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En los últimos días, el pueblo de Salla, en la Laponia finlandesa, se ha hecho famoso por su campaña contra el cambio climático. Sus habitantes -reales- se preparan para unos Juegos Olímpicos ficticios en el verano de 2032 practicando deportes de esa época, como voley playa y surf sobre la nieve y el hielo.
La ironía les sirve para lanzar un mensaje claro: «Queremos conseguir que gente de todo el mundo se una a nuestra campaña, que las personas, las empresas y los Estados actúen más para detener el cambio climático». Así lo explica Erkki Parkkinen, alcalde de Salla, que apenas tiene 3.400 habitantes. Allí, se registran temperaturas de hasta 45 grados bajos cero en invierno.
El hecho de que esta campaña para concienciar sobre los efectos del calentamiento global venga de un lugar tan pequeño tiene sentido. «Demuestra a la gente de todo el mundo que incluso un pueblo pequeño o personas individuales puedan hacer algo para detener el cambio climático».
En Salla, el calentamiento global supone una amenaza para el modo de vida tradicional de sus habitantes. Lo que quieren no son unos Juegos Olímpicos de verano, sino inviernos de verdad. Más en EFEverde