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La COP28 arranca con una radiografía devastadora del planeta en 2023

Este año se han batido todos los récords posibles en los indicadores del cambio climático a la vez que se han sucedido eventos extremos por todo el globo, según el último informe sobre el estado del clima de la Organización Meteorológica Mundial.
Foto: Escombros tras el paso del ciclón Winston en Taveuni, Fiyi.

El clima no está bien. Los termómetros no están bien. Los ecosistemas no están bien. La biodiversidad no está bien. Los seres humanos que han sufrido los impactos de múltiples eventos extremos no están bien. Nada lo está en este 2023 lleno de récords, sufrimiento y dolor.

La COP28 ha arrancado este jueves y la Organizaciones Meteorológica Mundial (OMM) ha aprovechado para presentar su informe provisional sobre el estado del clima. Un documento que debe ser faro para las negociaciones climáticas, que este año están presididas por el jefe de una empresa fósil. Son 35 páginas donde se recogen los hitos del año y las causas y consecuencias del calentamiento global.

La mayoría de datos ya se conocen de otros organismos y estudios publicados meses atrás. Pero ahora, la OMM –como máxima autoridad en materia de tiempo, clima y agua– los ordena y unifica. El informe sobre el estado del clima de 2023 es provisional. La versión definitiva, con el año ya terminado, se publicará en el primer semestre de 2024.

El 2023 será el año más caluroso a nivel global desde que hay registros. Hasta octubre, la temperatura ha estado aproximadamente 1,40 ºC por encima del valor de referencia representativo de la era preindustrial (1850-1900). Por el momento, el año más cálido es 2016 –con un calentamiento de 1,29 ºC–, seguido de 2020, que se situó 1,27 ºC por encima de la época preindustrial. El 2023 está tan dopado que los valores que se registren en noviembre y diciembre no impedirán que se alce con el primer puesto.

Lo acontecido a nivel meteorológico y climático en 2023 no es una anécdota sino que forma parte de lo esperado en un contexto de calentamiento global impulsado por la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Los últimos nueve años –de 2015 a 2023– han sido los nueve años más calurosos jamás registrados. Y todo apunta a que 2024 se sumará a la fiesta con un episodio de El Niño –fenómeno que aumenta aún más la temperatura– que se intensificará a lo largo del año que viene. 

Los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre de 2023 han sido históricos. Se alcanzó la temperatura media global más alta para cada uno de esos meses. Y si hay uno que destaca es julio de este año: registró el día más caluroso de la historia y es el mes más caluroso que se haya contabilizado.

Para entender el calentamiento del planeta basta con analizar la atmósfera. En 2023, la concentración de dióxido de carbono (CO2) atmosférico estará en torno a las 420 partes por millón, muy lejos del considerado valor ‘seguro’ de las 350 ppm, superadas en los 90. Los niveles de este potente gas calentador son un 50% superiores a la época preindustrial. Además, tiene una esperanza de vida larga, por lo que el aumento de las temperaturas está garantizado durante muchos años.

Los océanos están que echan humo

El calor ha sido excepcional tanto en la tierra como en el océano. Desde julio, las temperaturas terrestres han sido récord mes tras mes. En cuanto al mar, entre abril y septiembre (último mes para el que se dispone de datos) se batieron todos los récords de temperatura, y los nuevos valores máximos correspondientes a los meses de julio, agosto y septiembre superaron ampliamente los récords anteriores. 

Las olas de calor marinas han sido la normalidad este año, con un calor mortal (para muchas especies, literal) en el Atlántico Norte oriental, el golfo de México y el Caribe, así como en amplias zonas del océano Austral. Este calentamiento se espera que continúe y provoque un cambio irreversible durante siglos e incluso milenios, según la Organización Meteorológica Mundial. Todos los conjuntos de datos indican que los índices de calentamiento oceánico han aumentado de forma muy marcada en los dos últimos decenios.

En este año, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzó un máximo histórico como resultado del calentamiento continuado de los océanos y de la fusión de glaciares y mantos de hielo. En los últimos diez años (2013-2022), la tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial es más del doble que la observada en el primer decenio de la era satelital (1993-2002).

Mínimo histórico del hielo marino en la Antártida

Las partes frías del planeta son un ejemplo visual y certero sobre el avance del cambio climático. La extensión del hielo marino de la Antártida alcanzó en febrero un mínimo histórico absoluto desde que comenzaron las observaciones satelitales en 1979. A partir de junio, la superficie cubierta de hielo se redujo hasta un mínimo histórico para esa época del año. El máximo anual se alcanzó en septiembre: 16,96 millones de km2, aproximadamente 1,5 millones de km2 menos que la media del período 1991-2020 y 1 millón de km2 por debajo del máximo más bajo jamás observado, que se remonta a 1986 –lo que equivale a una superficie mayor que el tamaño de Francia y Alemania juntas. 

En el Ártico, la extensión del hielo marino se mantuvo muy por debajo de lo normal, y los valores anuales máximo y mínimo fueron, respectivamente, el quinto y el sexto más bajos jamás registrados. En Norteamérica y Europa, la temporada de deshielo de los glaciares fue, una vez más, extrema. Según el informe de la OMM, en los dos últimos años los glaciares suizos han perdido cerca del 10% de su volumen residual.

Evolución de la temperatura media global en base a los 5 principales organismos encargados de su monitorización.

Un 2023 repleto de eventos extremos

Además de todos los récords expuestos hasta ahora, este año también será recordado por la retahíla de eventos meteorológicos y climáticos extremos que han afectado a todos los rincones del planeta. Han sido muchas las vidas y ecosistemas que se han perdido: fuertes lluvias, inundaciones y crecidas; ciclones tropicales; episodios de calor extremo; sequía; incendios forestales. 

La OMM recuerda las inundaciones causadas por las precipitaciones extremas que originó el ciclón mediterráneo Daniel. Se vieron afectados Grecia, Bulgaria, Turquía y, especialmente, Libia. En este último país, el balance de víctimas mortales fue devastador.

Entre los meses de febrero y marzo, Freddy, uno de los ciclones tropicales más longevos del mundo, afectó gravemente a Madagascar, Mozambique y Malawi. En mayo, el ciclón tropical Mocha fue uno de los más intensos jamás observados en el golfo de Bengala.

El calor extremo azotó muchas partes del mundo. Algunos de los episodios más significativos se produjeron en el sur de Europa y el norte de África, especialmente en la segunda quincena de julio, cuando el calor fue intenso y excepcionalmente persistente. En Italia se alcanzaron 48,2 °C, y se registraron máximos históricos en Túnez (49,0 °C); Agadir, Marruecos (50,4 °C); y Argelia (49,2 °C). En España, han sido varios los episodios de calor intenso. Como el de abril, "casi imposible" si no hubiera cambio climático.

"Los récords de calor registrados en todo el mundo deberían provocar escalofríos a los líderes mundiales", ha señalado el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, tras conocer el contenido del informe. "Todavía hay esperanza", ha defendido el mandatario portugués, que no quiere perder la fe.

Y si hay temperaturas altas, hay incendios forestales. La temporada de fuegos en Canadá superó con creces todas las anteriores. La superficie total quemada a nivel nacional hasta el 15 de octubre fue de 18,5 millones de hectáreas, más de seis veces la media decenal (2013-2022). Los incendios también provocaron graves episodios de contaminación por humo, sobre todo en zonas densamente pobladas del este del Canadá y del noreste de los Estados Unidos.

El fuego más letal del año tuvo lugar en Hawái, donde se notificaron al menos 99  víctimas mortales debidas al que fue el incendio más mortífero de los últimos 100  años en los Estados Unidos. En Europa también ha sido un año de muchos incendios forestales, sobre todo en Grecia. Tampoco se han librado Italia y Argelia. Ni España, con el incendio forestal que afectó a muchas partes de Tenerife, entre otros.

En la región del Cuerno de África, cinco temporadas consecutivas de sequía estuvieron seguidas de inundaciones, que provocaron aún más desplazamientos. La sequía redujo la capacidad del suelo para absorber agua, y ello agravó el riesgo de inundaciones cuando llegaron las lluvias de la estación gu en abril y mayo. En muchas partes de América Central y América del Sur se intensificó la sequía que ya se estaba viviendo. En el norte de Argentina y Uruguay, las precipitaciones acumuladas entre enero y agosto fueron entre un 20% y un 50% inferiores a la media, lo que provocó pérdidas de cosechas y bajos niveles de almacenamiento de agua.

Estos sucesos tienen repercusiones a todos los niveles. El más evidente e importante es la salud, pero también entra en juego la economía y la geopolítica. El cambio climático ha puesto en jaque el bienestar humano, animal y ecosistémico a una escala sin precedentes. Los peligros meteorológicos y climáticos agravan los problemas de inseguridad alimentaria, multiplican los desplazamientos de población y aumentan las repercusiones para las poblaciones vulnerables.

En este sentido, la Organización lleva años poniendo especial interés en la iniciativa internacional Alertas Tempranas para Todos, cuyo objetivo es que todas las personas estén protegidas por sistemas de alerta temprana antes de finales de 2027. 

Por delante quedan dos intensas semanas de cumbre del clima. Los puntos a discutir son muchos, pero todos tienen (o deben tener) una meta común: que lo acontecido en 2023 no se convierta en la nueva normalidad para las generaciones presentes y futuras.

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COMENTARIOS

  1. Gracias por la información, pero lo único que se nos pide , es que soltemos “la pasta”, los únicos , que no tomamos decisiones. Dinero para subvencionar energías renovables , que ya llevamos años pagando y seguimos igual, y para el fondo de financiación a los paises más vulnerables.
    Y a los que siguen quemando el mundo, y obtienen los beneficios, mucha reunión para pasárselo bien, decir 4 chorradas que nunca cumplen, llevarse el dinero a paraísos fiscales, y aún encima, pagarles, lo que destrozan. Hartos de tanta hipocresía.

  2. Los regalos de Navidad se están comprando. Pero, ¿tu familia y amigos realmente necesitan más cosas materiales que podrían estar acumulando polvo?
    ¿Cómo demuestras consideración y amor? Y cuando hablamos de mostrar consideración por aquellos que amamos; ¿Has pensado en lo que quiere el planeta este año?
    Regala a tus seres queridos y a ti mismo un planeta saludable que podáis disfrutar juntos.
    Protección de todos los bosques vírgenes
    Que sigamos protegiendo nuestros bosques de la deforestación y la destrucción. Una forma importante de preservar la biodiversidad es estudiar a los gigantes forestales y el impacto que tienen los desmontes en la biodiversidad del bosque.
    Océanos sin plástico
    Que luchemos para que nuestros importantes océanos tengan un acuerdo de plástico fuerte y sostenible, para que estén protegidos de ahogarse en la contaminación plástica.
    ️No a la perforación de combustibles fósiles en el Ártico
    Que protegemos el Ártico de la perforación en busca de combustibles fósiles, a pesar de la presión del lobby petrolero. Por ejemplo, Shell está demandando a Greenpeace y amenazando con una demanda por daños y perjuicios de 60 millones de coronas por protestar pacíficamente contra sus actividades contaminantes a gran escala. ¡Las voces a favor del medio ambiente nunca deben ser amordazadas!
    (Greenpeace Danmark)

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