La invasión de Ucrania pausa el intercambio científico en el Ártico

El conflicto ha provocado que los investigadores no tengan acceso a los datos de 17 estaciones científicas rusas en los últimos dos años y, en consecuencia, una falta de compresión de la zona más vulnerable del planeta.
Murmansk, Rusia. Foto: Alex Jiang, Unsplash

La guerra iniciada con la invasión rusa de Ucrania ha dejado un importante damnificado indirecto: el conocimiento. Un estudio publicado este lunes por la revista Nature Climate Change alerta de la pérdida de datos y comprensión de lo que ocurre en la mitad del territorio Ártico desde que empezase el conflicto en febrero del 2022.

Al comenzar la guerra: “Dejan de fluir los datos, la información, la visitas y la colaboración, hasta ese momento habitual, entre científicos rusos y de otras nacionalidades“, afirma el español Efrén López-Blanco, uno de los autores del estudio e investigador de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.

López-Blanco señala que desde el inicio del conflicto los investigadores no rusos no tienen acceso a 17 de las 60 estaciones científicas existentes en altas latitudes árticas, y viceversa. El ártico incluye partes de Rusia, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Islandia, la región de Laponia en Suecia, Noruega, Finlandia y las islas Svalbard, así como el océano Ártico

En definitiva, el intercambio científico lleva “pausado” durante dos años en un momento vital para comprender procesos como los impactos y la mitigación del cambio climático en el Ártico, una zona del planeta que se calienta a un ritmo entre dos y cuatro veces superior a la media mundial, lo que puede tener consecuencias globales.

“Desde el comienzo de la invasión solo podemos hacer una parte del guiso por así decirlo, nos faltan ingredientes para hacerlo al completo”, detalla el investigador gallego.

Esta menor habilidad para contar con información y estudiarla se traduce también en conclusiones científicas con cierto sesgo y en estrategias de manejo y conservación de la zona basadas en menores capacidades de comprensión de lo que ocurre.

Utilizando datos de modelos extraídos de los emplazamientos INTERACT (una red internacional de estaciones de investigación del Ártico) situados a altas latitudes, los autores han cuantificado el impacto potencial de la exclusión de los emplazamientos rusos en la percepción del cambio ártico.

El resultado es que la invasión de Ucrania ha provocado una “laguna de conocimiento” importante en el Ártico, y en consecuencia, una falta de compresión científica de la zona más vulnerable del planeta. Laguna que afecta a datos como la temperatura media anual del aire, precipitaciones totales, profundidad de la nieve, humedad del suelo, biomasa de la vegetación, o carbono del suelo, entre otros.

En 2022 un estudio publicado en la revista Communications Earth & Environment advertía que el calentamiento en el Ártico es casi cuatro veces más veloz que el promedio global en las últimas cuatro décadas.

El año pasado, una investigación basada en observaciones de satélites de la NASA y la ESA y un sofisticado modelo climático pronosticaba que, entre 2030 y 2050, llegará el primer septiembre sin hielo en el Ártico. Los investigadores explicaban que si se dan varios meses sin hielo en el Ártico se acelerará el cambio climático, ya que un mar enriquecido por el oxígeno del agua dulce se oscurece, absorbiendo más cantidad de energía solar.

Para superar esta brecha de conocimiento actual, los investigadores consideran que urge mejorar la infraestructura de las estaciones científicas no rusas y abrir otras nuevas en lugares que puedan ofrecer datos similares a los que se obtienen en las estaciones rusas.

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COMENTARIOS

  1. Demasiada paciencia tuvo Rusia con USA, bastante avisó de que no se respetaban por parte del yankee los acuerdos establecidos, de que dejaran de estrecharle el cerco, Ucrania ejerció de títere del yankee y declaró la guerra en 2014 a los ruso parlantes de la región del Dombás que se sentían rusos. Hasta que Rusia dijo basta habían causado más de 14.000 muertos.

    Ucrania: “la guerra es paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”
    «Las armas son el camino a la paz»,
    Jens Stoltenberg (Secretario general OTAN) en el Foro de Davos.
    Eduardo Luque, El Viejo Topo:
    Ha sido preciso el trabajo coordinado de los “leguleyos de la pluma” para crear en la opinión pública una feroz idea anti-rusa. La mayoría de los periodistas y analistas tanto “conservadores” como “izquierdistas” se pusieron a la orden de los intereses económicos y crearon el relato adecuado. Los pocos materiales veraces que aún persistían están siendo perseguidos y censurados. Todo lo que escapa del discurso oficial es tildado de pro-ruso y antidemocrático.
    La ética periodística hace tiempo que no se enseña en las universidades.
    Los grandes financiadores de esta guerra, especialmente EEUU, ya saben que no recuperarán la inversión hecha, unos 130.000 millones de dólares hasta el momento. Se pretende que sea la UE la que financie el esfuerzo de guerra. Serán los servicios públicos los grandes afectados. Los ajustes presupuestarios, los recortes sociales en pensiones, educación o sanidad, ligados a la privatización que se acelerará aún más, son una de las consecuencias. La crisis económica en la que se ve envuelta la UE a consecuencia de las sanciones económicas contra Rusia es el caldo de cultivo para que las fuerzas centrifugas de algunos países tensen aún más las costuras de esta organización.
    La ayuda financiera a Ucrania acaba en manos no sólo de los oligarcas ucranianos sino que financia a los miembros del partido Demócrata (los negocios sucios del hijo de Biden son un ejemplo).
    La economía norteamericana depende en gran parte del complejo militar para subsistir. Rusia, desde 1991 ha participado en cinco operaciones militares fuera de su territorio; EEUU lo ha hecho en 215. Los junta-letras al servicio de los poderosos acusan a Moscú de imperialista. Los números hablan por sí solos ¿quién es imperialista?

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