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El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, dejará su cargo el próximo 31 de diciembre para ser sustituido por el expolicía Eric Adams, también del Partido Demócrata. Apurando los últimos días, el todavía máximo responsable de la ciudad más grande del país y una de las más importantes del mundo ha querido lanzar una serie de medidas para combatir el cambio climático que ha dejado firmadas como leyes esta semana.
Unas de las normas impulsadas supone el fin del gas fósil (llamado comercialmente gas natural) en edificios nuevos. En concreto, la ley establece restricciones sobre el uso de combustibles fósiles en edificios residenciales y comerciales de nueva construcción. La prohibición comenzará a aplicarse a finales de 2023 para los edificios de menos de siete plantas, y cuatro años más tarde para los más altos. Para 2027, todos los edificios, independientemente de su altura, deben ser completamente eléctricos. Los sistemas de calefacción, las cocinas o los termos deberán funcionar con electricidad obtenida de fuentes renovables. No obstante, estarán exentos los hospitales, cocinas comerciales y lavanderías.
En un comunicado, el Ayuntamiento asegura que esta iniciativa evitará 2,1 millones de toneladas de emisiones de carbono para 2040, lo que equivale a sacar 450.000 coches de las carreteras durante un año. «La ciudad de Nueva York es la prueba de que es posible poner fin a la era de los combustibles fósiles, invertir en un futuro sostenible, proteger la salud pública y crear puestos de trabajo bien remunerados en el proceso», comentaba el alcalde de Nueva York. Y lanzó un mensaje para el resto del planeta: «Si la mayor ciudad de Estados Unidos puede dar este paso decisivo para prohibir el uso de gas, ¡cualquier ciudad puede hacer lo mismo!».
Menos dinero para la industria fósil
Otra de las leyes rubricadas por de Blasio va dirigida a la desinversión de valores relacionados con empresas de combustibles fósiles. En total, se trata de unos 3.000 millones de dólares (aproximadamente 2.650 millones de euros) procedentes de tres de los cinco fondos de pensiones de Nueva York. «Hoy es una gran victoria para nuestro planeta, nuestros hijos y nuestros pensionistas», aseguraba Scott M. Stringer, responsable de estos fondos.
El Sistema de Jubilación de Empleados (1.800 millones de dólares, unos 1.590 millones de euros) y el Sistema de Jubilación de la Junta de Educación (100 millones de dólares, unos 88 millones de euros) ya han retirado el dinero en valores. La desinversión en el Sistema de Jubilación de Profesores está en curso -señala el consistorio-, con más de 1.000 millones de dólares (sobre 884 millones de euros) desinvertidos hasta la fecha, y se espera que se complete en el primer trimestre de 2022, con otros 1.000 millones de dólares.
Con este movimiento, el objetivo es «duplicar las inversiones en soluciones para el cambio climático» a más de 8.000 millones de dólares para 2025, y lograr un total de más de 37.000 millones de dólares en «inversiones en soluciones climáticas para 2035».en los tres fondos.
Impulso a la energía verde en Nueva York
Para lograr el ambicioso objetivo de alcanzar cero emisiones netas para el 2040, Bill de Blasio dejó también firmada una lista de acciones con las que «abordar la crisis climática y promover un futuro verde y justo en la ciudad de Nueva York».
La primera consiste en un nuevo contrato para abastecer a la gran manzana con energía eólica, solar e hidroeléctrica del norte del estado de Nueva York y Canadá. Según un comunicado del propio ayuntamiento, «aportará suficiente energía limpia al año para abastecer a más de 2,5 millones de hogares, y aumentarán la fiabilidad y la resistencia de la electricidad». La intención es que para 2025, todas las operaciones del gobierno local se desarrollen con energía libre de combustibles fósiles.
El pasado verano, en medio de una ola de calor «virtualmente imposible» sin la influencia del cambio climático», el alcalde de Nueva York pidió a sus habitantes que redujeran de inmediato el uso de energía, incluso que apagaran el aire acondicionado, ante posibles cortes generalizados en el sistema eléctrico.
Otra de las acciones firmadas pretende acelerar el calendario para conseguir una flota de vehículos municipales totalmente eléctricos, lo que supone una inversión de 420 millones de dólares (unos 371 millones de euros). Con esta cifra, se pretende comprar más de 1.250 automóviles eléctricos el año que viene, y la instalación de al menos 1.776 cargadores rápidos para 2030. Asimismo, se incluye una orden ejecutiva que establece la exigencia de que todos los turismos y camiones ligeros de la flota de vehículos de la ciudad sean eléctricos antes de 2030. También se exige una revisión de todos los SUVs del gobierno de la ciudad y eliminar cualquier uso innecesario de los mismos.
Por último, de Blasio ha firmado una ley que aumenta la ambición en cuanto a la mitigación del cambio climático en las operaciones de su todavía gobierno. El objetivo es reducir las emisiones de sus operaciones en un 40% para 2025 y en un 50% para 2030. Para ello, se compromete una partida de 4.600 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) en la próxima década.
Es de agradecer estas medidas tendentes a la mejora del medio ambiente. Ojalá los políticos de esta lado hicieran la mitad de lo que hacen en otros lugares. Seguro que España sería un paraíso.
Salud