Arde Tenerife, se quema nuestra casa: incendios y desplazamientos en tiempos de emergencia climática

En un contexto de cambio climático, los desplazamientos de personas serán cada vez más habituales. Sin embargo, los planes y normas vigentes en España siguen sin tener presente esta realidad.
Foto: Francis Hernández.

Escribo estas líneas desde Arafo (Tenerife, islas Canarias) mientras escucho el incesante vuelo de los hidroaviones y helicópteros en su esfuerzo por intentar apagar las llamas de este infierno que comenzó el 15 de agosto. El picor en los ojos y en la garganta, el olor a humo, los confinamientos y la pena no nos abandonan todavía.

Todo empezó en las montañas de este pueblo, en la zona de Chivisaya. El incendio, que ha sido provocado, ha arrasado por el momento casi 15.000 hectáreas y afecta a 13 municipios, en la zona sur y norte de la isla. Se ha quemado gran parte del Parque Natural de la Corona Forestal, el mayor espacio natural protegido del archipiélago canario, hogar de especies endémicas como el pinzón azul, y ha entrado en el Parque Nacional del Teide. El sentimiento de pérdida es generalizado estos días: “se quema nuestra casa”, me decía una amiga.

Tristemente, en Canarias a nadie le sorprende que haya al menos un par de incendios cada verano. Esto, junto con el auge de las microalgas y de los vertidos en el mar, las invasiones de polvo sahariano, los apagones de luz, los cortes de agua y la intención de construir nuevos hoteles o cualquier macroproyecto que solo conviene a unos pocos, se han convertido en lo ‘normal’. Sin embargo, este fuego que está quemando el pinar tinerfeño, nuestro corazón y nuestros pulmones, “probablemente sea el incendio más complejo que hemos tenido en Canarias, si no de siempre, al menos de los últimos 40 años“, como declaraba el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo.

La virulencia de este fuego se explica por muchos motivos. Uno de los más importantes, pero menos visibilizados estos días es, justamente, la crisis climática. Los días previos vivimos un episodio de calor y calima poco frecuente. Toda Canarias, excepto Lanzarote, estaba en riesgo por calor extremo. Esta fue la primera vez que se activó el aviso rojo por temperaturas máximas en 6 islas a la vez desde que existe el Plan de Meteoalerta de la AEMET. Además, tal y como se explica en la Estrategia Canaria de Acción Climática, la temperatura media en las islas ha sido superior al de la media global en los últimos años, las olas de calor han aumentado, las intrusiones de polvo sahariano son cada vez más frecuentes e intensas y las precipitaciones se han reducido de manera general en el archipiélago.

Los desplazamientos, la inmovilidad y el miedo ante el desastre ambiental

En el momento de publicarse este texto, las autoridades cifran en más de 12.000 las personas han tenido que ser evacuadas. Estas cifras seguramente serán recogidas en los informes del Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC) que, cada año, recopila el número de desplazamientos internos inducidos por desastres relacionados con amenazas naturales, como los incendios, y por conflictos y violencia.

En el informe con datos de 2019, se analizaban los desplazamientos asociados a otro de los grandes desastres de la historia reciente de las Canarias: los incendios en la isla de Gran Canaria en agosto de ese año, cuando cerca de 10.000 personas tuvieron que ser evacuadas. A nivel mundial, solo en 2022 se produjeron más de 32,6 millones de nuevos desplazamientos asociados a desastres, 366.000 de ellos relacionados con incendios. De hecho, entre 2008 y 2020, los incendios forestales provocaron alrededor de 3,3 millones de desplazamientos internos en todo el mundo.

Aunque la mayoría de las personas evacuadas en el incendio de Tenerife podrán regresar a sus hogares, muchas de estas personas han visto cómo sus medios de vida se ponen en peligro, lo que puede llevar a movilidades a más largo plazo. Álvaro García Río-Miranda, cabrero español, explicaba en un reportaje en Euronews que los incendios que asolaron la Sierra de Gata en 2015 lo dejaron sin empleo al morir muchas de las cabras de su rebaño, por lo que tuvo que marcharse en busca de una nueva forma de ganarse la vida y terminó trabajando como pastor en Francia y Suiza, cuidando los rebaños de otras personas.

Este verano, poblaciones de Grecia, Hawái y Canadá también huían de los incendios. La movilidad humana vinculada con desastres climáticos, repentinos o de degradación lenta –como la elevación del nivel del mar, el deshielo o la sequía– existe en todo el planeta. De hecho, muchas de las personas que migran buscando un futuro mejor y se encuentran en su proceso migratorio en las islas, también, directa e indirectamente, huyen de las consecuencias de la crisis ambiental global fruto de un crecimiento económico insostenible liderado por el Norte global.

Si bien las movilidades relacionadas con factores ambientales son frecuentes, las situaciones de inmovilidad, tanto por necesidad como por opción, también lo son. Hay casos en las islas del Pacífico, por ejemplo, en los que las personas mayores, aun conociendo los riesgos, no han querido abandonar sus casas ante tormentas devastadoras. “Yo de aquí no me muevo, no dejo mi casa sola”, decía mi abuela (de 87 años) a pesar de que su casa estuviera rodeada de un humo negro irrespirable y de que las llamas estuvieran muy cerca.

La necesidad de actuar a corto y largo plazo

Por lo general, los instrumentos políticos y normativos relacionados con el cambio climático siguen sin tener en cuenta la movilidad relacionada con sus efectos adversos. Por ejemplo, la Estrategia Canaria de acción climática no hace referencia a la movilidad humana inducida por los impactos climáticos y, si bien la Ley 6/2022, de cambio climático y transición energética de Canarias incluye menciones en la exposición de motivos, no desarrolla nada más a lo largo del texto normativo.

A nivel estatal, la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, tampoco alude a estas realidades. Por su parte, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 indica que en los próximos años nos enfrentaremos a que aumente el riesgo de incendios, y si bien sí que se hace eco de las migraciones climáticas, lo hace tímidamente y requiere un mayor desarrollo.

Aunque los planes de evacuación ante la emergencia están funcionando a la hora de evitar pérdidas humanas por el incendio en Tenerife, es importante ir más allá de las actuaciones puntuales cuando ocurre el desastre, desarrollar estrategias integrales de prevención y planificar de manera coherente e integrada a largo plazo, ya que, lamentablemente, en los próximos años habrá más zonas inhabitables en este planeta. Solo en las zonas costeras de las islas, se calcula que más de 5.000 personas tengan que reubicarse en el peor escenario climático de 2100.

Finalmente, cabe destacar que el papel de los bosques a la hora de mitigar esta crisis global es vital, entre otros motivos, porque absorben gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que generamos. Este incendio no solo está destruyendo nuestro presente, sino poniendo todavía más en jaque nuestro futuro. Cuando finalmente se apague y pasen los años, los pinos canarios rebrotarán gracias a esa característica tan suya que les permite renacer tras el fuego. Espero que mucho antes hayan brotado las semillas de transformación tan necesarias en estos tiempos.

[Aprovecho para dar las gracias a todas las personas que están trabajando para proteger nuestro hogar común].

Beatriz Felipe Pérez es investigadora especializada en la movilidad humana y el cambio climático, CICrA Justicia Ambiental.

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COMENTARIOS

  1. DEVASTADORES INCENDIOS EN CANARIAS: DENUNCIAN “INDIFERENCIA” DE LAS INSTITUCIONES
    Más de 1.700 incendios en 20 años: Canarias lucha contra el fuego sin recursos suficientes para la extinción.
    Canarias se enfrenta a una grave crisis forestal y climática. Intersindical Canaria denuncia la pasividad de las Instituciones ante la creciente frecuencia e intensidad de los incendios que azotan el archipiélago. Sin hidroaviones y con una escasa inversión en prevención, el patrimonio natural canario corre un riesgo inminente.
    En los últimos 20 años, Canarias ha sido afectada por más de 1.700 incendios, con 14 de ellos considerados grandes al afectar a más de 500 hectáreas. Estos grandes siniestros han arrasado un total de 53.000 hectáreas, siendo La Palma la isla más afectada con más de 16.000 hectáreas de masa forestal calcinadas.
    Las labores de prevención son fundamentales para evitar que los incendios se tornen incontrolables. Es necesario facilitar la accesibilidad y eliminar el combustible que alimenta los siniestros. Sin embargo, una vez que el fuego se desata, resulta esencial contar con suficientes recursos para la extinción inmediata. En este sentido, es inaceptable que las islas sigan careciendo de un servicio propio de hidroaviones que puedan actuar rápidamente en terrenos irregulares y complicados, una reivindicación históricamente desatendida por los gobiernos español y canario.
    La reactivación e impulso del medio rural se presentan como otro factor clave en la prevención de incendios forestales. Intersindical Canaria insiste en que las administraciones públicas deben implementar medidas de choque urgentes para impulsar el sector primario y el medio rural. Estas acciones servirían como barrera natural para frenar los incendios forestales y de interfaz urbano-forestal. Es de vital importancia la ejecución inmediata de una campaña de rehabilitación de tierras de cultivo y de forraje, así como la potenciación del pastoreo, tal como ha sido reclamado previamente.
    Además, el descontrolado crecimiento de la actividad turística está generando una competencia desleal en áreas protegidas de valor natural, agrícola y paisajístico. Por esta razón, los organismos públicos deben tomar medidas para facilitar el acceso al agua y a los terrenos al sector primario, evitando así la degradación del entorno.
    La grave situación de los incendios forestales en Canarias exige una respuesta urgente y contundente por parte de las autoridades. La falta de prevención, la escasez de recursos y la desatención a sectores clave como el rural, ponen en riesgo la riqueza natural y la biodiversidad del archipiélago. Intersindical Canaria hace un llamado a las instituciones a tomar medidas inmediatas y efectivas para proteger el patrimonio natural de las Islas Canarias y enfrentar el desafío del cambio climático en la región.
    https://canarias-semanal.org/art/34769/devastadores-incendios-en-canarias-denuncian-indiferencia-de-las-instituciones

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