Esta semana quisimos preguntar a la comunidad Climática sobre la posibilidad del racionamiento como medida para frenar o llegado a este punto, mitigar la crisis climática. Si decrecer se presenta como una de las opciones más viables, quizás la única, para frenar el cambio climático, entonces, deberá ir acompañado de una reducción del consumo a todos los niveles. Quisimos preguntar a la comunidad Climática digital si la solución pasaba por racionar el uso que hacemos de los recursos naturales, por limitar nuestro consumo y renunciar a una serie de privielegios.
Ahora bien, ¿Cómo garantizar los recursos mínimos y necesarios para todos y prohibir al mismo tiempo el uso ilimitado de cualquier recurso? Y es que, tal y como explicaba Èric Lluent en este reportaje, “La palabra racionamiento suena mal. Remite a hambre y miseria, especialmente en poblaciones que vivieron la dureza de la guerra y la posguerra, civil o mundial, entre los años treinta y cincuenta del siglo XX”.
También quisimos compartir la opinión de Andreu Escrivà, uno de los principales divulgadores del cambio climático en nuestro país. Para él, es en el racionamiento donde se encuentra el nudo de la cuestión. “La respuesta que a mí me pide el cuerpo no es nada popular, porque hablaríamos de racionamiento, de cuotas. Imagina que cada ciudadano tiene un presupuesto de carbono, por ejemplo, puede volar tres toneladas de carbono al año. Y estas cuotas no son intercambiables, es decir, que los ricos no se las puedan comprar a los pobres.”, explicaba en esta entrevista.
Si bien el racionamiento ha permitido cierta justicia social en ciertos momentos de crisis, la idea de renunciar a nuestro modo de vida se antoja una quimera, en estos momentos. La crisis sanitaria ocasionada por la aparición de la Covid-19 nos da una idea de en qué punto estamos como sociedad. Además, no hay que olvidar que el poder, o los poderosos, siempre han intentado encontrar grietas a los sistemas de racionamiento para aprovecharse de la situación. Es lo que sucede con las emisiones de carbono: los países ricos compran cuota de emisiones a los países del sur global.
Si bien se ha demostrado que hemos y estamos fracasando colectivamente en comprometernos con la naturaleza de forma sostenible y que nuestra prosperidad se ha conseguido a cosa de su destrucción, ¿habría, entonces que limitar su explotación? De todo esto queríamos hablar con la comunidad Climática en Twitter, y lo hicimos con la etiqueta #ClimáticaRacionamiento.