El capitalismo nos brinda ‘Un futuro desafiante’

La nueva serie de Apple TV+ hace una extrapolación de los datos científicos sobre la subida de las temperaturas y muestra los terroríficos escenarios a los que estamos abocados.
Sienna Miller en una escena de la serie 'Un futuro desafiante'. Foto: Apple TV+

«¿Protestan porque un glaciar se va a desprender en Groenlandia? Genial. Construiremos un casino allí». Este diálogo, pronunciado por un personaje de Extrapolations (la serie de Apple TV titulada en español como Un futuro desafiante), puede parecer una caricatura del empresario millonario. No lo es en absoluto. Así es cómo funciona el mundo de los negocios. «¿Que a final de siglo el nivel del mar subirá tres metros? Lo mismo dijeron de Miami. Hicimos una fortuna readaptando las viviendas. ¿Y sabes qué? Cuando suba otros cinco centímetros volveremos a readaptarlas y ganaremos más dinero aún. Hay una cosa que debes saber sobre el calentamiento global: todo se irá a la mierda a finales de siglo. Eso es seguro al 100%. Estaremos muertos. Nos lo vamos a perder, pero estaremos sonriendo en nuestros ataúdes de oro diseñados por Kanye».

El responsable de estos diálogos es Scott Z. Burns y, aunque sea triste reconocerlo, tiene (como Charlie Brooker) bastante habilidad para dibujar futuros posibles inquietantes. Burns es el guionista, sin ir más lejos, de Contagio (2011), la película de Steven Soderbergh sobre una pandemia que, de alguna manera, anticipó el impacto global y la virulencia del coronavirus. Esa película se convirtió en la más comentada durante los meses del confinamiento. ¿Correrá Un futuro desafiante, su visionario catálogo de los estragos del cambio climático, la misma suerte? Es muy probable. Es decir, será muy comentada… cuando el daño esté hecho y sea irreparable. Si no quieren atribuirlo al poder omnímodo e inexorable del capitalismo, piensen en «la naturaleza humana». Quizás eso les reconforte.

Es precisamente ahí, en los vínculos que Burns establece entre el capitalismo global y la naturaleza humana, donde la serie alcanza su grado más alto. Pueden ustedes pensar que los millones acumulados por personas como (elijan el nombre que más rabia les dé) Jeff Bezos, Elon Musk o Mark Zuckerberg no tienen verdadera influencia en sus vidas personales. Pueden pensar que sus fortunas son el resultado de sus buenas inversiones, su trabajo, su inteligencia o su suerte, y que nadie tiene derecho a criticarlos por ello. No es así. Sus acciones empresariales y, sobre todo, su acumulación de capital y poder, impactan en la forma en la que vivimos, trabajamos y consumimos. Y, por supuesto, tienen una influencia devastadora en la naturaleza que nos rodea.

Su forma de actuar, cínica y por todos conocida, queda expresada en la serie por el millonario ficticio Nicholas Bilton (interpretado por Kit Harington, el famoso Jon Nieve de Juego de Tronos) cuando dice: «A principios de siglo, el cambio climático fue descrito como un síntoma del capitalismo. ¡Un síntoma! He venido aquí a decir que el capitalismo también es la cura». Lo dice, para más señas, en una hipotética COP42, en la que desembarca como invitado estrella. Agresores disfrazados como cuidadores.

El mundo asiste impotente, no en una serie de ficción sino en la realidad, a este bochornoso trampantojo. Todos los días, en todos los foros internacionales. Lo hace cuando presta atención a las soluciones globales que, por ejemplo, presenta Bill Gates en relación con el agua en los países más pobres, la vacunación contra la COVID-19 o la carne artificial, que, obviamente, pretende vendernos. Porque se trata de eso, de vender. Se ve muy bien en Un futuro desafiante, pero no hace falta que nos lo cuente una serie: los que emiten y calientan la atmósfera para ganar dinero serán los mismos que nos venderán las mochilas con oxígeno sin las cuales no podremos caminar por la calle. Hace años se hizo célebre una traducción interesada que decía que «crisis, en chino, significa oportunidad». Desde luego, no significa eso, pero da igual. Encaja en su patrón criminal, que pretenden justificar con un chascarrillo de escuela de negocios.

Apple, por cierto, no se escapa a este tipo de manejos, por mucho que financie esta carísima superproducción sobre el cambio climático. En 2020, la empresa californiana fue condenada por la obsolescencia programada con la que trucaba las baterías de sus elegantes iPhones. Les acortaba la vida útil para vender nuevos móviles y nuevas baterías que necesitarían nuevos minerales críticos que saldrían de nuevas explotaciones mineras. Para extraer un kilo de litio se necesitan, según la estimación más baja, 400 litros de agua. En Chile, por ejemplo, esta carrera por el litio está poniendo en peligro la fauna autóctona y la vida de las comunidades indígenas. Las buenas intenciones de Un futuro desafiante no harán que nos olvidemos de esto.

Los patrones del terror en ‘Un futuro desafiante’

La serie abarca 33 años, desde 2037 a 2070, y trata de extender durante ese periodo de tiempo las consecuencias anunciadas por los patrones climáticos publicados por la ciencia. De extrapolarlos, como indica su título en inglés, sobre una cronología futura. Desde que saltaron las primeras alarmas, hace medio siglo, hasta hoy, se han cumplido las peores previsiones. Sería bastante estúpido pensar que no lo harán en un futuro próximo.

La serie de Burns, que se apoya en un reparto de lujo, funciona bastante bien mientras elucubra sobre los años más cercanos a la actualidad. Habla de la carrera por los minerales críticos para fabricar baterías, de megaincendios inextinguibles, de la crisis de la biodiversidad, de la subida del nivel del mar, de los peligros de experimentar con la geoingeniería… Acontecimientos todos ellos que no remiten exactamente al futuro: están ocurriendo ya. Conforme se aleja en el tiempo, en cambio, abandona la posibilidad realista del desastre y entrega la narración a la ciencia-ficción extrema. Esta emulación de Black Mirror desvirtúa un tanto la pretensión de la serie de actuar como grito (desesperado, deprimente, necesario, actual) de advertencia sobre el cambio climático. En pocas palabras: la fantasía sobra. Esto es serio.

Un futuro desafiante (Extrapolations)
Daveed Diggs interpreta al rabino de la serie Un futuro desafiante. APPLE TV+

Así, quizás el mejor episodio (desde luego el que está mejor escrito), sea el tercero, situado en el cercano 2047 y que cuenta los esfuerzos de un rabino de Miami por salvar su sinagoga de la crecida de las aguas. La trama introduce hábilmente la confrontación religión vs. ciencia y presenta a una adolescente que padece ecoansiedad. Su reproche a los adultos que todo lo miden con variables económicas podría resumirse en una pregunta que, con diferentes formulaciones, han protagonizado sus manifestaciones por todo el mundo: «¿Pero qué coño estáis haciendo?». Viendo Un futuro desafiante cualquiera puede preguntarse lo mismo.

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COMENTARIOS

  1. LO QUE TODO ECOLOGISTA NECESITARÍA SABER SOBRE EL CAPITALISMO
    Una guía ciudadana sobre el capitalismo y el medio ambiente.
    Sus autores, los economistas Magdoff y Foster, explican didácticamente las razones por las que la causa principal del desastre ambiental que se nos avecina, obedece a la lógica impulsora que mueve al propio sistema capitalista.
    “No estoy segura de quién necesita más leer este libro implacablemente persuasivo: los ecologistas que imaginan que podemos resolver la crisis ecológica sin confrontar con el capitalismo, o los izquierdistas, que aún tendrán que reconocer la crisis ecológica como la máxima expresión de la amenaza capitalista. ¿O qué tal ambos?
    —Naomi Klein, autora, La doctrina del shock

    “Con el debate sobre el colapso ambiental que hoy parece estar tan dominado por soluciones tecnológicas, demográficas y basadas en el mercado, este libro podrá resultar un poderoso antídoto contra este tipo de soluciones. Solo abordando el capitalismo global podremos esperar evitar una catástrofe planetaria. Un libro esencial para uso en el aula, para regalar a amigos que necesitan aprender más sobre lo que le está pasando al planeta, o para la mesilla de noche, como un recordatorio continuo de lo que hoy es realmente importante”.
    —Juliet Schor, autora, True Wealth

    “La destrucción ambiental no está causada por la ignorancia o por políticas equivocadas: es el resultado inevitable de un sistema social y económico que antepone las ganancias a las personas, y que inevitablemente debe expandirse de forma constante para poder sobrevivir.
    “los verdes” y la izquierda deberá unir fuerzas para realizar una auténtica revolución ecológica. Todo marxista debería comprar dos copias: una para leer y aprender, y otra para regalar a un amigo que quiera ir más allá de la preocupación ambiental y dirigirse hacia una acción efectiva.
    —Ian Angus, editor, Clima y Capitalismo

    https://canarias-semanal.org/art/34045/lo-que-todo-ecologista-necesitaria-saber-sobre-el-capitalismo

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