El mundo del cine reclama la protección de los océanos

Personalidades del séptimo arte han firmado una carta, publicada en el diario El País, para pedir a los líderes políticos que la ONU apruebe el Tratado Global de los Océanos, un acuerdo para la protección y conservación de las aguas internacionales. Penélope Cruz, Javier Bardem, Carlos Bardem, Úrsula Corberó, Pedro Alonso, Alba Flores, Elena Anaya o Jon Kortajarena son algunos de los artistas que se han sumado a la iniciativa.

«Los océanos sustentan la vida en la Tierra, de ellos obtenemos cosas tan importantes como el oxígeno. Esta semana, mientras políticos y lobistas se reúnen en Naciones Unidas, podéis ayudarnos a decidir su destino. En esta ronda de negociaciones, se debe finalizar con la aprobación de un Tratado Global de los Océanos o las grandes promesas y los objetivos ambiciosos establecidos en las anteriores negociaciones no tendrán sentido», indican en la carta.

Greenpeace tiene activa la campaña Los océanos están en peligro, que ya ha recogido más de 5 millones de firmas a favor de este Tratado. Desde la organización destacan que los océanos son la base de la vida en la Tierra y que solo el 3% de la superficie de las aguas marinas está protegida actualmente.

Objetivo: proteger el 30% de los océanos

En agosto de 2022, la ONU no logró el consenso para aprobar el Tratado Global de los Océanos tras dos semanas de negociaciones entre los líderes mundiales de los países miembro de la High Ambition Coalition, entre los que se incluyen los de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá. El principal objetivo del tratado era crear santuarios marinos en el 30% de los océanos para asegurar la conservación de las especies.

La misiva de los cineastas recuerda que hace dos meses, en la Cumbre sobre la Diversidad Biológica en Canadá, los gobiernos acordaron proteger el 30% de los océanos para 2030, lo que se conoce como objetivo 30×30, pero señalan la imposibilidad de cumplir este compromiso sin el Tratado Global: «Actualmente, es imposible proteger adecuadamente las aguas internacionales, los mecanismos de los que se dispone no garantizan su protección, lo que significa que es prácticamente imposible conseguir el objetivo 30×30. Es por eso que necesitamos un Tratado Global de los Océanos».

Los cineastas cierran así su petición a la ONU: «Líderes políticos y delegados, por favor, no pierdan de vista lo que es importante mientras están en esas negociaciones en Naciones Unidas. Miles de millones de personas dependen de los océanos para su sustento y para su existencia. Vuestro legado está en juego. Podéis ser recordados como la generación de líderes y lideresas que protegieron los océanos. O como aquellos que dejaron que la codicia les impidiera hacer lo correcto. La decisión es vuestra. El mundo os está mirando. Proteged los océanos antes de que sea demasiado tarde».

Las olas de calor amenazan la vida en los océanos

Los océanos ejercen como salvavidas frente al cambio climático, ya que están absorbiendo una gran cantidad de energía, alrededor del 23% de las emisiones anuales de CO₂ antropogénico a la atmósfera y, por tanto, suavizan el impacto del calentamiento global. Se estima que desde 1970, los océanos han absorbido más del 90% del exceso de calor en el sistema climático. Esto tiene consecuencias, como que aumenten el número e intensidad de las olas de calor marinas, un fenómeno mortal para las especies que habitan en los océanos.

Un informe especial del IPCC publicado en 2019 explicaba el papel que juega el cambio climático en los océanos. En él, se menciona que entre el 84 y el 90% de todas las olas de calor marinas que se producen a nivel mundial en la actualidad son atribuibles al aumento de la temperatura desde la época preindustrial (1850-1900). Además, el número total de días con olas de calor marinas promediado en todo el mundo ha aumentado en un 50% durante el último siglo.

En el caso del Mediterráneo, que se calienta un 20% más rápido que la media mundial, los eventos de mortalidad masiva asociados a las olas de calor marinas podrían ser la nueva normalidad, según una investigación liderada por el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC).

El hielo en la Antártida, en mínimos históricos

El hielo marino de la Antártida alcanzó el pasado 21 de febrero su extensión mínima anual con 1,79 millones de kilómetros cuadrados. Esta cifra supone la cifra más baja del registro histórico basado en imágenes vía satélite tomadas desde 1979, según los datos del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC).

En mayo de 2021, se desprendió el iceberg más grande del mundo la región antártica. El conocido como A-76 tenía una superficie de 4.320 kilómetros cuadrados, es decir, superaba en tamaño a la isla de Mallorca.

Asimismo, el año pasado, la Antártida experimentó temperaturas récord. En marzo, hubo un intenso periodo cálido con temperaturas muy superiores a la media. En la estación de Vostok, en el interior de la Antártida oriental, se registraron -17,7°C, la más cálida jamás desde que se tienen registros en estos últimos 65 años.

Hasta hace 15 años, el hielo del continente más austral de la Tierra experimentaba un cierto equilibrio entre las nevadas y los glaciares que acababan en el mar. Ahora, tal como ilustra este especial de El País, el centro del mundo se desmigaja y el nivel del mar puede subir hasta dos metros a causa del deshielo en la Antártida.

No es la primera vez que actores destacados como Carlos y Javier Bardem visibilizan el punto de inflexión en el que se encuentran los océanos y la Antártida. En 2019, los hermanos se embarcaron en el Artic Sunrise y protagonizaron el documental Santuario, dirigido por Álvaro Longoria. En él, navegaron por el océano Antártico y mostraron informes científicos que reclamaban la necesidad de crear una gran área marina protegida.

Como bien señalan ahora con esta carta, está en manos de los líderes políticos ver y escuchar lo que ya han mostrado y explicado la ciencia y el arte. De las decisiones que se tomen en este momento depende que la vida sea posible en los mares y, por tanto, en la Tierra en su conjunto.