El Gobierno da luz verde al Observatorio de Salud y Cambio Climático

El organismo, que no cuenta a priori con presupuesto propio, estará formado por representantes de varios ministerios e instituciones públicas. Su función será la de analizar, evaluar y formular recomendaciones ante los efectos del calentamiento global en la salud.
Foto: REUTERS/Juan Medina.

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la creación del Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) tras años de reivindicación de especialistas. La intención de este organismo es “apoyar el análisis, diagnóstico, evaluación y seguimiento de los efectos de la emergencia climática en la salud” a la vez que se brinda apoyo científico-técnico a las administraciones públicas. Entre sus funciones estará el refuerzo y perfeccionamiento de los sistemas de alerta temprana para que la ciudadanía esté más informada y preparada para afrontar episodios extremos.

“Es importante prepararnos y desarrollar capacidades contando con la implicación de las instituciones, para facilitar que estas olas de calor, cada vez más recurrentes, no se cobren nuevas vidas”, porque “el cambio climático mata”, ha asegurado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico Teresa Ribera.

El OSCC recibe luz verde para su puesta en marcha a escasos días de las elecciones y en un verano donde los registros de temperatura están siendo pulverizados y las olas de calor se suceden sin descanso.

Cristina Linares y Julio Díaz, del Grupo de Investigación en Cambio Climático Salud y Medio Ambiente Urbano (GISMAU), llevaban años empujando para que este organismo si hiciera realidad, por lo que celebran su puesta en marcha. Aun así, esperan que se “haya aprendido de los antiguos errores” y que “pueda desarrollarse independientemente de las ideologías“. Para los dos especialistas, “el cambio climático va de ciencia, no de política”.

Quien también valora positivamente su creación es Jesús de la Osa, educador ambiental y experto en salud con perspectiva climática. “Sobre el papel, y con la evidencia científica en la mano, me encanta”, comenta. No obstante, el especialista considera que el Observatorio “debería ser no solo un órgano de coordinación, sino algo operativo y con presupuesto para investigar, actuar y comunicar“. Por el momento, el Observatorio de Salud y Cambio Climático no cuenta con fondos propios para desarrollar su actividad.

La crisis climática con perspectiva interseccional

La complejidad del cambio climático ha obligado a la administración a crear un órgano interseccional que aborde el problema desde diferentes disciplinas y ámbitos de la gestión pública. Por ello, se sustenta en los ministerios de Ciencia, Sanidad y Transición Ecológica, y cuenta con representantes de otros organismos como la Dirección General de Salud Pública, la Oficina Española de Cambio Climático, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

Todos ellos aportarán sus conocimientos para la revisión y actualización de los indicadores existentes en materia de salud y cambio climático y la promoción de una cultura de autoprotección que incremente la conciencia de los riesgos y capacite para evitarlos o reducirlos entre otras funciones.

Además del Observatorio, durante el Consejo se ha aprobado la agenda de trabajo que dirigirá las acciones de este órgano. Entre los primeros retos, explica el Gobierno, están el de definir los umbrales de aviso del sistema Meteoalerta teniendo en cuenta los impactos en la salud humana; la definición de patrones de variación de temperatura orientados a la detección de situaciones de potencial peligrosidad; la creación de un sistema de avisos de riesgo climatológico; la actualización del sistema de estimación de muertes por temperaturas extremas en España y el desarrollo de un plan de vigilancia de la morbimortalidad asociada al impacto del cambio climático.

La creación de este organismo viene contemplada en el Plan nacional de adaptación al cambio climático 2021-2030, que tiene como principal objetivo evitar o reducir los daños presentes y futuros derivados del cambio climático. En un continente como Europa, el que más rápido se calienta, adoptar medidas como el Observatorio o los planes de prevención ante olas de calor son cruciales para que la ciudadanía sepa actuar ante situaciones que cada vez serán más habituales.

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