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El pasado 21 de marzo, en Bruselas, se celebró una vista sobre negacionismo climático. El punto central de la sesión era analizar el papel de la petrolera estadounidense ExxonMobil (una de las mayores compañías del mundo) en la desinformación sobre el calentamiento global. Pero en una de las ponencias (la del historiador de Harvard Geoffrey Supran) apareció, casi de refilón, un secundario inesperado: el Instituto Juan de Mariana, baluarte del pensamiento neoliberal en España.
Según la ponencia de Supran, el Juan de Mariana forma parte de una red “bien financiada y engrasada” de negacionismo climático: “Es un laberinto de personas y dinero que conecta a compañías de combustibles fósiles, fundaciones, think tanks, empresas de relaciones públicas, empresas fachada… todo para alimentar una burbuja de propaganda de políticos, falsos activistas, medios de comunicación y blogs”, afirmó el historiador.
Como ejemplo de la presencia europea de la red, Supran señaló un estudio publicado por el Instituto Juan de Mariana en 2009, firmado por los economistas Gabriel Calzada (fundador y presidente del Instituto), Juan Ramón Rallo (actual secretario) y Raquel Merino (actual vicepresidenta). En el informe, que no está revisado por pares, se analiza el efecto de los subsidios a las energías renovables, afirmando que “por cada empleo verde creado se destruyeron otros 2,2 puestos de trabajo”. “Esta absoluta falsedad”, afirmó Supran, refiriéndose a las conclusiones sobre empleo del Juan de Mariana, “se convirtió en uno de los argumentos favoritos de ciertos políticos. Es la red de negacionismo en acción”.
La investigación del Juan de Mariana, que se apoyó en la Universidad Rey Juan Carlos, fue ampliamente criticada en su momento, tanto por el gobierno de Estados Unidos como por el de España y numerosas ONGs. Estas críticas fueron contestadas en una columna, publicada en Libertad Digital, por su autor, Gabriel Calzada, en la cual acusó a Teresa Ribera (en aquel entonces Secretaria de Estado de Cambio Climático) de “mentir descaradamente”. En la columna, Calzada niega la relación del Juan de Mariana con la red negacionista.
La huella del IER
¿Pero de dónde surge el informe? El documento no surge de una iniciativa propia del Juan de Mariana, sino que se lo encarga el Instituto para la Investigación en Energía (IER en sus siglas en inglés), un think tank estadounidense. En su web, el IER contiene numerosos informes y documentos que, entre otros, califican la energía renovable como “un mito” y critican la posible adopción de impuestos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero.
Asimismo, en versiones anteriores de la página, el instituto incluía argumentos que contradecían directamente el consenso científico sobre el cambio climático, como por ejemplo, afirmando que “el resultado de la concentración de CO2 tendría un efecto virtualmente insignificante sobre la temperatura”.
El IER se fundó en 1989, cuando apareció como transformación del Instituto de Estudios Humanos, otro laboratorio de ideas. Este último cuenta, entre sus fundadores, con Charles Koch, magnate de los combustibles fósiles y la industria química y, junto a su hermano David, uno de los grandes beneficiarios de las políticas energéticas de Donald Trump.
En la actualidad, el IER sigue teniendo vínculos con los hermanos Koch: el presidente del Instituto, Thomas Pyle, trabajó entre 2001 y 2005 para Koch Industries como director de Asuntos Federales. Posteriormente, Pyle siguió realizando actividades de lobbying para los Koch. También ha trabajado en el Departamento de Energía del gobierno de Trump.
Además de encargar el estudio del Juan de Mariana, el IER también pagó, el mismo año, por otro estudio, realizado por el think tank danés CEPOS, y que aseguraba que las autoridades del país nórdico exageraban las cifras de la energía eólica. Al igual que el del Juan de Mariana, el “estudio danés” ha sido ampliamente criticado, y no incluye de forma explícita su origen ni su financiación. Sin embargo, la prensa danesa reveló en su momento la conexión con el IER.
Negacionismo y neoliberalismo
El neoliberalismo económico y el negacionismo climático caminan a menudo de la mano. Con ejemplos como los del gurú económico del PP, Daniel Lacalle, o el propio presidente del Juan de Mariana, Gabriel Calzada, los partidarios del libre mercado se han mostrado en numerosas ocasiones escépticos con respecto a las evidencias científicas relacionadas con el calentamiento global.
El ingeniero y periodista Ferran Puig Vilar es una de las personas que más ha investigado las corrientes y redes negacionistas en nuestro país. En una conversación telefónica con Climática, Ferran Puig confirmó esta tendencia, sosteniendo que los mensajes negacionistas se distribuyen a través de una red de laboratorios de ideas “montada para permitir la expansión del neoliberalismo”, y cuyos miembros están, sobre todo, en Estados Unidos. “Algunos de estos think tanks ya estaban en los años 70, pero es a partir de los 80 y los 90 cuando se expanden fuertemente y entran en el negacionismo climático”, añade.
La Marea se ha puesto en contacto con el Instituto Juan de Mariana, pero en el momento de publicar este artículo aún no había recibido ninguna respuesta por su parte.
Las acciones para luchar contra el cambio climático pasan por parar el uso de la energía basada en combustibles fósiles. La industria que se basa en la explotación de esta energía es la más poderosa de la historia de la humanidad. Los recursos de que disponen para pagar campañas de desinformación o comprar a científicos que nieguen la urgencia del cambio son inmensos.
El informe “Banking On Climate Change 2019”, publicado en el mes de marzo, muestra que 33 bancos mundiales proporcionaron $ 1.9 billones a las compañías de combustibles fósiles desde la adopción del Acuerdo de París sobre el clima a fines de 2015 y que la cantidad de financiamiento de combustibles fósiles ha aumentado en cada uno de los últimos dos años. En la lista también aparecen el Banco de Santander y el BBVA
https://www.banktrack.org/article/banking_on_climate_change_fossil_fuel_finance_report_card_2019
El problema más grande que jamás ha enfrentado la humanidad, contra el más poderoso enemigo.