ELECCIONES IPCC | Jean-Pascal van Ypersele: “Cientos de millones de personas están ya hoy en peligro y lo estarán aún más mañana”

El 26 de julio se elige a la próxima persona en presidir el IPCC durante una década clave para la acción climática. El climatólogo belga es una de las cuatro personas que postulan al puesto. "El Presidente del IPCC debe tener los dos pies en el suelo para ser la voz del clima”, defiende.
Jean Pascal. Foto: Eric Herchaft.

El IPCC (Panel Intergubernamental de Especialistas sobre el Cambio Climático) celebra elecciones entre el 25 y el 28 de julio en Nairobi (Kenia). Durante el encuentro se renovarán todos los grupos de trabajo y órganos de decisión de cara al Séptimo Ciclo de Evaluación.

El 26 de julio se elegirá a la persona que presidirá el IPCC. Cuatro personas optan al cargo. En Climática hemos elaborado un cuestionario común con 10 preguntas para conocer las propuestas de los dos candidatos y las dos candidatas.

El belga Jean-Pascal van Ypersele, de 66 años, es catedrático de climatología y ciencias del desarrollo sostenible en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). En 2015 estuvo a punto de ser elegido presidente del IPCC para el Sexto Ciclo de Evaluación. Ahora lo vuelve a intentar de cara al Séptimo Ciclo.

Físico de formación, desarrolló su doctorado en el Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos. Lleva más de 40 años publicando sobre cambio climático y desarrollo sostenible con un enfoque interdisciplinar. 

Es miembro de la Real Academia Belga. En 2016, creó, con el apoyo del Gobierno de Valonia (una de las tres regiones de Bélgica), la Plataforma Valona por el IPCC. Ha participado en casi todas las cumbres del clima (COP) como asesor científico de la delegación de su país. Además, ha colaborado habitualmente con la ONU y la Unión Europea, sobre todo en elaboración de informes. Asegura que suele ejercer de asesor/consultor para gobiernos y jefes de Estado (e incluso para Greta Thunberg).

Lleva colaborando con el IPCC desde 1995. Fue su vicepresidente durante el Quinto Informe de Evaluación (2008-2015). Ha sido autor principal del Tercer Informe de Evaluación (2001) y fue elegido vicepresidente del Grupo de Trabajo II (encargado del informe sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad) en 2002. También ha sido coautor y editor de revisión de otros tantos informes del panel.

Durante su trayectoria profesional ha recibido numerosos premios y distinciones. El más reciente ha sido el Harvard Leadership Prize, del Harvard Club de Bélgica, en 2018. Su máxima aspiración ahora es ocupar el mayor cargo de responsabilidad del mayor grupo de expertos en cambio climático.

¿Por qué ha decidido presentarse a estas elecciones?

Cada vez hay más países en situación de emergencia como consecuencia del cambio climático. Para algunos se ha convertido en una cuestión vital e incluso existencial. Cientos de millones de personas están ya hoy en peligro y lo estarán aún más mañana. Considero a esas personas mis hermanas y hermanos. Tengo la intención de poner mi larga experiencia sobre el cambio climático al servicio de la comunidad internacional, en el norte, en el sur, en todas partes, para que las cosas avancen a buen ritmo. Los informes de evaluación del IPCC evalúan y resumen nuestros conocimientos sobre el cambio climático y lo que se puede hacer al respecto, y me gustaría garantizar que estos conocimientos sirvan para que se tomen las mejores decisiones sin dejar a nadie atrás.

¿Por qué debería ser usted la próxima persona en dirigir el IPCC?

Empezaría respondiendo que sólo me he perdido dos COP desde la primera, en 1995. Durante las COP, oímos muchas cosas de los distintos países, pero hay una voz que no oímos: la voz del clima. El IPCC debe ser la voz mundial de la ciencia del clima para que pueda apoyar a los responsables de la toma de decisiones en los momentos clave. Los mensajes del IPCC, sus informes que reflejan la realidad del cambio climático actual y previsto, así como sus impactos y opciones de actuación, deben comunicarse con la mayor claridad posible. No basta con colocar informes de 4.000 páginas o incluso resúmenes de 40 páginas sobre las mesas de los responsables políticos, hay que ser más proactivos. Nadie debería ignorar lo que dice el IPCC, basado en la ciencia.

He trabajado y publicado con científicos de muchas disciplinas que se ocupan del impacto, la adaptación y la mitigación del cambio climático –geógrafos y científicos sociales, demógrafos, sociólogos, filósofos, ingenieros y economistas–. Comprendo la diversidad de culturas y vocabularios científicos en torno a la mesa del IPCC, y sé cómo es trabajar con distintas disciplinas. También he trabajado en la interfaz ciencia-política durante más de 30 años, asesorando a los gobiernos belga, europeo y de Fiyi (miembro del G77 y China) en cuestiones climáticas y de desarrollo sostenible. También he sido autor principal del Tercer Informe de Evaluación del IPCC y editor de revisión en numerosas ocasiones. Tengo 13 años de experiencia en la Mesa del IPCC: vicepresidente del Grupo de Trabajo II sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación (2002-2008) y vicepresidente del IPCC de 2008 a 2015. El IPCC necesita a alguien con conocimientos y experiencia tan amplios y completos.

También me gustaría que el IPCC fuera realmente representativo de toda la gama de situaciones climáticas y soluciones necesarias. Para lograrlo, es muy importante ir a ver lo que está ocurriendo en todo el mundo, en términos muy concretos. No sólo a nivel ministerial, sino también sobre el terreno, para ver la realidad de los impactos del cambio climático y las soluciones que se están aplicando. 

Durante esta campaña para la presidencia del IPCC, tuve la suerte de poder hacer visitas sobre el terreno, en particular a Etiopía, Kenia, la República Democrática del Congo, Bangladesh y la India. Estas visitas me permitieron ver el sufrimiento, pero también la esperanza. Si soy elegido, seré un presidente del IPCC al 200%: 100% para el propio IPCC, para hacerlo más eficaz, más elocuente, mejor comprendido, más relevante, etc.; y 100% para desarrollar asociaciones con otras organizaciones, para resolver los problemas que el IPCC no podrá resolver por sí solo, y para estar en contacto con las situaciones sobre el terreno. 

Haré tantas visitas como me sea posible, empezando por los países que no he tenido la oportunidad de visitar durante la campaña. Creo que esto es muy importante. Para que el IPCC sea la voz del clima, su presidente debe tener los dos pies en el suelo, debe estar en contacto con la realidad. Estoy lleno de inspiración tras visitar más de 25 países en los últimos seis meses. 

De salir elegida como nueva presidente del IPCC, ¿qué medidas o novedades le gustaría llevar a cabo?

Tal como se presenta en mi programa de campaña (véase www.jpvanyp.be), tengo previsto trabajar en cinco ejes estratégicos:

  • Mejorar la estrategia de comunicación del IPCC para garantizar que sea la voz del clima más sólida y clara desde el punto de vista científico; 
  • Entregar productos relevantes para las políticas a través de un diálogo reforzado entre el IPCC y los responsables de la toma de decisiones;
  • Reforzar el papel del IPCC en la creación de mayores sinergias entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y el cambio climático;
  • Integrar las consideraciones de justicia climática y transición justa en todos los trabajos y actividades del IPCC;
  • Garantizar la participación efectiva de más científicos de países en desarrollo, mujeres, jóvenes científicos y disciplinas y conocimientos infrarrepresentados, incluidos los conocimientos indígenas, en el IPCC para los próximos ciclos de evaluación.

Para cada uno de estos ejes se están desarrollando acciones concretas y se establecerán asociaciones innovadoras con instituciones internacionales. Durante mi campaña, ya he establecido contactos iniciales con el Fondo Verde para el Clima, la UNESCO, el Banco Africano de Desarrollo, el Banco Asiático de Desarrollo, la Unión Africana, el Banco Mundial, la Fundación Ban Ki-moon, la Comisión Europea, la Comisión Económica para África, el Fondo Monetario Internacional, el Instituto Global de Crecimiento Verde, la Unión de Consejos Económicos y Sociales e Instituciones Similares de África (UCESA)… Todos ellos están dispuestos a comprometerse con el IPCC.

¿Cuál cree que debería ser el papel del IPCC en esta y las décadas siguientes?

El IPCC debe centrarse más en las soluciones para adaptarse a los impactos inevitables del cambio climático y para mitigarlo aún más. Para ello, es necesario tener en cuenta distintas fuentes de información científica. En principio, no hay razón para prohibir que contribuya cualquier persona que tenga conocimientos relevantes pero, evidentemente, debe evitarse cualquier conflicto de intereses tangible. No hay espacio para “negar” hechos científicos. El IPCC tiene una política de conflicto de intereses, a la que contribuí cuando era vicepresidente. Fue revisada y modificada por última vez en 2016, antes de la redacción del informe del sexto ciclo de evaluación. Es hora de hacer balance de cómo se ha aplicado y aclarar mejor lo que constituye un conflicto de intereses real. 

También es importante recordar que la calidad de los informes del IPCC es el resultado del trabajo de un gran grupo de personas, y que el proceso de revisión es de suma importancia. Quiero tomar todas las medidas necesarias para garantizar que todas las partes de todos los informes sean examinadas a fondo por expertos bien informados.

El informe del Grupo de Trabajo III publicado el año pasado tuvo entre sus autores a dos empleados de compañías petroleras y a un negacionista del cambio climático. ¿Considera correcto que puedan formar parte los informes del IPCC? ¿No cree que puede afectar a la credibilidad del Panel?

El IPCC debe centrarse más en las soluciones para adaptarse a los impactos inevitables del cambio climático y para mitigarlo aún más. Para ello, es necesario tener en cuenta distintas fuentes de información científica. En principio, no hay razón para prohibir que contribuya cualquier persona que tenga conocimientos relevantes pero, evidentemente, debe evitarse cualquier conflicto de intereses tangible. No hay espacio para “negar” hechos científicos.

El IPCC tiene una política de conflicto de intereses, a la que contribuí cuando era vicepresidente. Fue revisada y modificada por última vez en 2016, antes de la redacción del IE6. Es hora de hacer balance de cómo se ha aplicado y aclarar mejor lo que constituye un conflicto de intereses real. También es importante recordar que la calidad de los informes del IPCC es el resultado del trabajo de un gran grupo de personas, y que el proceso de revisión es de suma importancia. Quiero tomar todas las medidas necesarias para garantizar que todas las partes de todos los informes sean examinadas a fondo por expertos bien informados.

Una de las principales críticas al IPCC es la falta de diversidad de género y de países entre sus autores. ¿Comparte usted este problema? ¿Qué cree que debe cambiar en el Panel para mejorar en ambos aspectos?

La escasa diversidad de género y de países entre los autores es, por supuesto, un tema que me preocupa. Tengo ideas claras sobre cómo mejorar la situación y ya he empezado a trabajar en ellas. Por ejemplo, he hablado con el Fondo Verde para el Clima y están dispuestos a pedir a la Junta del FVC que adapte las directrices de su Programa de Preparación para permitir que los gobiernos proporcionen financiación a los autores del IPCC. 

Tengo previsto desarrollar más asociaciones innovadoras para garantizar que los autores de los países en desarrollo dispongan de los medios financieros y materiales necesarios para participar en el IPCC. En cuanto a la inclusión de la perspectiva de género, hay que esforzarse por alcanzar una proporción del 50% de autoras, y estoy en contacto con el presidente de una de las mayores universidades centradas en las estudiantes, la Ewha Womans University de Seúl (República de Corea) para desarrollar acciones concretas hacia este objetivo. 

También tenemos que asegurarnos de que el IPCC sea un entorno totalmente libre de cualquier acoso o prejuicio sexual para fomentar una auténtica inclusividad de género. Me gustaría señalar que mi equipo de campaña incluye a muchas mujeres altamente cualificadas, que me asesoran en diferentes asuntos, incluida la inclusividad de género.

Otra crítica que recibe a menudo el IPCC es que sus informes utilizan un lenguaje suavizado en los resúmenes para responsables de políticas (conocidos en inglés como SPM) ya que son resultado de la negociación con los países. ¿Considera esto una ventaja o un inconveniente?

Es sin duda una clara ventaja que los resúmenes para responsables de políticas se aprueben por consenso. Forman una base científica que no es rechazada por ningún país, lo que constituye un fundamento sólido para la negociación y la acción colectiva. Los informes del IPCC publicados hasta ahora, incluidos los SPM, contienen muchas afirmaciones claras sobre la urgencia de la situación climática y la viabilidad de las soluciones. Sin embargo, el IPCC tuvo menos éxito durante el sexto ciclo de evaluación, especialmente en el caso del informe de síntesis, a la hora de gestionar a tiempo el proceso de aprobación de los SPM. Esto tuvo consecuencias concretas en la participación de muchos países, especialmente para los países en desarrollo, que no pudieron contar con delegados que asistieran a los debates dos días después del plazo previsto. Se trata de un área de mejora a la que quiero contribuir, con vistas a aumentar la inclusividad, así como la capacidad de todos para centrarse en los puntos clave de cada GDS.

La crisis climática y la pérdida de biodiversidad son las dos grandes crisis medioambientales de nuestro tiempo y requieren una actuación conjunta. Hace unos años, los dos máximos organismos en la materia (IPCC e IPBES) publicaron un trabajo conjunto. ¿Cree que debería reforzarse aún más la colaboración entre ambos?

El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son, en efecto, retos fuertemente interconectados que no pueden abordarse por separado y que requieren un intercambio de conocimientos entre el IPCC y la IPBES. Este ha sido el resultado del informe del taller de la reunión copatrocinada por IPBES y el IPCC sobre Biodiversidad y Cambio Climático, basado en nuevos conocimientos y en los últimos avances en política medioambiental. Este informe representa la primera colaboración entre los dos organismos intergubernamentales científico-normativos. El IPCC y la IPBES deben reforzar su colaboración, habida cuenta de los solapamientos cada vez mayores de sus trabajos y de las soluciones necesarias. 

Tenemos que presentar una cartera de soluciones para mitigar tanto la crisis climática como la de la biodiversidad y sus impactos en las sociedades. Cualquier nueva colaboración entre el IPCC y la IPBES también debe integrarse en la Agenda 2030 y los ODS, proporcionando información científica para apoyar la implementación de los ODS y evaluando si las acciones actuales abordan suficientemente las crisis del clima y la biodiversidad y su impacto social.

Tengo la intención de colaborar con la IPBES en la preparación de un posible informe especial sobre Cambio Climático y Desarrollo Sostenible, con una evaluación completa de las muchas sinergias (y de las compensaciones) que pueden encontrarse entre los 17 ODS. Un informe de este tipo sería muy valioso como aportación oportuna para el segundo Balance Mundial que tendrá lugar en 2028 en el marco del Acuerdo de París.

Me gustaría conocer su posición sobre determinadas tecnologías como la energía nuclear, la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la eliminación de dióxido de carbono (CDR), el hidrógeno renovable y los vehículos eléctricos. También qué opina de la carne, un tema siempre polémico.

Como candidato a la presidencia del IPCC, no deseo ser prescriptivo sobre una lista de tecnologías, sectores u opciones de estilo de vida específicos. Mi posición sobre cada uno de ellos estará totalmente alineada con las pruebas científicas y, si soy elegido presidente del IPCC, reflexionaré sobre el contenido de las evaluaciones del IPCC de la mejor manera, y me aseguraré de que sean relevantes y estén disponibles para los responsables políticos.

Por último, ¿se considera optimista en el contexto actual de crisis climática y de biodiversidad?

Las soluciones existen, están a nuestro alcance. El papel del IPCC es evaluar y compartir todas las opciones disponibles con los responsables de la toma de decisiones. Soy y siempre he sido optimista. Creo que podemos limitar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad de una forma que sea justa, equitativa y que contribuya a aliviar la pobreza en todo el mundo.

A menudo se dice que, para progresar en ámbitos difíciles como la crisis climática, hay que tener los ojos bien abiertos, pero sin desilusionarse en ningún momento. Ciertamente, ésta es una descripción perfecta de un enfoque científico: trabajar incansablemente para conseguir las pruebas necesarias para asegurarse de que se toman las decisiones correctas.

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