Dimite António Costa, primer ministro de Portugal, tras ser investigado por un caso de corrupción en proyectos de litio e hidrógeno

La Procuradoría General de la República (Fiscalía) ha detenido a varios cargos en una investigación por tráfico de influencias, corrupción y prevaricación en las concesiones de dos explotaciones de litio y una de hidrógeno.
Foto: REUTERS / PEDRO NUNES

El primer ministro de Portugal, António Costa, ha anunciado su dimisión este martes tras conocerse que tanto él como otros miembros de su gabinete están siendo investigados por tráfico de influencias, corrupción y prevaricación en proyectos energéticos relacionados con litio e hidrógeno verde, elementos claves de la transición energética.

La renuncia del socialista –en el cargo desde 2015– llega horas después de la detención de varios altos cargos: Vítor Escária, jefe de gabinete del primer ministro; Nuno Mascarenhas, alcalde de la ciudad Sines; y dos empresarios de la sociedad Start Campus, así como un abogado contratado por esta compañía. Los detenidos pasarán a disposición judicial para ser interrogados.

La operación que ha llevado a Costa a dimitir empezó en 2019 tras una denuncia anónima para averiguar si se habían producido tratos de favor hacia las empresas portuguesas EDP, Galp y REN en una explotación de hidrógeno verde en Sines. En este mismo caso se investiga un proyecto de construcción de un centro de datos desarrollado en la Zona Industrial y Logística de la ciudad a cargo de la empresa Start Campus, así como las concesiones para dos explotaciones de litio, una en las minas de Romano, en Montalegre, y otra en Covas do Barroso, en Boticas, cerca de la frontera con Galicia. Esta última recibió este año la autorización de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente a pesar de las quejas por parte de la población de la zona, único lugar del país declarado Patrimonio Agrario Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

También han sido declarados arguidos (sospechosos oficiales, figura previa a la acusación en el proceso portugués) el ministro de Infraestructuras, João Galamba, y el presidente del Consejo Directivo de la Agencia Portuguesa del Ambiente.

“En el curso de las investigaciones, también salió a la luz que los sospechosos habían invocado el nombre y la autoridad del primer ministro y que este había intervenido para desbloquear los procedimientos en el contexto mencionado. Estas referencias se analizarán independientemente en el marco de la investigación iniciada por el Tribunal Supremo de Justicia, que es competente”, se lee en el comunicado de la Procuraduría General de la República (la Fiscalía portuguesa).

António Costa, en el momento de su dimisión, ha asegurado que estaba “tranquilo” y con la conciencia limpia. Sin embargo, abandona el cargo porque “la dignidad de las funciones del primer ministro no es compatible con ninguna sospecha sobre su integridad”, asegura. En su discurso ante los medios, ha afirmado sentirse orgulloso de haber reforzado los medios judiciales para combatir la corrupción: “Yo no estoy por encima de la ley. Si hay alguna sospecha, que sea investigada”.

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COMENTARIOS

  1. Al menos él ha tenido el decoro de dimitir, en la derechas no dimite nadie. Se creen con derecho a cometer todo tipo de tropelías. Se saben los amos del mundo, a más altos cargos, más injustos, déspotas, jugadores sucios, criminales…

    Recientemente, uno de nuestros barcos, Arctic Sunrise, rescató a una ballena jorobada atrapada en un hilo de pescar entre dos boyas. La tripulación primero vio que la ballena estaba en peligro y pasó un tiempo anormalmente largo en la superficie, luego vieron las boyas. Después de una intensa hora y media, lograron salvar a la ballena, que finalmente pudo seguir nadando con su libertad recuperada.
    Historias como esta muestran lo llenos que están nuestros océanos de equipos de pesca destructivos y lo mucho que necesitamos protección marina, ¡de inmediato!
    Los delitos ambientales a menudo tienen lugar en silencio y fuera de la atención del mundo. Pero con nuestros barcos, podemos luchar y traer importantes testimonios y revelaciones de áreas oceánicas remotas inaccesibles para otros.
    El informe marino de Greenpeace avisa de que necesitamos al meno un 30 por ciento de mares protegidos.
    Una de las amenazas documentadas en el informe es la sobrepesca. En general, el 90% de las poblaciones de peces del mundo están sobreexplotadas, extintas o totalmente explotadas.
    Un tercio de la población mundial de peces está directamente sobreexplotada. Esto significa que capturamos tantos peces que no quedan suficientes en el mar para que se reproduzcan lo suficiente como para garantizar una población de peces saludable en el futuro.

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