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Shell y Oil & Gas UK (OGUK), como representantes de las empresas con plataformas petrolíferas en alta mar, ya se acercaron en su día al ministro de Energía escocés, Paul Wheelhouse, con la intención de ejercer presión de cara a la cumbre del clima (COP26) fijada en principio para 2020. Insisten en que su industria podría ayudar en la transición a un futuro con bajas emisiones de carbono.
Los ecologistas han acusado a estas compañías de hacer greenwashing y han pedido que la industria de los combustibles fósiles se mantenga fuera de la cumbre. Advierten de que lo que buscan estas empresas es bloquear la acción necesaria para combatir la emergencia climática y “secuestrar” la agenda de la reunión. Las petroleras se defienden insistiendo en que tienen un sincero compromiso en reducir el nivel de contaminación. La cumbre es “el escenario ideal para exhibir un liderazgo global en relación con el cambio climático”, afirman desde OGUK.
La COP26 podría ser la cumbre internacional más grande en la historia del Reino Unido. Mucha gente la considera el acontecimiento más importante desde el pacto para reducir las emisiones conseguido en París en 2015, un acuerdo histórico que entonces fue firmado por 196 países. Se espera que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acuda a la cita.
¿Cómo funcionan los ‘lobbies’?
Los lobbies deben registrarse en el Parlamento escocés cada vez que tengan reuniones cara a cara con ministros y diputados. Pero solo tienen que hacerlo cada seis meses, por lo que estas reuniones pueden no trascender al público hasta varios meses después. Dicho registro revela que el director de la filial británica de Shell, John Gallagher, tuvo una de estas reuniones con el ministro Wheelhouse en una conferencia celebrada en Florencia (Italia), el 3 de febrero de 2020. “Se habló de diversos temas durante ese encuentro, principalmente del cambio climático y de las previsiones que hay para Escocia. Y también del importante papel del gas en la transición energética”, atestaba la compañía en su escrito. “También se trató el tema de la COP26 en Glasgow y el de la importancia de equilibrar el mensaje en los días anteriores al evento. Y, además, de la necesidad de destacar el papel de las compañías de petróleo y gas como elemento clave en la transición energética, porque el sector tiene una experiencia de primer orden en esa materia”.
Tres cargos de Shell también presionaron al líder conservador escocés, Jackson Carlaw, en la sede del Parlamento en febrero de 2020. En la reunión hablaron de los “preparativos de cara a la COP26”. Gareth Wynn y Matthew Abraham, ambos representantes de OGUK, también cabildearon con Wheelhouse por videoconferencia el 17 de junio de 2020. Uno de sus propósitos era “preguntar al ministro si la OGUK podría contactar con el gobierno antes de que se planificara la COP26, teniendo en cuenta los objetivos de emisiones publicados recientemente por la industria”.
La organización Amigos de la Tierra Escocia acusó a los “grandes contaminadores” de no hacer ya ningún esfuerzo por disimular sus deseos de influir en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima. «La industria de los combustibles fósiles hará todo lo que esté en su mano por utilizar esta prestigiosa cumbre para hacer greenwashing e impedir una respuesta transformadora a la emergencia climática», afirmó Mary Church, portavoz de las campañas de este grupo ecologista.
“El plan de ‘cero emisiones’ de OGUK es completamente hipócrita y entra claramente en la categoría del greenwashing, ya que se centra en la pequeña porción de emisiones relacionada con su producción e ignora el impacto real que tendrá ese petróleo y ese gas que extraen”, añadió. Church argumenta que se necesita una “rápida” sustitución del gas y el petróleo por energías renovables. Lo que propone OGUK es hablar sobre una “transición justa” para limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5 ºC. Y por eso, según Church, “no se les debería dejar acercarse a la COP26”.
La activista también señaló que las “incoherencias” de los gobiernos británico y escocés estaban quedando evidencia bajo el foco de la COP26, especialmente por sus relaciones con el grupo que ella denomina “las animadoras de los combustibles fósiles”. La presión popular sobre los gobiernos ha aumentado, dice, “para que alineen su política de combustibles fósiles con las obligaciones adquiridas en el Acuerdo de París”. Will Dinan, un académico de la Universidad de Stirling experto en lobbies y en comunicación climática, señaló que los intereses empresariales han logrado un “encaje perfecto” en la publicidad de la COP26: “Que Shell presione para que haya un ‘mensaje equilibrado’ es una manera de decir que las políticas de estas empresas queden reflejadas en el resultado final de la cumbre”.
“Hay una lógica preocupación entre las organizaciones medioambientales por que conferencias como la COP26 acaben efectivamente secuestradas por los intereses económicos de las empresas que más daño hacen al clima”, afirma Dinan. El diputado y portavoz de Los Verdes escoceses, Mark Ruskell, lanzó una voz de alarma: el planeta se está quedando sin tiempo para reducir la contaminación climática. Y añadió: “Las últimas personas que queremos ver en las reuniones de la COP26 son los enviados de la industria del petróleo”. “Permitir que los poderosos intereses de la industria más dañina hagan presión en esta cumbre internacional, que además tiene un carácter crítico, sería peligroso porque nos quedan solo nueve años para que se cumpla el plazo del Acuerdo de París”, aseguró Ruskell.
Las explicaciones de la industria
Shell señaló que también habló de otros temas con Wheelhouse, como la generación de energía eólica y los dispositivos de captura y almacenamiento de carbono. Su negocio, afirma la compañía, está cambiando y quiere ayudar a la sociedad a poner menos gases de efecto invernadero en la atmósfera y a conseguir un mundo con “cero emisiones”. “Somos absolutamente claros sobre nuestro apoyo al Acuerdo de París, al objetivo de la Comisión Europea de conseguir la neutralidad climática en 2050 y sobre los pasos que estamos dando para ayudar a la sociedad a disponer de más energía y de energía más limpia”, declaró un portavoz de Shell a The Ferret. “Nos reunimos regularmente con legisladores y reguladores siguiendo las pautas de transparencia del registro europeo. Lo hacemos para compartir nuestro conocimiento y nuestras opiniones sobre temas cruciales, lo que incluye al sistema energético, el cual estamos de acuerdo en que necesita un cambio. Todo lo que hacemos es abogar por buenas políticas que nos lleven hasta ese fin”.
El 4 de febrero de 2021, Shell anunció unas pérdidas netas globales de 16.000 millones de libras [18.000 millones de euros] a causa del desplome en la demanda provocado por la COVID-19. Otras compañías también sufrieron grandes pérdidas. OGUK señaló que su “ambicioso” objetivo para los próximos diez años es reducir a la mitad la producción de emisiones. “La COP26 es el escenario ideal para exhibir un liderazgo global en relación al cambio climático y nuestra industria ya le ha explicado a los gobiernos británico y escocés cómo podemos ayudar en una transición hacia un futuro con menos carbono”, dijo el director de Sostenibilidad de OGUK, Mike Tholen.
“Así como hemos mejorado la sostenibilidad de las operaciones industriales, en Roadmap 2035, nuestro plan para alcanzar las cero emisiones, también exponemos cómo nuestra industria, que está en constante cambio, puede seguir creando empleos y energía ahora y en el futuro”, añadió. “Nuestra cadena de suministro mundial está ayudando a impulsar este cambio y continuamos defendiendo nuestra experiencia, tanto a nivel nacional como mundial, y nuestro compromiso con los gobiernos antes de esta cumbre tan importante y tan oportuna”, afirmó Tholen.
La postura del Gobierno
El Gobierno escocés describió su marco legal como “el más ambicioso del mundo” a la hora de reducir emisiones. En él incluye un compromiso para “una transición justa en la que nadie se quede atrás”. Asegurar un futuro sostenible para todos los trabajadores de la industria del petróleo y del gas fue un “elemento clave” en las conversaciones del grupo de transición energética presidido por Wheelhouse, informan desde el Ejecutivo. Este grupo se centró en “cómo ayudar a la industria a abrazar la transición energética y la recuperación verde, así como a acelerar la inversión en energías renovables para descarbonizar la economía”.
El Gobierno sostiene que su fondo de transición energética (de 62 millones de libras) ha ayudado a proteger y crear nuevos empleos al brindar más oportunidades relacionadas con las energías renovables. “Las habilidades, la experiencia y las infraestructuras del sector del petróleo y el gas, así como su cadena de suministro, será vital para desbloquear esas oportunidades”, dijo un portavoz del Ejecutivo. “Esa es la escala del desafío y de la ambición de Escocia: cada aspecto de nuestra sociedad y de nuestra economía necesita descarbonizarse. Cada uno de nosotros tendrá un papel y los ministros escoceses ya están debatiendo el proyecto con las partes interesadas”, añadió. “Es cierto que la política fiscal está en manos del Gobierno británico, pero el sector del petróleo y del gas que opera en el Mar del Norte sólo tendrá el apoyo del Gobierno escocés si acepta el cambio a la política de cero emisiones”, recalcó el portavoz gubernamental.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en The Ferret. Posteriormente, se tradujo al español para nuestro Magazine climático, el cual puedes conseguir aquí.
Traducción de M.L.
EL MENSAJE DEL CHAMAN
https://www.youtube.com/watch?v=EfmVG0Jqo-Y