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Aún no hemos llegado al sexto mes del año, pero a partir de hoy, 25 de mayo de 2021, España vive ‘de prestado’. Este martes, el país alcanza el conocido como ‘día de la sobrecapacidad‘ (Earth Overshoot Day, en inglés), es decir, el momento en que se agotan los recursos que el planeta es capaz de producir en un año. En 2020, esta fecha se alcanzó dos días antes. En 2019, el 29 de mayo. Y en 2018, el 11 de junio. Por tanto, España cada vez consume antes un presupuesto ecológico que nunca volverá, lo que compromete a las generaciones futuras.
A nivel global, el ‘día de la sobrecapacidad’ del planeta se alcanzó el año pasado el 22 de agosto, según la red de especialistas Global Footprint Network, encargada de elaborar cada año este cálculo. Como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, el día se retrasó unas tres semanas. No obstante, salvo esta ocasión, es una fecha que no ha dejado de adelantarse desde 1970 (29 de diciembre). Cada año, los seres humanos consumimos como si tuviéramos 1,6 planetas. En el caso de España, 2,5 planetas.
El país que más rápido ha agotado todos sus recursos este año ha sido, una vez más, Qatar (9 de febrero), que necesitaría 9 planetas al año para satisfacer su demanda de recursos. Le siguen Luxemburgo (15 de febrero) y Emiratos Árabes Unidos (7 de marzo). Los siguientes en la lista son Kuwait, Canadá y Estados Unidos, que agotaron sus recursos a mediados de marzo. En cambio, los países que viven más acorde con los recursos disponibles son Santo Tomé y Príncipe (27 de diciembre), Indonesia (17 de diciembre), Chad (16 de diciembre), y Guinea (14 de diciembre).
Para obtener estas fechas, Global Footprint Network divide la biocapacidad del planeta (la cantidad de recursos ecológicos que la Tierra es capaz de generar ese año), por la Huella Ecológica de la humanidad (la demanda de la humanidad para ese año), y multiplicando por 365, el número de días de un año.
En cuanto a qué hacer para intentar mitigar esta tendencia, desde la organización señalan una serie de claves como la salud de los recursos biológicos, incluidos el suelo fértil, el agua limpia y el aire limpio; la correcta planificación de las ciudades y las estrategias de desarrollo urbano; descarbonizar la economía, es decir, dejar de depender de los combustibles fósiles; y repensar nuestra alimentación, empezando por evitar el desperdicio de comida y comprando de proximidad.
Conectando agricultura y biodiversidad: una perspectiva desde los cultivos leñosos a través del LIFE Olivares Vivos.
El modelo de olivicultura ‘Olivares Vivos’ ha demostrado que funciona y que es un referente internacional para conciliar agricultura y biodiversidad, generando una recuperación de especies y un aumento muy significativo de la abundancia de flora y fauna en apenas tres años. Además, es rentable para el agricultor, ya que no disminuye la productividad, supone un ahorro en fertilizantes y fitosanitarios y proporciona un valor añadido a sus producciones.
Síguelo en directo, a través de YouTube.
Día 27 de mayo: https://youtu.be/rQdHc4UfkYs
Día 28 de mayo: https://youtu.be/do26NaLpxl8
LAS MACROGRANJAS Y EMPRESAS DEL GAS PRETENDEN QUEDARSE CON LOS FONDOS DE RECUPERACION EUROPEOS PARA LA COVID.
Nos han contado que los 750 000 millones de los fondos de recuperación europeos en respuesta a la COVID-19 serán la palanca para acelerar la transición hacia un modelo más sostenible,
Las grandes industrias que contaminan el planeta ya están poniendo todas sus tretas en marcha para quedarse con la mayor parte de la inversión. En España han conseguido convencer al gobierno de invertir miles de millones de euros en financiar a las grandes empresas de producción cárnica, promoviendo así las macrogranjas.
Las macrogranjas representan un modelo de ganadería que maltrata a los animales, ofrece productos cárnicos no ecológicos y que contamina el suelo y el agua de nuestros pueblos. El único motivo por el cual estos 21 empresarios recibirían millones de los fondos de recuperación es porque han gastado fortunas en campañas de presión.
Gracias a la presión social ejercida por grupos y organizaciones, las industrias del petróleo y del carbón ya no pueden optar a ellos, pero hay otras como la del gas y las grandes agropecuarias que tienen muchas papeletas de colarse y conseguir financiar sus actividades con dinero destinado a hacer nuestra economía más sostenible.
Las macrogranjas son la antítesis de esa economía más sostenible. Se sirven de la deforestación en la Amazonía, de cuyas selvas quemadas procede la soja con que se alimenta a animales hacinados. Los fondos recuperación, si se invierten correctamente, podrían tener el potencial para mejorar las cosas, pero solo si permanecemos vigilantes desde la ciudadanía será consciente el gobierno de que no todo vale.
Para actuar, es importante entender. Súmate el miércoles al seminario web con expertos de organizaciones y redes españolas que llevan observando la evolución del plan de recuperación español desde hace meses, y que tienen mucho que compartir sobre cómo se ha diseñado y qué potencial transformador tiene.
https://us02web.zoom.us/meeting/register/tZUldeysrDkiHNXLQdsaWIvBHZS7fotypi0X