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El sector de las energías renovables sigue a la cabeza de la expansión energética, con un crecimiento de 2,6 puntos superior al de los combustibles fósiles. En 2019, las renovables agregaron 176 gigavatios (GW) de capacidad de generación a escala mundial, cifra ligeramente inferior a la de 2018, cuando se alcanzó los 179 GW. No obstante, la nueva capacidad de energía renovable representa el 72% del total de la expansión de capacidad energética del pasado año, es decir, casi tres cuartas partes.
Estos datos han sido publicados esta semana por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) a través de su informe anual Estadísticas de Capacidad Renovable 2020. De él se desprende que la expansión de las renovables fue de un 7,6% el año pasado, con Asia dominando con un 54% del total, pese a que su ritmo de expansión fue ligeramente más lento que en 2018. En Europa y Norteamérica el crecimiento interanual fue más elevado. En cuanto a África, agregó 2 GW de capacidad renovable en 2019.
Las renovables representaron como mínimo, apunta el estudio, el 70% del total de la expansión de la capacidad en prácticamente todas las regiones, sin contar África y Oriente Medio, donde representaron el 52% y el 26% de las adiciones netas, respectivamente. «El hecho de que las adiciones de energía renovable representaran la mayor parte de la capacidad nueva el año pasado, pone de manifiesto que son muchos los países y las regiones que reconocen el grado en que es posible obtener resultados positivos de la transición energética», afirma el director general de IRENA, Francesco La Camera.
Desde IRENA reconocen que los datos son positivos, pero inciden en la necesidad de seguir trabajando «para conducir la energía global hacia la senda del desarrollo sostenible y la mitigación del cambio climático, dos factores que aportan importantes beneficios económicos». Para La Camera, en la que debe ser la década de la acción, «se necesitan políticas facilitadoras para aumentar las inversiones y acelerar la adopción de las energías renovables».
La energía solar y la eólica aportaron el 90% del total de la capacidad renovable agregada en 2019. Mientras que la solar agregó 98 GW –de los cuales, el 60% fueron en Asia–, la energía eólica registró una expansión cercana a los 60 GW, con China (26 GW) y Estados Unidos (9 GW) como principales protagonistas.
Actualmente, ambas tecnologías –la solar y la eólica– generan 623 GW y 586 GW, respectivamente. Esto supone casi la mitad de la capacidad renovable mundial. Por su parte, la energía hidroeléctrica, la bioenergía, la energía geotérmica y la energía marina registraron una mínima expansión interanual de 12 GW, 6 GW, 700 MW y 500 MW, respectivamente.
En la última década, se han invertido cerca de 3 mil millones de dólares en energías renovables, según IRENA. Sin embargo, señalan que las inversiones anuales deben duplicarse para 2030 si se quiere hacer frente a la emergencia climática.
Los planes de España
El 31 de marzo, el Gobierno, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, acordó remitir a la Comisión Europea el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC). En él se fijó una reducción de un 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990, cifra insuficiente para la comunidad científica y organizaciones ecologistas.
Para lograr ese objetivo, España quiere que en la próxima década un 42% de la energía en el uso final sea de fuentes renovables. Así, esperan que un 74% de presencia de energías renovables en el sector eléctrico hasta llegar a un sector eléctrico 100% renovable en 2050.