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Segunda jornada de la cumbre del clima y el día comienza con [esperadas] malas noticias. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya anuncia de buena mañana que durante la última década se ha registrado un calor global excepcional. Y mientras las delegaciones de negociadores y observadores continúan debatiendo, una pequeña tropa de científicos y de enviados de universidades intentan convencerlos de que deberían escucharlos más a ellos. Y no sólo para darles las malas noticias, también para encontrar soluciones.
Para atraer la atención, no sirven ni informes ni octavillas. La Universidad de California se ha traído a Madrid una de las casi 4.000 boyas que tiene esparcidas a lo largo y ancho de los océanos del planeta. En realidad, este es uno de los mejores modelos. Es una de las 100 que puede sumergirse a 6.000 metros de profundidad para medir las características del agua. El despliegue es necesario, asegura Robert Monroe, responsable de comunicación del proyecto, porque entre tanto discusión política, los negociadores se suelen olvidar de la ciencia. “A menudo los negociadores no tienen demasiada idea sobre los avances científicos o lo que la ciencia es capaz de decirles”, asegura.
A su lado, Solar Cookers International atrae la mirada de muchos con un despliegue de cocinas solares. El modelo básico apenas permite cocinar un arroz lentamente. Pero otra versión más sofisticada permite modificar su forma para aprovechar mejor la radiación solar y cocinar más rápido. “Aquí puedes freír un huevo rápidamente”, explica Robert Tyrrell, voluntario de la organización.
Una cocina hecha con cualquier cosa
Pero ellos no venden nada, asegura. Solo divulgan los beneficios de esta sencilla tecnología que puede ser adaptada a prácticamente todas las circunstancias, siempre y cuando haya sol suficiente. “Puedes hacer una cocina solar con cualquier material reflectante”, dice Tyrrell. “Si quieres te puedes hacer una cocina solar con la parte interna de los envoltorios de las chocolatinas”. Aunque Tyrrell confiesa que convencen a pocas personas de países con un fácil acceso a recursos fósiles, como España. Pocas paellas hechas en cocinas solares.
Jerome Shih, un investigador taiwanés, se ha traído una maqueta de una carretera que pretende dar respuesta a uno de los efectos del cambio climático ya palpables: las crecientes inundaciones. Así su carretera filtra el agua, la limpia y la devuelve a los acuíferos. “Esto nos permite dejar de ver el agua como un problema y verlo como un recurso”, explica el científico. El sistema permite incluso recuperar directamente parte del agua para utilizarla como potable.
Propuestas polémicas
Pero también hay propuestas que son, cuanto menos, polémicas. En otro stand, nos dan una chapa que dice «Only U can prevent climate change» (solo TÚ puedes prevenir el cambio climático). Pero la U que los anglosajones generalmente utilizan para abreviar el tú (you) significa algo diferente: uranio. “La energía nuclear es una energía baja en emisiones y es parte de la solución”, defiende Lubonir Bures, de Nuclear4Climate (Nuclear por el Clima), “Pero somos los únicos que estamos hablando de este tipo de energía aquí”, continúa.
En realidad, no son los únicos que hablan de ello, aunque no con las mismas intenciones. Buena parte de los grupos de defensa del medio ambiente se oponen a la energía nuclear como solución al cambio climático por el problema de los residuos nucleares, la posibilidad de accidentes o su coste, entre otros. Por si la chapa no nos ha convencido, lo intenta el oso Melty (algo así como ‘derretido’). “Solo combinando renovables con la energía nuclear, aún podemos cumplir los compromisos del Acuerdo de París”, dice el rótulo verde con el que se pasea. El debate está servido.
En el documental «10.000 millones» (de personas en el mundo) también se deja entrever que solo con ayuda de la ya instaurada energia nuclear, nos daría tiempo a revertir un poco la situación catastrófica. Nos la venden como única salvación posible ante la necesidad de un pronto y necesario abandono de los comb. fósiles. Miedo me da, en un mundo azotado cada día más por desastres naturales como tifones, tsunamis, terremotos… Horror. Todos y todas fritas en 4 telediarios, con esta gente en cabeza de las políticas climáticas y energéticas.