La exposición a los insecticidas reduce la calidad del esperma

Una revisión de 25 estudios científicos señala que los hombres expuestos a dos de los pesticidas más comunes tienen un semen de menor calidad que la media. Las investigadoras sostienen que los insecticidas, presentes en los alimentos y el agua, son un problema para la salud pública.
Foto: Pixabay

Los pesticidas se utilizan en la agricultura para evitar que plagas de insectos, hongos o roedores echen a perder los cultivos. Su uso ha permitido que la agricultura moderna prospere con un éxito sin precedentes. Pero la evidencia científica señala que su empleo también comporta riesgos para la salud humana y de los ecosistemas. Una de las consecuencias de la exposición a los insecticidas es la disminución de la calidad del esperma y, por ende, de la fertilidad masculina.

«Comprender cómo los insecticidas afectan a la concentración de esperma en humanos es fundamental dada su ubicuidad en el medio ambiente y los riesgos reproductivos documentados. Los insecticidas son una preocupación para la salud pública y para todos los hombres, que están expuestos principalmente a través del consumo de alimentos y agua contaminados», afirma Lauren Ellis, coautora de la investigación de la Universidad Northeastern  publicada en la revista Environmental Health Perspectives.

No es la primera vez que se aborda la vinculación de los insecticidas con la fertilidad, pero esta publicación es la más completa presentada hasta ahora, ya que revisa 25 estudios científicos desarrollados durante cerca de 50 años y confirma la correlación entre la exposición a insecticidas y una menor concentración de espermatozoides.

«El estudio ha revelado una asociación clara entre la exposición a insecticidas y menor concentración espermática. Se estudiaron en concreto dos insecticidas ampliamente utilizados: los organofosforados y carbamatos de N-metilo», ha explicado Rocío Núñez Calonge, embrióloga, directora científica del Grupo Internacional UR y profesora en el Máster de Reproducción de la Universidad Complutense y Sociedad Española de Fertilidad, en declaraciones difundidas por Science Media Centre España (SMC).

Los organofosforados y los carbamatos son sustancias químicas usadas frecuentemente como plaguicidas artificiales aplicados para el control de insectos en las hortalizas y árboles frutales.

«Aunque actualmente existen muchos trabajos que demuestran un descenso del número de espermatozoides de forma global, otros estudios no han demostrado diferencias. Sin embargo, sí parece haber acuerdo en el hecho de que existen diferencias geográficas en la concentración espermática en diversas poblaciones y en distintos países», añade la especialista.

Núñez también apunta que los autores del nuevo estudio «indican algunas limitaciones metodológicas en los estudios incluidos, como la falta de algunos datos y la necesidad de estudios prospectivos de cohortes para poder conocer la variabilidad temporal en la exposición».

La Comisión Europea ha prolongado una década el uso del polémico glifosato

Uno de los pesticidas más utilizados y también más polémicos por sus posibles afectaciones a la salud humana es el glifosato. Esta semana, la Comisión Europea ha decidido autorizar su uso una década más, ante la falta de acuerdo de los 27 en la Comisión de Apelación. Son numerosos los estudios que alertan de los efectos negativos del glifosato en la salud pública y la biodiversidad. En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya clasificó este herbicida como «probablemente cancerígeno para los seres humanos», basándose en una fuerte evidencia en animales y, además, está bajo sospecha de ser disruptor endocrino.

Ecologistas en Acción ha denunciado que la prolongación del glifosato «atenta contra la biodiversidad y contra la salud de las personas, como han indicado numerosos estudios científicos». Un análisis de la entidad señala que el 22% de las muestras recogidas en aguas superficiales europeas, también españolas, contienen niveles de glifosato inadecuadas para el consumo humano.

Lucía Argüelles, investigadora de Universitat Oberta de Catalunya sostiene en declaraciones a SMC que no se debería haber aprobado su prolongación: «Tras la consideración del glifosato como potencialmente cancerígeno por la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer, de la Organización Mundial de la Salud) y algunas sentencias contra empresas agroquímicas por problemas en salud de las personas derivados del uso del glifosato, unido al no consenso dentro de los países miembros, debería haberse aplicado el principio de precaución».

«No podemos seguir intoxicándonos, en especial aquellas personas que usan este pesticida de manera directa, como trabajadores del campo y agricultores, ni contaminando el medio ambiente y matando a los insectos polinizadores, de los que dependemos para la producción de alimento. El futuro pasa por una reducción drástica del uso de pesticidas y el glifosato es el más usado del mundo», concluye Argüelles.

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