la voz empresarial de confianza para buscar soluciones climáticas acordes al mercado» y cuenta con muchas compañías de combustibles fósiles entre sus miembros.
Uno de los representantes de IETA fue David Home, asesor jefe de cambio climático del gigante petrolero Shell. Home afirmó en 2018 haber ayudado a redactar parte del Acuerdo de París de 2015 sobre los mercados de carbono. En mayo, un tribunal de los Países Bajos le ordenó a Shell que redujera sus emisiones de carbono tras una impugnación legal por parte de grupos ambientalistas. El 20 de julio, la empresa dijo que apelaría el fallo.
Otras personas en la lista de IETA son Kate Shilina, de la compañía energética alemana RWE, y Takashi Hongo, de la firma japonesa Mitsui. Ambas empresas tienen intereses en combustibles fósiles.
La Cámara de Comercio Internacional (ICC) -un lobby empresarial con sede en París- contaba con 15 personas registradas para asistir a las sesiones sobre el clima de la ONU. Entre ellos se encontraba otro de los asesores climáticos de Shell, Steve Schofield.
Otros de los representantes de la ICC fueron Hinse Boonstra, de la multinacional alemana de medicamentos y pesticidas Bayer, y Gloria Jaconelli, de la asociación de la industria agroquímica Croplife International.
También se han registrado cuatro personas pertenecientes a la Asociación Internacional de Conservación Ambiental de la Industria del Petróleo (IPIECA), que dice tener como objetivo promover el «desempeño ambiental y social». Uno fue Arthur Lee, asesor senior de estrategia de la compañía petrolera estadounidense Chevron.
El grupo de asistentes incluye a 11 personas de compañías petroleras kuwaitíes, tanto de la empresa petrolera de los Emiratos Árabes Unidos en Dubai como de Qatar Petroleum. Tres miembros de la delegación de Rusia tenían vínculos con las industrias de combustibles fósiles, minería y química.
Además, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible registró a ocho personas con vínculos con el fabricante indio Tata, la empresa energética española Iberdrola o el gigante suizo de la alimentación Nestlé, entre otros.
Entre las personas inscritas en las conversaciones sobre el clima se encuentra la Plataforma Global de Productos Lácteos, que representa a la industria láctea; el Edison Electric Institute, que agrupa a las compañías eléctricas estadounidenses; y la Asociación Internacional de Fertilizantes, respaldada por la industria.
El análisis de los registros fue realizado por el grupo de campaña Glasgow Calls Out Polluters (GCOP). Se reunió con el presidente de la COP 26, Alok Sharma, en junio para instarlo a «expulsar a los contaminadores de la COP26». El organizador de GCOP, Eilidh Robb, advirtió que podría haber un «circo corporativo» en la cumbre del clima. «El Gobierno de Reino Unido se niega a desafiar a las industrias en el centro de la crisis climática», dijo. «En cambio, están complaciendo sus intereses de destrucción del clima al alentarlos a unirse a programas de cero neto vagos y mal definidos que les permiten dejar el problema de la acción climática para más adelante».
Amigos de la Tierra Nigeria advirtió que los objetivos de las empresas «con ánimo de lucro» eran incompatibles con los de la ONU. «Dado el papel de la industria de los combustibles fósiles en las emisiones masivas de carbono que han llevado a la crisis climática, su acreditación y la de sus aliados para asistir a las conversaciones climáticas representa un conflicto de intereses inaceptable e irreconciliable», argumenta Philip Jakpor.
El Corporate Europe Observatory, que expone la presión ejercida por las empresas, también criticó al gobierno británico. «Las opiniones de Shell solo están en las conversaciones de la ONU para retrasar el auténtico progreso e impulsar soluciones falsas como los mercados de carbono y compensaciones a través de lobbies como Ieta», dijo el investigador del grupo, Pascoe Sabido. «En lugar de reducir las emisiones de la industria, estos enfoques permiten a las empresas seguir excavando y vendiendo combustibles fósiles, lo que significa un desastre para el clima. Sin embargo, el Ejecutivo del Reino Unido parece estar de acuerdo y está impulsando una agenda similar en la COP26».
Por su parte, los representantes de la industria insisten en que deberían participar en las conversaciones internacionales sobre el clima. «Creemos en un proceso democrático abierto y justo de la ONU que incluya todos los puntos de vista, incluidos aquellos que necesitan reducir las emisiones», dijo un portavoz de la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones. «Es cierto que nuestra sociedad incluye compañías de combustibles fósiles y otras industrias -que saben que deben cambiar y se han comprometido a ello-«.
IETA apoyó el Acuerdo de París utilizando «enfoques basados en el mercado» que, según dijo, podrían lograr los objetivos climáticos de manera efectiva. «Apoyamos los esfuerzos del Gobierno de Reino Unido para inspirar un monumental esfuerzo cooperativo con el fin de lograr los objetivos de París lo antes posible», agregó el portavoz. “La comunidad empresarial debe ser parte de la solución, por lo que debe ser parte del proceso. Los objetivos de París requieren cooperación a una escala nunca antes vista, no tácticas de exclusión y ‘cancelación'».
Desde IETA niegan haber escrito partes del Acuerdo de París. «IETA apoyó a los negociadores con nuestras observaciones y recomendaciones sobre los borradores, al igual que lo hicieron muchos otros grupos, como parte del proceso diplomático y de partes interesadas normal de la ONU», sostiene el portavoz. «Nuestros miembros acatan las negociaciones climáticas de la ONU porque se toman en serio la posibilidad de aportar soluciones comerciales al desafío climático».
Shell también ha dicho apoyar el Acuerdo de París. «Tenemos muy claro los pasos que estamos tomando para ayudar a satisfacer las necesidades de la sociedad de tener más energía y más limpia», dijo un portavoz de la compañía a The Ferret. «No nos disculparemos por hablar con los legisladores y reguladores de todo el mundo para hacer oír nuestra voz sobre temas cruciales como el cambio climático y cómo abordarlo».
En total, las negociaciones sobre el clima en mayo y junio involucraron a 177 gobiernos y grupos gubernamentales con más de 3.200 personas. Además, hubo 219 organizaciones no gubernamentales presentes como observadores, que comprenden a más de 1.600 personas.
La Oficina del Gabinete en Londres, que está coordinando la presidencia de la COP 26 en el Reino Unido, señaló a ONU Cambio Climático como organizadora de las ponencias. «La Presidencia de la COP de Reino Unido no ha tenido ningún papel en la decisión de la lista de asistentes al evento», ha declarado un portavoz.
The Ferret ha contactado a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para ofrecerle derecho a réplica. La Cámara de Comercio Internacional y Chevron no han querido responder.
La industria nuclear ‘se sube al tren del clima’
La industria nuclear también ha sido criticada por intentar influir en las conversaciones internacionales previas a la COP 26. Seis personas de la Sociedad Nuclear Europea se inscribieron para asistir a las negociaciones de la ONU en mayo y junio. Dos pertenecían a Magnox Ltd, del gobierno del Reino Unido -que está desmantelando plantas nucleares-, y uno era de la empresa nuclear estadounidense Westinghouse. También hubo 12 representantes de la Agencia Internacional de Energía Atómica, el organismo de la ONU encargado de promover y regular la energía nuclear, y uno de la Asociación Nuclear Canadiense.
Los ambientalistas acusaron a la industria nuclear de «subirse al tren» del cambio. «El último suspiro es decirnos que la energía nuclear es la respuesta», dijo el doctor Richard Dixon, director de Amigos de la Tierra Escocia. “Con las energías renovables y la eficiencia energética más baratas, más rápidas y más seguras que la nuclear, ya han perdido este argumento y no deberían tener lugar en la COP 26. La desastrosa historia de sobrecostes y plazos de la industria nuclear muestra muy claramente que lo que ofrecen sería demasiado poco, demasiado caro y demasiado tarde».
Pete Roche, asesor político de las Autoridades Locales Libres de Energía Nuclear de Escocia, dijo: “Cuando se mira la energía nuclear, se ve que es desesperadamente cara, demasiado lenta para ser de alguna utilidad y enormemente problemática, ya que produce desechos peligrosos y con un riesgo potencial de un accidente grave «.
No obstante, las críticas fueron rechazadas por la Sociedad Nuclear Europea, que agrupa a más de 12.000 profesionales de empresas nucleares y otros organismos. «Proporcionamos información basada en hechos probados sobre tecnología nuclear y llamamos a todos los encargados de formular políticas a que adopten un enfoque científico al discutir las soluciones al cambio climático», dijo la gerente de relaciones externas de la sociedad, Emilia Janisz.
“La energía nuclear es segura, confiable y está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana y, junto con las energías renovables, crea una combinación de energía perfecta para alcanzar el objetivo cero neto para 2050. Los informes del IPCC y los informes recientes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) muestran claramente una proyección mediana de más más del doble del suministro actual de energía primaria de la energía nuclear que se requiere para 2050 con el fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en The Ferret.
* Esta investigación forma parte de una serie de The Ferret como previa a la COP 26. El proyecto ha sido apoyado por la European Climate Foundation, que no se hace responsable del uso que pueda hacerse de la información contenida o expresada en el mismo.
LO HABITUAL DE LA DICTADURA DEL CAPITAL: EL LOBO VIGILANDO EL GALLINERO.
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GUERRA SUCIA CONTRA ECOLOGISTAS Y ACTIVISTAS AMBIENTALES:
Denuncian ante el Parlamento Europeo el uso de fondos públicos en proyectos de ingeniería social.
En una petición presentada esta semana ante el Parlamento Europeo se alerta sobre un nuevo proyecto participado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que pretende desarrollar lo que denomina “accesibilidad social a las materias primas primarias”.
Ecologistas en Acción denuncia que este proyecto busca georreferenciar los movimientos de oposición a la minería en España, así como desarrollar algoritmos de inteligencia artificial para saber cómo debilitar a la ciudadanía que denuncia irregularidades y delitos ambientales.
La organización ecologista ha vuelto a denunciar el uso de fondos europeos para proyectos de «innovación» que, a su juicio, buscan deslegitimar y debilitar los movimientos sociales y ecologistas que denuncian irregularidades y conductas delictivas en el sector minero.
Según ha transcendido por una reciente pregunta al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el proyecto multimillonario VECTOR –financiado a cargo de fondos Horizonte Europa– utilizaría metodologías de georreferenciación de las percepciones públicas sobre la minería y desarrollaría algoritmos de inteligencia artificial (IA) para saber cómo y dónde intervenir para minimizar la oposición social.
«es preocupante que España vuelva a ser un campo de experimentación para este tipo de metodologías de dudosa ética, pues la oposición que se busca eliminar es precisamente la que está consiguiendo que afloren las prácticas de corrupción y delitos ambientales perpetrados por la industria minera».
La organización ecologista denuncia el uso continuado de fondos de la UE para proyectos que, bajo un supuesto interés científico, buscan desarrollar intervenciones de ingeniería social. Estos proyectos debilitan a los movimientos sociales y a la ciudadanía ambiental activa que denuncian las continuas y sistemáticas irregularidades en explotaciones mineras en distintos territorios.
» este tipo de prácticas de ingeniería social deberían prohibirse, ya que “suponen una interferencia nociva con el derecho de la ciudadanía a sostener sus propias opiniones y su deber de denunciar los delitos penales e infracciones administrativas que se cometen en sectores como el minero”.
El banco francés Banque Postale acaba de decir que se retirará por completo del petróleo y el gas para 2030! Según ellos, son el primer banco del mundo en dejar de financiar los combustibles fósiles.
Pero todos los demás bancos de Europa y el mundo que todavía están financiando el carbón, el petróleo y el gas por una suma de billones de euros no querrán que esto se convierta en una gran historia. Es por eso que debemos asegurarnos de que esta noticia se extienda a lo largo y ancho, para que los bancos y las instituciones financieras sientan la presión de poner fin a las finanzas fósiles.
¿Te tomarás 30 segundos para compartir esta noticia, junto con un mensaje de agradecimiento a Banque Postale por hacer lo correcto?
https://twitter.com/intent/tweet?text=Dear%20%40LaBanquePostale,%20THANK%20YOU%20for%20saying%20you%20will%20stop%20financing%20oil%20and%20gas!%20%F0%9F%8E%89This%20is%20huge%20news%20and%20I%20cannot%20wait%20to%20see%20which%20bank%20is%20next%20to%20commit%20to%20%23EndFossilFinance…%0A%0Ahttps://www.reuters.com/business/sustainable-business/french-lender-banque-postale-commits-exit-oil-gas-by-2030-2021-10-14/