La misma cantidad de aviones… pero volando más bajo

El Gobierno permitirá que los aviones sobrevuelen los parques nacionales a menos de 3.000 metros para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los aviones podrán volar más cerca de los parques naturales. Foto: VÍCTOR ÁLVAREZ MOLÉS / FLICKR (CC BY-NC-ND 2.0)

El Gobierno permitirá que los aviones sobrevuelen los parques nacionales a menos de 3.000 metros, que era el límite impuesto por la ley desde 2005. La razón para autorizar este descenso es medioambiental, según argumentan en el texto publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A menos altura se quema menos combustible y, por lo tanto, se emiten menos gases de efecto invernadero a la atmósfera. Así pues, no se reducen los vuelos como medida para frenar el calentamiento global sino que se volará más bajo.

La medida publicada por el Ministerio de la Presidencia es calificada en el texto del Real Decreto como “excepcional”. En él se señala que el descenso de los aviones no debería afectar a las especies que habitan esos espacios protegidos y que está garantizada “la convivencia pacífica entre la biodiversidad de los parques nacionales y el vuelo de las aeronaves”.

La medida se anticipó ya a finales del año pasado, en una orden ministerial (auspiciada por los ministerios de Transporte, Defensa y Transición Ecológica) que hablaba de “asegurar la debida proporcionalidad entre la protección de la integridad de los valores naturales y paisajes de los parques nacionales y la necesaria reducción de las emisiones contaminantes mediante el diseño de rutas eficientes para la actividad aérea, los objetivos ambientales del cielo único europeo y la lucha contra el cambio climático”.

De esta relajación en la protección de los espacios naturales hay un supuesto beneficiario futuro (el clima) y un beneficiario inmediato: las compañías aéreas. Volar más bajo ahorra combustible. “El transporte aéreo juega un papel fundamental en nuestra sociedad”, reza el texto publicado en el BOE, que continúa señalando su parte positiva como “garante y facilitador de la movilidad de los ciudadanos y de la cohesión social y territorial del país, destacando igualmente su papel como motor de la economía”.

El decreto es menos explícito en sus aspectos perjudiciales: en 2018, las emisiones de la aviación representaron casi el 6% de todo el calentamiento global producido por el ser humano. Según el Gobierno es “preciso encontrar fórmulas que permitan encontrar el equilibrio entre los beneficios que [la aviación] proporciona a la sociedad y los impactos que produce en el medioambiente, lo que es el objetivo último de la presente norma”.

Los parques afectados

Catorce de los 16 parques nacionales españoles se verán afectados por el cambio en la altitud de los vuelos. Los aviones se sitúan normalmente a unos 1.000 metros de altura al poco de despegar o de aterrizar. A 300 metros, el ruido ya es muy molesto para los habitantes de un vecindario cercano a un aeropuerto.

La afectación sobre los animales varía según la especie; no sufren lo mismo las aves marinas que las migratorias, por ejemplo. En cualquier caso, el oído de cualquier especie salvaje es, generalmente, mucho más fino que el de los seres humanos. Utilizan este sentido para multitud de tareas: navegación, encontrar alimento, atraer parejas y evitar a potenciales depredadores. Todas estas funciones pueden verse alteradas por el ruido y afectar a su supervivencia.

Con la nueva legislación, los aviones podrán sobrevolar el punto más alto del parque de Sierra Nevada a 488 metros de distancia. En el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, en el Pirineo catalán, podrán verse aeronaves a 786 metros.

Modificación del límite de altura de sobrevuelo en los parques nacionales:

Diversos estudios indican que, para contaminar menos, los aviones deberían no sólo volar más bajo sino también hacerlo a menos velocidad (lo que alargaría la duración de los viajes). En este punto colisionan nuevamente la necesidad de reducir emisiones y la de preservar la biodiversidad de los ecosistemas, ambas fundamentales para detener el calentamiento global.

Para modificar la altura de los vuelos, el Gobierno se ampara en la normativa sobre el “cielo único europeo” con el objetivo de luchar contra el cambio climático. La iniciativa comunitaria busca mejorar la eficiencia de los vuelos “mediante el establecimiento de rutas más directas, y por tanto, menos contaminantes”. El Real Decreto destaca, de forma literal, que esta estrategia “proporciona a las compañías aéreas, además, un mayor ahorro en el consumo de combustible”.

El tema de la eficiencia energética está rodeado de controversia desde la misma época de la revolución industrial. El previsible ahorro de combustible, pensado para contaminar menos, podría tener consecuencias indeseadas si aceptamos la famosa paradoja enunciada por el economista William Stanley Jevons en 1865: “Supone una confusión total de ideas el creer que el uso económico del combustible equivale a una disminución del consumo. En realidad, es exactamente al contrario. (…) Todo lo que pueda aumentar la eficacia del uso del carbón y disminuir su coste conduce directamente a aumentar el interés de la máquina de vapor y, por tanto, a ensanchar su campo de acción”.

La traducción al mundo de hoy sería: a menos gasto de combustible, más aviones en el cielo.

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COMENTARIOS

  1. ¿Alguien me podría explicar, que no sea la versión oficial, sobre la actividad que llevan a cabo los aviones que dejan estela, que en determinados días se cruzan a decenas, y que muchas personas de diversas partes de la Península hemos observado que nos producen diversos trastornos de salud y de estados de ánimo.

  2. Exigimos al Gobierno que apueste por transportes basados en energías limpias como el ferrocarril, que resulta hasta 20 veces menos contaminante que el avión y que deje de financiar el boom de los aeropuertos. Rechazamos el proyecto de ampliación del de El Prat, junto a la Plataforma ZeroPort, porque los 1.700 millones de euros que costará refuerzan un modelo insostenible, afectando además entornos naturales protegidos.
    Esto no puede ser. Así que tenemos demandas concretas para el Ministro Ábalos y el resto de Ministros de Transporte de la UE:
    La activación y reapertura de las conexiones por tren perdidas en nuestro país, así como la creación de, al menos, 30 nuevas conexiones diurnas y nocturnas entre países europeos hasta 2025.
    Mejorar la compatibilidad de los trenes entre países, de forma que sean posibles los trayectos entre diferentes territorios europeos.
    Hacer que viajar en tren sea más fácil y asequible, eliminando las subvenciones a las aerolíneas y acabando con los vuelos cortos cuando exista una alternativa en tren competitiva en tiempo y precio.
    Que las operadoras de tren tengan sistemas de venta compatibles, para que comprar un billete sea tan fácil como uno de avión.
    Facilitar el acceso al tren para todas las personas, grupos, familias y a quienes viajan con su bicicleta o su mascota.
    Si queremos hacer frente a la emergencia climática, moverse de forma sostenible no debería ser un privilegio solo para algunas ciudades o para aquellas personas que se lo puedan permitir. El Gobierno de España y la Generalitat de Catalunya presumen de sus objetivos para reducir las emisiones y hasta la Comisión Europea ha declarado 2021 como Año Europeo del Ferrocarril.
    Por favor, firma esta petición. MAS TRENES PARA VIAJAR MEJOR.
    https://es.greenpeace.org/es/que-puedes-hacer-tu/peticiones/mas-trenes-para-viajar-mejor/?utm_term=texto&utm_campaign=MasTrenes&utm_medium=email&_hsmi=137545099&_hsenc=p2ANqtz-9YbblAAVo-RstDaQTWUzeum4qevS1f0GXd4iNnTHiDQCrw2ub6tFQHZIF1JM2Lysz0-eXPe-Ek2TwKyWbi8hVvnlNv_w&utm_content=AccionTrenAeropuerto&utm_source=newsletter-socios

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