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Las extraordinarias conexiones que José María Aznar estableció con responsables y aliados de la Administración Bush, al inicio del siglo XXI, le han permitido seguir relacionándose con buena parte de las personas más poderosas de los neocon mundiales. Una corriente política que, en muchos casos, aúna —lobbies mediante— el liberalismo capitalista más extremo con el negacionismo climático. La propaganda que desacredita a la ciencia en cuestiones climáticas comenzó a retumbar por todo el mundo durante la segunda mitad de la primera década del presente siglo; y partió desde EE. UU. En ese país, Aznar lideró en 2010 una influyente fundación llamada Friends of Israel Initiative entre cuyos miembros hay ex jefes de Estado o de Gobierno de hasta siete países, así como destacadísimas figuras del ala más radical del actual republicanismo en Washington DC, como John Bolton, hoy consejero de Seguridad Nacional de Donald Trump.
Pero más allá de su participación en diversos grupos de presión, o su rol en el consejo de administración de la ultraconservadora News Corporation (propiedad del magnate Rupert Murdoch), es destacable la cercanía de Aznar a la industria energética. En este sentido, el expresidente ha sido asesor externo de la Dirección de Endesa, otrora gigante español del sector y hoy en manos de la eléctrica público-privada italiana Enel. El punto neurálgico de este enjambre de relaciones e intereses del expresidente Aznar no está ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas, sino en un edificio de Madrid, sito entre el parque del Retiro y la fuente de Neptuno. Más concretamente, a la espalda del hotel Ritz: la sede de la Fundación FAES.
El think tank ultraliberal español por excelencia tiene un sello editorial: se llama Gota a Gota y publica “ensayos de contenido político, económico, histórico o sociológico”, según su propia web. “Nuestros libros —señala FAES— están atentos a las nuevas ideas y avatares de la España actual, a los cambios que se anuncian en todo el mundo y al significado del liberalismo en la historia de España”. También, en su día, estuvieron atentos a publicar en nuestro país a dos de las voces más destacadas del negacionismo global ante la crisis climática: Nigel Lawson y Vaclav Klaus.
El tesorero de Thatcher
La memoria anual de FAES destacaba en 2009 la publicación por parte de Gota a Gota del ensayo de Nigel Lawson llamado Una mirada fría al calentamiento global. En la información que difundía la fundación presidida por Aznar, además de mostrar una foto de la presentación del libro en la que acompañaban al autor Elvira Rodríguez (entre otras altas responsabilidades institucionales, ministra de Medio Ambiente con Aznar) y Pilar Marcos (periodista del diario El País durante 18 años hasta que, en 2006, pasó a ser directora de Publicaciones de FAES antes de convertirse en diputada nacional por el PP en 2011), se destacan algunos pasajes de la obra de Lawson: “La nueva religión del calentamiento global, por muy cómoda que sea para los políticos, no es tan inofensiva como pueda parecer a simple vista. Ciertamente, cuanto más la analizamos, más se parece a un Código da Vinci del ecologismo. Es una gran historia y un éxito de ventas formidable. Contiene una pizca de verdad… y una montaña de disparates. Y esos disparates pueden ser realmente muy dañinos”.
Lawson, siempre tal y como como señala FAES en su documento, “defiende que ‘la verdad científica no se establece por mayorías’ y alerta contra ‘el alarmismo irracional’ vestido de ideología para salvar el planeta. (…) Lawson afirma que ‘quien cuestiona la ortodoxia imperante debe acostumbrarse a ser tachado de negacionista’. Recuerda que ‘la humanidad siempre se ha adaptado al medio ambiente allí donde vivía’. Y defiende la ‘incómoda evidencia’ de que el progreso se alcanza con ‘una economía de mercado libre, abierta y que funcione bien’, y no con una economía plegada a las exigencias de la ‘nueva licencia para inmiscuirse, interferir y regular: la gran causa de salvar al planeta de los supuestos horrores del calentamiento global’”.
La publicación especializada DeSmog, medio aliado de Climática, aporta abundante hemeroteca que cimienta el perfil negacionista de Lawson. Este lord fue periodista antes de entrar en el Parlamento británico en 1974, donde estuvo hasta 1992. La cima de su poder la obtuvo entre los años 1983 y 1989, al convertirse en el máximo responsable del Tesoro del Gobierno con Thatcher y tras haber sido durante dos años secretario de Estado de Energía.
Dichos cargos le permitieron posteriormente tener un importante altavoz mediático, que orientó hacia el tema del cambio climático, fundando The Global Warming Policy Foundation (GWPF), cuya presidencia abandonó en enero de 2019, fecha en que se convirtió en presidente de honor. Su hijo Dominic Lawson (casado con Rosa Monckton, hermana del también negacionista Christopher Monckton) es periodista y ha publicado columnas en The Independent como la titulada ‘¿Luchar contra el cambio climático? ¿O seguir siendo competitivo? Me temo que estos dos objetivos son incompatibles‘.
En 2012, según señala DeSmog recogiendo una información de The Guardian, Lawson fue cuestionado por sus vínculos con uno de los mayores contaminadores de Europa, la central eléctrica de carbón de Belchatow (Polonia). La conexión habría venido dada por los trabajos que la filial polaca de la empresa presidida por Lawson, Central European Trust (CET), realizó con Belchatow. En aquel momento, CET asesoraba a empresas petroleras y de gas como BP Amoco, Royal Dutch/Shell Group, Texaco y Total Fina Elf.
Comunismo o ecologismo
El 22 de octubre de 2008, el máximo dirigente de la República Checa, Vaclav Klaus, presentó en Madrid su libro: Planeta azul (no verde). Lo hizo acompañado por el presidente de la fundación cuya editorial lo había publicado en España: José María Aznar. En su discurso, Aznar (a quien escuchaban, entre otros, la por entonces concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid Ana Botella), se autodefinió como “un modesto editor” y afirmó que el ensayo de Klaus “nos invita a situar la duda razonable por delante de lo políticamente correcto”.
Aznar también trazó el siguiente paralelismo entre el comunismo que rigió la extinta Checoslovaquia en la que vivió Klaus y la temática del libro que presentaba: “El comunismo, un sistema totalitario que, so pretexto de alcanzar el paraíso en la Tierra, aniquiló la libertad, cuando no la vida, de millones de personas durante décadas. Precisamente por haber sufrido en carne propia las consecuencias del socialismo real, Vaclav Klaus tiene una especial sensibilidad para detectar aquellas utopías que, bajo la más bondadosa de las apariencias, lo que realmente pretenden es acabar con nuestra libertad. Y también para detectar la arrogancia de todos los ingenieros sociales que no respetan a la persona y, por eso, ven cualquier discrepancia de su doctrina como un delito que debe ser perseguido, acorralado y castigado. El presidente Klaus tiene, además, el valor suficiente para desenmascarar y denunciar públicamente y sin tapujos esas ideologías que aspiran a acabar con nuestra libertad”.
Para que no quedara duda del paralelismo entre comunismo y ecologismo, además de formular variadas metáforas y hablar de Chernóbil, Aznar decidió leer este fragmento del libro de Klaus: “En los últimos 150 años, como mínimo desde Marx, los socialistas han ido destruyendo la libertad humana con eficacia, con lemas de aparente interés humano y humanístico: por el ser humano, por su igualdad social con los demás, por su bien. Los ecologistas lo hacen mediante lemas de un interés no menos noble: por la naturaleza y por una especie de bien sobrehumano. Recordemos su lema radical: ‘Earth First’. En ambos casos, las consignas eran (y son) una simple tapadera. En realidad se trataba (y se trata) del poder, de la supremacía de los ‘elegidos’ (como ellos se consideran), sobre el resto de nosotros, de la implantación de una única ideología correcta (la suya propia)».
Posteriormente, Aznar victimizó a los negacionistas comparándolos con Galileo y aseguró que el trabajo de Klaus era poco menos que científico: “Klaus disecciona esta estrategia con las armas del científico que sabe que, en lo tocante a la ciencia, la opinión de un millar no es superior a la razón fundada, aunque ésta la defienda un solo hombre. Esta enseñanza de Galileo, otra víctima de la intolerancia, se olvida con facilidad (…) [que el ecologismo es] una nueva religión que condena a la hoguera en la plaza pública a aquellos que osen poner en duda sus tesis, sus pronósticos o sus admoniciones. Sus fieles devotos quieren ver en la hoguera a todo aquel que, como Vaclav Klaus, discrepa de la nueva religión”.
Aznar rechazó la etiqueta de ‘negacionista: “No soy lo que algunos llaman un negacionista del cambio climático. No sé si hay un cambio climático en el que es —o no— determinante la acción del hombre. No lo sé porque no soy un científico experto en estos temas. Lo que sí soy es un ciudadano que hoy digo alto y claro que tengo, como cualquier otro ciudadano, el derecho a opinar que debe existir libertad para debatir sobre asuntos como este”.
Posteriormente, compartió la lectura de un nuevo fragmento del ensayo de Klaus, con el que nos invitaron a viajar al futuro: “A las generaciones venideras —lee Aznar de las páginas de Planeta azul (no verde)— quizá les parezca divertido, y hasta sorprendente, el hecho de que, a principios del siglo XXI, el mundo desarrollado haya sucumbido al pánico a causa de un aumento global de la temperatura media en unas décimas, y que la Humanidad, basándose en una monumental exageración de inciertas previsiones virtuales, haya llegado a plantearse la vuelta al punto anterior a la era de la industrialización».
La cruzada de Klaus
La hemeroteca negacionista de Vaclav Klaus también está minuciosamente recopilada por DeSmog (con afirmaciones similares a las que Aznar leyó en la presentación de su ensayo), además de radiografiar sus conexiones. Klaus fue nombrado en 2016 “mecenas honorario” y miembro del grupo Climate Exit (Clexit), que declara: “El mundo debe abandonar esta cruzada suicida por el calentamiento global. El hombre no controla y no puede controlar el clima”. Y es que, para Klaus, “el engaño masivo del cambio climático” está basado en una teoría, la del calentamiento global, que es “una conspiración comunista”, según dijo en un discurso del Club Nacional de Prensa en el que presentó su ya mencionado ensayo.
Posiblemente, el grupo de presión más importante del negacionismo se encuentre en el Heartland Institute, que organiza Conferencias Internacionales sobre Cambio Climático (ICCC, por sus siglas en inglés). Klaus es uno de sus habituales ponentes, desde la primera edición celebrada en 2008. Justo un año antes, el propio Klaus había dado un discurso en la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas. En él, el político checo pedía asegurar el nacionalismo de las políticas climáticas de cada Estado: “Los países deben escucharse unos a otros, aprender de los errores y los éxitos de otros, pero cualquier país debe ser dejado solo para preparar su propio plan para abordar este problema y decidir qué prioridad asignarle entre sus otros objetivos en conflicto”.
Asimismo, Klaus también sugirió a la ONU «organizar dos IPCC [siglas en inglés de la iniciativa de la ONU llamada Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático] paralelos y publicar dos informes que compitan entre sí. Deshacerse del monopolio unilateral es una condición sine qua non para un debate eficiente y racional», y sugería a sus colegas: «Proporcionar el mismo o comparable apoyo financiero a ambos grupos de científicos es un punto de partida necesario». Meses después, el Heartland Institute iniciaba sus conferencias anuales ICCC. Según las investigaciones de DeSmog, estas conferencias recibieron durante varios años decenas de millones de dólares en donativos por parte de grandes corporaciones energéticas y fundaciones de extrema derecha.
SIEMBRA, OBRAS, EJEMPLO Y FRUTOS DE «GRANDES ESTADISTAS».
Hoy, AZNAR, lacayo de las Azores, falangista.
El Tribunal Constitucional niega la posibilidad de seguir investigando el asesinato de José Couso (cámara asesinado en la invasión de Irak)
El Tribunal Constitucional ha desestimado los recursos presentados contra el archivo de la investigación del fallecimiento del cámara de televisión y reportero gráfico José Couso el 8 de abril de 2003 en la guerra de Irak.
El Constitucional lo acuerda en una sentencia en la que rechaza los recursos interpuestos por los familiares de José Couso y la Asociación Libre de Abogados contra la decisión del Tribunal Supremo, que confirmó en octubre de 2016 el sobreseimiento de la causa acordada por la Audiencia Nacional.
Tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo rechazaron además presentar cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (TC) contra la última reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que restringe los supuestos en los que los tribunales españoles pueden perseguir delitos de justicia universal.
En un comunicado la familia Couso señala que «con esta sentencia se da un paso más para dificultar la posibilidad de sentar en el banquillo de los acusados a quienes dispararon contra José ya que no se cuestiona si fue o no un crimen de guerra sino que impide siquiera investigar si lo fue».
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Algunos alumnos del colegio concertado (y que segrega por sexos) de Aixa-Llaüt, ubicado en el Parc Bit en Palma de Mallorca, han protagonizado polémicas imágenes. Los jóvenes del colegio del Opus Dei, han posado realizando el saludo fascista, con dos banderas españolas pintadas como fondo.
El hecho de que el colegio esté financiado, en parte, por los ciudadanos al ser un colegio concertado y de que «segreguen por sexos«, ha creado aún más indignación en las redes y ha sido extensamente criticado.
Muy buen artículo por si alguno necesitamos refrescar la memoria.
Queda más clara que el agua de manantial la impostura y mala fé de lxs negacionistas del cambio climático. Que casualidad, todos abanderados del capitalismo salvaje y algunos, como Aznar, herederos ideológicos de los golpistas del 36 y posterior genocidio francofascista, herederos de un régimen que aún tiene enterradas en las cunetas a sus víctimas, a lxs valientes que defendieron con su vida la legalidad, los derechos y las libertades del pueblo. Fustigador, a «sueldo» de EEUU, en la invasión de Irak, país que como consecuencia de ello y hasta hoy día aún se sigue desangrando. Espero que el tiempo acabe poniendo a cada cual en su lugar.
Publicado en La Marea, 12/2015:
…En los años ochenta, el entorno neoliberal de la primera ministra británica Margaret Thatcher acuñó el eslogan There is no alternative (no hay alternativa), abreviado como TINA. Los defensores del TINA afirmaban que no había alternativa a la desregulación de los mercados, los recortes en derechos sociales y el consumismo.
Para los neoliberales no había alternativa al capitalismo salvaje, pero el neoliberalismo y el productivismo causan a diario la muerte de 8.500 niños por día por desnutrición grave. Para 2050, la ONU espera hasta mil millones de desplazados climáticos, un aumento de la mortalidad en niños y ancianos por temperaturas extremas y la extensión de enfermedades tropicales a nuevas zonas del planeta… Además, el calentamiento global es ya causa indirecta de guerras y conflictos sociales, al incrementar la competencia por los recursos naturales y agudizar la pobreza extrema. Es evidente: nuestros modos de producción y consumo son insostenibles.
“El calentamiento del sistema climático es inequívoco desde la década de 1950 y muchos de los cambios observados carecen de precedentes en décadas y milenios. La atmósfera y los océanos se han calentado, las cantidades de hielo y nieve han disminuido y el nivel del mar se ha elevado”. Esta afirmación carece de ideología. Es una de las conclusiones emitidas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPPC), un organismo dependiente de las Naciones Unidas a cuyo trabajo contribuyen gratuitamente centenares de científicos y expertos de todo el mundo.
Estaría muy bien recuperar el eslogan del TINA, el no hay alternativa, pero darle el sentido que de verdad merece, a saber: que no hay alternativa al ecologismo político. Ni neoliberalismo, ni conservadurismo, ni centrismo, ni socialdemocracia ni izquierda clásica. El futuro será verde o no será….
https://www.lamarea.com/2015/12/01/no-hay-alternativa/
Anuncios como éste: LA ALTA VELOCIDAD YA FORMA PARTE DE GRANADA no van con el ideario de LA MAREA.
DEMANDAMOS UNA NUEVA POLITICA FERROVIARIA QUE PRIORICE A LAS PERSONAS Y AL MEDIO AMBIENTE.
Se cumplen 27 años desde que se inauguró la línea AVE Madrid-Sevilla, la primera de este tipo en nuestro territorio. Una etapa caracterizada por la construcción sin freno de las infraestructuras requeridas para estos trenes, y como contraparte, el abandono del resto de la red ferroviaria, cierre de líneas, recorte de servicios y empleo.
El Estado español se ha situado como el segundo país del mundo en número de kilómetros de alta velocidad, aventajado solo por China. Un despliegue inaudito (2.500 kilómetros) que solo ha sido posible a costa de miles de millones invertidos cada año y de enormes impactos ambientales para la construcción de las vías.
Una de las consecuencias ha sido la expulsión de una buena parte de las personas usuarias hacia la carretera, al no disponer de alternativa ferroviaria atractiva y/o accesible económicamente, lo cual ha aumentado la insostenibilidad ambiental de nuestro sistema de transportes.
A pesar de que los trenes de cercanías mueven a lo largo del año 15 veces más personas viajeras que el AVE, todo el presupuesto de Renfe es de solo 600 millones al año, es decir, cinco veces menos que la inversión destinada a las nuevas líneas del AVE.
Estas medidas van en detrimento de los beneficios sociales y de los compromisos ambientales; entre ellos, el del Acuerdo de París y la necesidad urgente de reducir las emisiones causadas por el transporte. Encaminarnos hacia estos objetivos tendría que pasar por tener más y mejores trenes, no por su deterioro premeditado. Un deterioro que a su vez desconecta el mundo rural y desvertebra el territorio del medio de transporte más sostenible que existe en la actualidad.
https://www.ecologistasenaccion.org/34132/