Vía DW
La noticia ha dado la vuelta el mundo. No solo selva amazónica, también Brasil entera está en el foco de todas las noticias. El motivo: entre el 1 de enero y el 18 de agosto de 2019, los incendios forestales aumentaron en el país un 83% respecto al mismo periodo de 2018, según estimaciones del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE). En el caso de la cuenca de la Amazonia, acorde al organismo brasileño, se detectaron más de 9.507 nuevos incendios forestales.
Por ello, las ayudas, tanto de recursos como económicas, no se han hecho esperar. La última procede del G7, la alianza de los siete países más ricos que el pasado fin de semana se reunió en Biarritz (Francia). Tal y como anunció este lunes el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha conseguido movilizar una ayuda inmediata de unos 17,9 millones de euros para la lucha contra el fuego en la Amazonia.
Sin embargo, la respuesta por parte del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no se ha hecho esperar: “Agradecemos (la oferta), pero tal vez esos recursos sean más relevantes para reforestar Europa”, aseguraba el jefe de su gabinete, Onyx Lorenzoni, a un blog del portal de noticias G1. Asimismo, afirmaba que “Brasil es una nación libre y democrática y nunca ha tenido prácticas colonialistas e imperialistas como quizás sea el objetivo de Macron, que casualmente tiene altas tasas de rechazo interno”.
Aun así, esta no es la única ayuda millonaria que ha recibido en las últimas horas el país sudamericano. La fundación Earth Alliance, del actor Leonardo DiCaprio -firme activista del medioambiente-, anunció que creaba un fondo de 5 millones de dólares para ayudar a luchar contra los incendios que devastan la selva amazónica. Se desconoce si el Ejecutivo brasileño también ha rechazado esta donación.
A pesar de la preocupación por los incendios que afectan a varios Estados de Brasil, incluido Amazonas, son muchos los factores por los que la Amazonia está en el punto de mira. En julio, la deforestación fue de 2.254,8 kilómetros cuadrados, según datos del propio INPE. Casi el cuádruple que hace un año. Además, de agosto de 2018 a julio de 2019, la Amazonia perdió 5.879 kilómetros cuadrados, un 40% más que en el mismo periodo anterior.
A esto hay que sumarle que, tras la llegada de Bolsonaro al poder, las poblaciones indígenas se sienten más asediadas que nunca. El presidente brasileño nada más elegido se comprometió a abrir las reservas indígenas al desarrollo comercial, incluida la minería, la agricultura y la infraestructura. Un grave problema que se suma al que ya venía sufriendo Brasil, que solo en 2018 registró una veintena de asesinatos de personas defensoras de la Tierra y el medio ambiente, según el informe anual que elabora la ONG Global Witness.
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