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Thelma Krug: «Ya no podemos decir que la adaptación al cambio climático sea algo del futuro»

La actual vicepresidenta del IPCC pide traducir la preocupación en acciones tras el informe de síntesis presentado esta semana, y adelanta que se presentará a las elecciones de julio para intentar ser la primera mujer en presidir el organismo climático de la ONU.
Thelma Krug: «Ya no podemos decir que la adaptación al cambio climático sea algo del futuro»
Thelma Krug durante un evento del IPCC el año pasado. Foto: IPCC

Thelma Krug (São Paulo, Brasil, 1951) se muestra satisfecha con el informe de síntesis publicado este lunes por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés) porque anima y da las claves para pasar de la preocupación a la acción. También valora que el texto repite mucho en una idea en la que ella también insiste: no se destina el suficiente dinero para la adaptación a los efectos del calentamiento global.

La investigadora brasileña lleva buena parte de su vida profesional ligada al IPCC. Tras participar en varios de sus informes y ocupar distintos puestos de responsabilidad, en 2015 se convirtió en vicepresidenta del organismo climático de la ONU. Pero con este último informe, se pone fin al Sexto Ciclo de Evaluación y, con ello, a su mandato. No obstante, anuncia por primera vez que se presentará, con el respaldo de Brasil, para presidir el Grupo: «El IPCC lleva en funcionamiento desde 1988 y nunca ha habido una candidata mujer para su presidencia. Es necesario coraje y determinación para hacerlo».

Este lunes por la tarde, pocas horas después de que se hiciera público el trabajo del IPCC en el que se sintetizan seis informes y ocho años de trabajo, la investigadora brasileña nos atiende por videollamada desde Alemania, donde se encuentra haciendo alegaciones técnicas de propuestas sobre bosques para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Justo antes había pasado 10 días en Suiza con las negociaciones entre países para aprobar el reciente informe. «El domingo hacía dos días que no dormía, así que ahora mismo estoy muerta», cuenta mientras se ríe.

¿Qué balance hace de este Sexto Ciclo de Evaluación del IPCC?

Llevo en el IPCC más de 20 años, desde el Cuarto Ciclo de Evaluación (2007). Y considero que este Sexto Ciclo es uno de los más ambiciosos de toda la historia del panel, con los tres informes especiales, las contribuciones de los tres grupos de trabajo y la actualización del informe de metodología. Ha sido muy intenso y ambicioso, ha creado muy buenos informes. Creo que ello se debe a la ampliación de la literatura científica que está disponible en todo el mundo. Al fin y al cabo, el IPCC lo que hace es evaluar todos los artículos científicos publicados, y vemos que hay una profunda producción de nuevos conocimientos. Esto es una grandísima noticia porque hace que los informes del IPCC sean más robustos.

No se puede esperar más. Ese es el mensaje que buscamos transmitir desde el IPCC. El conocimiento científico está ahí. Es cierto que hay algunas incertidumbres, pero ello no es excusa para que no tengamos acciones de mitigación y adaptación cada vez más profundas y ambiciosas.

Ahora es momento de pasar a la acción, de esperar que todos esos informes, toda esa ambición, todos estos mensajes demoledores, lleguen a quienes tienen que llegar.

Creo que existe conciencia sobre la importancia de que las acciones sean cada vez más profundas. Este informe habla bastante de resiliencia climática. Hablamos también de integración, de acciones de adaptación, de mitigación, de desarrollo sostenible…. Y todo eso lo saben los gobiernos, que son quienes han aprobado el resumen para responsables de políticas.

Lo que pasa es que tenemos que traducir la preocupación en acciones. El IPCC y este informe de síntesis buscan eso, demostrar que ya tenemos medidas, tenemos tecnologías, tenemos opciones que pueden ser implementadas ahora para reducir las emisiones a cerca de la mitad para 2030 en comparación con 2019. Y en todos los sectores. Hay medidas para la energía, agricultura, bosques, usos de la tierra, procesos industriales… Estamos hablando de todas las áreas de la economía. Lo que tenemos es la necesidad  –particularmente para los países en desarrollo– de una cooperación internacional más eficaz que ahora mismo no se está produciendo. La cooperación internacional puede ayudar a alcanzar una mitigación más ambiciosa para el cambio climático y para la adaptación a un desarrollo resiliente al clima. Tenemos que hacer mucho más en términos de cooperación internacional. Hay que pasar de las palabras a la acción. 

Otro punto clave que toca este informe es la importancia de flujos financieros más ambiciosos para adaptación. Ahora mismo, se destina muy poco. Ya no podemos decir que la adaptación al cambio climático sea algo del futuro. Se acabó el tiempo de decir eso, la adaptación es ahora. Ya no existen medidas de mitigación que sean tan ambiciosas como para no necesitar medidas de adaptación.

Este informe es muy claro con que no solo hacen falta flujos financieros para mitigación. Debemos equiparar el dinero destinado a la mitigación y adaptación, particularmente para las comunidades más vulnerables.

Han sido ocho años seguidos con informes, y eso ha servido para que los gobiernos no se ‘despistaran’ con el cambio climático. Pero ahora estaremos un par de años sin informes en un momento crucial. ¿Tiene miedo de que se relajen?

En julio empezamos el Séptimo Ciclo de Evaluación, con una reunión donde discutiremos el plan de trabajo para los siguientes años. Entre los temas de los que habrá que hablar es que si esperamos seis o siete años para publicar tal vez ya sea un poco tarde.  

Los informes especiales se producen cada dos años y medio, por lo que tal vez no haya que esperar hasta finales de la década.

Recientemente tuvimos una reunión con el consejo del IPCC, formado por una treintena de miembros de todas las regiones, y mostraron su preocupación sobre la necesidad de una mayor frecuencia de evaluación de los conocimientos científicos por parte del IPCC. Veremos qué pasa finalmente.

Uno de los temas que más se critican del IPCC es la brecha de género y la falta de diversidad entre sus autores. Usted, aparte de ser vicepresidenta del IPCC, es también vicepresidenta del Equipo de Acción de Género [GAT, por sus siglas en inglés] que creó hace unos años el panel para reducir esas desigualdades.

Durante este ciclo ha habido avances importantes. El género, la diversidad y la equidad son temas que en este ciclo se han vuelto más evidentes.

Pero sigue habiendo una brecha importante en todo lo que menciona.

Estamos llevando a cabo una encuesta a través de una empresa privada que está contactando a todos los autores y autoras que estuvieron involucrados en este Sexto Ciclo de Evaluación con el objetivo de entender a la perfección si hay problemas relacionados con la cuestión de diversidad, con una cuestión de género y de equidad. De cara al siguiente ciclo nos dará una idea más concreta sobre esta temática. El objetivo es involucrar a las personas indistintamente de su género y de su cultura de una forma justa y equitativa.

Hablando de posibles barreras para esa igualdad, está la cuestión del idioma. El trabajo del IPCC es mirar todos los artículos científicos publicados, y casi siempre se recurre a la literatura en inglés. Si algo está en cualquier otro idioma es posible que pase desapercibido.

El IPCC incluye en sus procedimientos la posibilidad de evaluación por parte de los autores de otras fuentes de información científica que no estén solo en inglés. Es un factor importante para tornar los resultados del IPCC más robustos y representativos de todas las regiones del mundo. 

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Thelma Krug durante la sesión de aprobación del informe de síntesis. Foto: IISD/ENB | Anastasia Rodopoulou.

Volvamos al informe de síntesis. Usted estuvo en el plenario de aprobación que se llevó a cabo la semana pasada y que se alargó dos días más de lo programado. ¿Cómo fue el proceso de aprobación? Siempre es difícil la negociación con los delegados de los países.

Este es un proceso confidencial. Hay que tener en cuenta que el informe de síntesis parte ya de un esquema predefinido por los países en cuanto a extensión, por lo que tiene que ocupar determinado espacio. Durante el proceso de aprobación, hay veces que durante la negociación se pierde la idea del párrafo original, y hay que reconducir. No es fácil, pero al final se logra un texto muy equilibrado y claro por consenso entre los países desarrollados y en desarrollo.

En lo que hay que insistir es en que durante esta negociación no se cambia la información científica. Lo único que se hace [en el resumen para responsables de políticas] es alcanzar un texto equilibrado que convenza a todos los gobiernos que están ahí. Esa es la mayor dificultad del proceso, encontrar ese equilibrio que tenga en cuenta las preocupaciones de los países desarrollados y en desarrollo.

¿Y está satisfecha con el texto final aprobado?

Estoy muy contenta con el informe de síntesis. Traslada mensajes que considero claves. Hay de todo. El informe muestra que no se está haciendo lo que deberíamos estar haciendo.

Con el informe de síntesis, el IPCC ha cerrado un ciclo no solo de informes. En julio hay elecciones para renovar toda la parte directiva: presidencia, vicepresidencia…

Sí, ahora creo que tenemos, por procedimiento, dos semanas para que el IPCC abra el plazo para las nominaciones. Estas elecciones tienen que considerar un número de representantes regionales para el Consejo. Europa tiene ocho miembros, África tiene siete, América del Sur tiene cuatro. Por tanto, hay un número predefinido por la plenaria para que dentro del Consejo exista una representación geográfica que asegure tener diversidad cultural.

Acaba su etapa dentro del IPCC. 

Dejo de ser vicepresidenta.

¿Se volverá a presentar o qué planes tiene?

Brasil propondrá mi nombre para presidir el IPCC.

¿Quiere presidir el IPCC?

Esa es la idea. Hay otros candidatos muy buenos, aunque aún no hay nada oficial.

El climatólogo y exvicepresidente del IPCC, Jean-Pascal van Ypersele, es por ahora el único que oficialmente ha anunciado su candidatura. Ha sido respaldado por el gobierno de Bélgica.

Sí. También creo que se presentará Debra Roberts, de Sudáfrica y actual copresidenta del Grupo de Trabajo II. También suena Jim Skea, de Reino Unido, que es copresidente del Grupo de Trabajo III. Pero esos nombres no están aún anunciados oficialmente. Las nominaciones para todo el Bureau [el máximo órgano dentro del IPCC] empiezan en pocas semanas. 

Habrá que esperar a julio a ver qué pasa. Las votaciones son secretas, y los encargados de votar son los 195 gobiernos miembros del IPCC. En las anteriores elecciones participaron más de 135 países. Se deberá elegir a todos los miembros del Bureau del IPCC, incluso su presidente y tres vicepresidentes, y a los dos presidentes de cada uno de los distintos grupos de trabajo y el Grupo para Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero (uno de un país desarrollado y otro de país en desarrollo).

¿Por qué ha dado el paso de querer presidir el IPCC?

El IPCC lleva en funcionamiento desde 1988 y nunca ha habido una candidata mujer para su presidencia. Es necesario coraje y determinación para hacerlo. Creo que es un paso importante, particularmente en este momento en el hay mucha preocupación del IPCC con la equidad, el género y la diversidad.

Tenemos muy buenos candidatos. Independientemente de quién salga elegido como presidente, creo que cualquiera de los que te mencioné antes será un gran presidente.

En el caso de no salir elegida presidenta pero sí para otro puesto, ¿aceptaría?

No, no. Podría seguir contribuyendo en el IPCC como editora, revisora o similar, pero no de una forma tan intensa como todos estos años. Han sido 20 años en el Grupo. El IPCC es una pasión, es un organismo con una importancia científica muy profunda, y eso es lo que me da fuerza para aceptar la nominación por parte de Brasil.

Hablando de Brasil, su país. Ha habido un cambio de gobierno importante. El anterior no tenía especial preocupación por la crisis climática y este sí.

Sobre estos temas tengo difícil hablar, ya que el IPCC no se mete en temas de países. Fuera de mi rol de vicepresidenta te digo que, claro, es un cambio grande de posición, con un interés cada vez mayor por parte del Gobierno, que busca una mayor transparencia y acciones concretas para combatir el cambio climático y sus riesgos… Espero que con todo avance porque son tiempos difíciles.

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COMENTARIOS

  1. Manual para organizar la resistencia contra el extractivismo minero
    Ecologistas en Acción presenta un cuaderno sobre cómo abordar la resistencia contra la minería. El objetivo es guiar los primeros pasos de las personas y colectivos que se enfrentan por primera vez a un proyecto minero en su localidad.
    Durante las operaciones mineras, con frecuencia se contamina el aire y el agua con productos químicos tóxicos, como el cianuro, el plomo, el arsénico, el cadmio, el mercurio y el ácido sulfúrico. Esto provoca enfermedad y muerte tanto a personas como a la biodiversidad de la zona (flora y fauna), así como graves afectaciones a la calidad del aire, el agua y la tierra.
    Ecologistas en Acción ha confeccionado la guía ‘Cómo defenderse ante la amenaza de un proyecto minero’ para defender el territorio ante las amenazas ambientales. A medida que las corporaciones aumentan su control sobre la toma de decisiones en todo el mundo, la ciudadanía pierde capacidad para resistirse o defender sus derechos, a la vez que los gobiernos se decantan más por privilegiar a las grandes corporaciones en lugar de velar por los derechos de la ciudadanía y el medio ambiente.
    La organización ecologista señala que estas empresas extractivas son poderosas, con entramados mercantiles de acceso a múltiples sectores de actividad y grandes grupos de accionariado, que no dudan en perpetrar abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente para incrementar sus ingresos y favorecer los intereses económicos del accionariado.
    Asimismo, alertan de que el extractivismo cuenta a menudo con la complicidad de los gobiernos para expoliar los recursos de un territorio y amoldar las leyes a su conveniencia, sin responsabilidad ambiental alguna. Incluso procuran, mediante entramados societarios, no costear la rehabilitación ambiental de la zona afectada, sin hacerse cargo de accidentes y sin pagar sanciones.
    “Si la comunidad local afectada actúa rápido y organiza un movimiento popular de rechazo al proyecto, puede llegar a dificultar tanto su desarrollo que los promotores acaban desistiendo y marchándose. El talón de Aquiles de las mineras está en el rechazo social”, subraya Cristóbal López, portavoz de Ecologistas en Acción.
    El manual recoge diez apartados para defender el territorio ante proyectos tan dañinos ecológica y socialmente como la minería. En él se explica desde cómo documentarse sobre el proyecto minero, cuáles son las afecciones ambientales más significativas y cómo organizar a la comunidad para repeler las represalias de las empresas mineras o los gobiernos.
    https://www.ecologistasenaccion.org/287051/manual-para-organizar-la-resistencia-contra-el-extractivismo-minero/

  2. En este momento, la industria de los combustibles fósiles se está reuniendo en la Conferencia Europea del Gas en Viena para trazar cómo » preparar el futuro» del gas y continuar su rastro de destrucción climática global. ¿Cómo puede la industria de los combustibles fósiles hablar sobre el futuro cuando la criminalidad está incorporada en su ADN y las comunidades de todo el mundo sufren los impactos de su comportamiento?
    Actualmente, los mayores actores de combustibles fósiles de Europa están celebrando reuniones a puerta cerrada para llegar a acuerdos sucios y trazar su continuo rastro de destrucción climática global a un supuesto «gas a prueba de futuro». Pero de lo que no hablarán es de la frecuencia con la que han sido condenados o acusados de violar la ley.
    La semana pasada, Greenpeace Países Bajos publicó «The Fossil Fuel Crime File: Proven Crimes and Credible Allegations» (El archivo de delitos fósiles: crímenes probados y acusaciones creíbles), que recopila una muestra de delitos penales, civiles y administrativos cometidos por la industria de los combustibles fósiles, así como acusaciones creíbles contra ellos, desde 1989 hasta la actualidad.
    El expediente del crimen expone el vergonzoso historial de diez de las grandes empresas europeas de combustibles fósiles más poderosas, como Shell, TotalEnergies, Eni, Glencore y otras. Identifica 26 categorías de conductas ilegales: estos casos incluyen casos probados y presuntos de corrupción y soborno, contaminación del aire y el agua, lavado verde e incluso complicidad en crímenes de guerra.
    La semana pasada, el último informe del IPCC declaró que la infraestructura actual de combustibles fósiles del mundo es suficiente por sí sola para exceder el límite de calentamiento de 1.5 ° C.
    La crisis climática ya está causando estragos, y el peligro al que nos enfrentamos es inconfundible: solo en Malawi, cientos de vidas se han cobrado inundaciones sin precedentes. Además, 2022 ha pasado a la historia como uno de los años más calurosos registrados, marcado por una serie de eventos climáticos extremos que subrayan la urgencia de nuestra situación.
    Para tener alguna esperanza de limitar el calentamiento global a 1,5 ° C, el IPCC dice que necesitamos una «reducción rápida y profunda y, en la mayoría de los casos, inmediata de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores en esta década». Todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles deben detenerse de inmediato y la infraestructura existente debe eliminarse rápidamente.
    La industria de los combustibles fósiles aparentemente se considera por encima de la ley, ha mentido durante décadas sobre el cambio climático y la humanidad ahora está pagando el precio. Queremos que esta industria detenga nuevos proyectos de combustibles fósiles ahora. Queremos que dejen de violar la ley y paguen por sus crímenes contra las personas y el planeta.
    Juntos podemos hacer frente a la industria criminal de los combustibles fósiles y hacer que rindan cuentas por el daño que están causando a las personas y a nuestro planeta. Pero, necesitaremos el poder de la gente para presionarlos a cada paso.
    Como dice el IPCC, «si actuamos ahora, todavía podemos asegurar un futuro habitable y sostenible para todos»
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