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Olas de calor extremas, sequías que se alargan e inundaciones como nunca antes vistas. Estos son algunos de los fenómenos meteorológicos extremos cada día más habituales y duros como consecuencia de la crisis climática. Suponen, por tanto, un reto enorme para los países, especialmente aquellos más pobres y vulnerables a los efectos del clima. No obstante, los países de altos ingresos no viven ajenos a estos problemas y están cada vez más amenazados por los riesgos climáticos.
El Índice de Riesgo Climático Global, elaborado por el grupo de expertos medioambientales Germanwatch y publicado este miércoles en la COP 25, concluye que en 2018, países industrializados como Japón y Alemania fueron los más afectados por las olas de calor y la sequía severa. En el país nipón, casi 1.300 personas perdieron la vida y los daños causados ascienden a 35.800 millones de dólares. Filipinas, que estos días se ha visto golpeada por el tifón Kammuri, ya sufrió el año pasado el más poderoso registrado en todo el mundo durante 2018.
En los últimos 19 años, los países más pobres han tenido que hacer frente a impactos climáticos mucho más graves: siete de los diez territorios más afectados en este período fueron países en desarrollo con bajos o medianos ingresos per cápita. La peor parte se la llevaron Puerto Rico, Myanmar y Haití, según recoge el índice. Estos países, además, «no tienen tiempo para recuperarse totalmente», lo que «subraya la importancia de contar con mecanismos fiables de apoyo financiero para los países pobres como estos, no sólo para la adaptación al cambio climático, sino también para hacer frente a las pérdidas y los daños provocados por el clima», explica David Eckstein, uno de los autores del informe.
Durante ese lapso de tiempo, el número de víctimas mortales se sitúa cerca del medio millón de personas en todo el mundo como consecuencia de más de 12.000 fenómenos meteorológicos extremos. En cuanto a los daños económicos, la cifra supera los 3.000 millones de euros.
España tampoco se escapa de estos eventos y cada vez es más vulnerable. Las olas de calor y las tormentas, las principales responsables. En 2018, España ocupó el puesto 38 de los países más sensibles a la crisis climática, mientras que el índice elaborado con datos de 2017 ocupaba el 47. Cuando se calculan las clasificaciones medias de un período plurianual, España pasa del puesto 34 (con datos de 1998 a 2017) al 29 (con datos de 1999 a 2018).
La COP deberá abordar esta problemática
La olas de calor fueron una de las principales causas de daños el año pasado. De los diez países más afectados, Alemania, Japón e India sufrieron largos períodos de calor. En Europa, recuerdan los responsables del estudio, los episodios de calor extremo son ahora hasta 100 veces más probables que hace un siglo. En el caso de África, señalan que «debido a la falta de datos, los efectos de las olas de calor pueden estar infrarepresentadas».
Ante esta situación, «la COP debe abordar la falta de financiación adicional sobre el clima para ayudar a las personas y los países más pobres a hacer frente a las pérdidas y los daños. Son los más afectados por los impactos del cambio climático porque carecen de la capacidad financiera y técnica para hacer frente a las pérdidas y los daños», apuntaba Laura Schaefer, de Germanwatch.