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Los gobiernos de todo el mundo no están reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero con la rapidez suficiente para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Así lo afirma el primer balance mundial de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), en el que se evalúan las actuaciones nacionales para mitigar la crisis climática realizadas hasta la fecha.
«La ventana de oportunidad para mantener el 1,5 se está estrechando y mantenerlo vivo requiere un enfoque de toda la sociedad», sostenía Mohammad Tariq, vicepresidente del Grupo de Trabajo I del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en la rueda de presentación del informe. «El momento de actuar es ahora«, enfatizó.
El documento publicado este viernes resume 17 conclusiones técnicas clave de los debates llevados a cabo a lo largo de 2022 y 2023. El informe estima que, con base en los objetivos nacionales actuales, en 2030 la diferencia entre las emisiones estipuladas y las que serían necesarias para limitar el calentamiento global equivaldrá a entre 20,3 y 23,9 gigatoneladas de dióxido de carbono.
«Esperábamos este diagnóstico. Ahora los gobiernos no pueden ignorarlo. Su respuesta política determinará si nos hacemos más fuertes y más sanos como sociedades, o si seguimos poniéndonos en peligro a sabiendas», asegura Rachel Kyte, decana emérita en The Fletcher School de la Universidad Tufts de Massachusetts, en Estados Unidos.
Para lograr reducir los niveles actuales, así como conservar y mejorar los sumideros de carbono, la publicación defiende que es indispensable detener e invertir la deforestación y la degradación y mejorar las prácticas agrícolas. Asimismo, el organismo de la ONU cree clave el aumento de las energías renovables y la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles para una transición energética justa hacia las emisiones netas cero.
En cuanto a los esfuerzos por adaptarse a este nuevo planeta, el documento afirma que, «en conjunto, los planes y compromisos de acción y apoyo a la adaptación son cada vez más ambiciosos, pero la mayoría de los esfuerzos de adaptación observados son fragmentarios, graduales, sectoriales y están desigualmente distribuidos entre las regiones«.
El Acuerdo de París estableció 2023 como el año para publicar la primera evaluación sobre los progresos logrados. Después se haría cada cinco años. En 2025, los países deberán presentar la próxima ronda de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), los esfuerzos de cada país para adaptarse y reducir las emisiones nacionales. Esta primera edición concluirá el próximo mes de diciembre en Dubái, cuando las naciones se reúnan en la COP28 para discutir la situación presente y futura.
«El balance es el momento de la verdad: si todo el mundo va en serio llegaremos con resultados más sólidos a la COP», mantiene Laurence Tubiana, directora general de la Fundación Europea del Clima. «Si no, será un momento en el que la sociedad tendrá que dirigirse a los gobiernos y decir claramente: nos estáis fallando«.