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El hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, fundador de Amazon, anunció este lunes que donará 10.000 millones de dólares (unos 9.300 millones de euros) a luchar contra la crisis del clima. Bezos realizará la donación a través de una nueva fundación, Bezos Earth Fund, cuya creación también hizo pública. El dinero comenzará a distribuirse este verano, y se dedicará, según el magnate, a dar becas a personas del mundo de la ciencia, activistas y ONG.
«Quiero trabajar con otras personas para amplificar las maneras que conocemos y explorar otras nuevas formas de luchar contra el devastador impacto del cambio climático», afirmó el empresario en un post en su cuenta de Instagram, donde tiene 1,7 millones de seguidores. Bezos dejó la puerta abierta a nuevas aportaciones.
Bezos posee una fortuna que ronda los 130.000 millones de dólares, por lo que la donación equivale a casi el 7,7% de la misma. El aporte es, por lo tanto, significativo incluso en relación a la enorme riqueza acumulada por el empresario estadounidense. La nueva fundación es ya la tercera mayor iniciativa filantrópica privada puesta en marcha por un individuo. Sin embargo, la iniciativa ha levantado ciertas suspicacias.
Amazon, gigante anticlimático
La empresa que lidera Jeff Bezos está muy lejos de ser un ejemplo en la lucha climática. Amazon tiene una enorme huella de carbono. En 2018, según sus propias cifras, la compañía emitió unas 44,5 millones de toneladas de dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global. Estas emisiones están al nivel de las que generan países como Suecia, Ecuador o Bulgaria.
Amazon se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de emisiones para 2040, sin embargo, no ha puesto fecha al fin de su colaboración con grandes petroleras como Exxon o BP. El gigante del comercio online proporciona servicios de inteligencia artificial para que las petroleras optimicen la extracción de crudo.
Además, como apunta la periodista estadounidense Emily Atkin en su boletín HEATED, Jeff Bezos contribuye directamente a la crisis climática al promover una cultura de consumismo desenfrenado. Como también señala Atkin, el 60% de todas las emisiones de CO2 del mundo están relacionadas directamente con el consumo de bienes y servicios.
Trabajadoras por el clima
Hace menos de un mes, alrededor de 400 miembros de la plantilla de Amazon expusieron, en un artículo publicado en la plataforma Medium, su preocupación acerca del papel climático de la empresa. También advirtieron de las regulaciones internas de la compañía, por las cuales los empleados y empleadas que denunciasen públicamente a la empresa por este tipo de actitudes podrían ser despedidas. Personal de Amazon también participó en las huelgas del clima del pasado mes de septiembre.
El mismo grupo de trabajadores y trabajadoras aplaudió ayer, a través de su cuenta de Twitter, el anuncio de Bezos. No obstante, el grupo recordó que «una mano no puede dar mientras la otra quita», en referencia a la connivencia de Amazon con las empresas de combustibles fósiles. También criticaron que la empresa financie a think tanks negacionistas como el Instituto de Empresas Competitivas.
¿Estrategia de relaciones públicas?
La donación de Bezos es significativa, sobre todo cuando se observa en términos absolutos. Para muchas personas investigadoras y activistas, estos fondos pueden resultar un elemento clave en su trabajo. Sin embargo, las donaciones filantrópicas pueden también responder a motivos diferentes de la generosidad: son una conocida estrategia de relaciones públicas. Los compromisos empresariales conocidos como Responsabilidad Social Corporativa sirven, como informó recientemente el medio británico The Guardian, para dar cobertura moral a actuaciones socialmente reprobables.
Una de estas actuaciones es la evasión, a menudo legal, de impuestos. Amazon, como muchas otras empresas del sector tecnológico, se aprovecha de vacíos legales en las legislaciones de los países en los que opera para reducir la cantidad de impuestos que le correspondería pagar. Según el medio estadounidense Politifact, Amazon no pagó impuestos federales en el país norteamericano ni en 2017 ni en 2018. Sin embargo, el mismo medio estima que sí lo hizo en 2019. Aun así, estaría pagando, según la misma fuente, aproximadamente un 1,2% de impuestos, muy por debajo del 21% fijado por la ley de Estados Unidos.
…como apunta la periodista estadounidense Emily Atkin en su boletín HEATED, Jeff Bezos contribuye directamente a la crisis climática al promover una cultura de consumismo desenfrenado. Como también señala Atkin, el 60% de todas las emisiones de CO2 del mundo están relacionadas directamente con el consumo de bienes y servicios.
Más que acertada Emily Atkin.
Además este individuo que ha cerrado tantas pequeñas y no tan pequeñas empresas y que está empeñado en mandar al mundo al paro he leído por varias fuentes que efectivamente evade impuestos.
Fuck off con los multimillonarios, por muy filántropos que sean pues si ayudan en un 20% al mundo en un 80% le perjudican.
«Los compromisos empresariales conocidos como Responsabilidad Social Corporativa sirven, como informó recientemente el medio británico The Guardian, para dar cobertura moral a actuaciones socialmente reprobables».