¿Quién es Wopke Hoekstra? De trabajar en Shell a dirigir la acción climática de la Unión Europea

El exministro neerlandés ha sido elegido como nuevo comisario de Acción por el Clima. Mientras muchos cuestionan su valía en cuestiones climáticas, él promete más ambición en mitigación y pide "acabar de una vez con las subvenciones a los combustibles fósiles".
Wopke Hoekstra. Foto: Philippe Buissin/Reuters.

Tras el fin del verano –que no de las temperaturas propias de esta época–, Europa tiene nuevos responsables de la acción climática en el continente. El neerlandés Wopke Hoekstra ha sido elegido comisario de Acción por el Clima y el eslovaco Maroš Šefčovič ocupará el puesto de vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde.

El nombramiento que más críticas ha generado ha sido el de Wopke Hoekstra. Su pasado en el ámbito privado, sus polémicas declaraciones y su ideología política generan cierto rechazo y hacen temer un retroceso en la ambición de la Unión Europea en materia medioambiental.

Tanto Hoekstra como Šefčovič vienen a suplir la marcha del vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y responsable del Pacto Verde, el socialdemócrata Frans Timmermans, quien abandona el cargo para presentarse a las elecciones de Países Bajos del próximo 22 de noviembre. Es decir, se ha designado a dos personas para ocuparse de las tareas que, hasta ahora, cumplía una sola.

Este lunes, coincidiendo con el anuncio oficial de su nombramiento, Wopke Hoekstra se reunió con la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera. Este encuentro, como parte de una gira que hará el flamante comisario por distintos países, sirvió para que ambos dirigentes pusieran en común distintos aspectos de cara a la COP28. Hoekstra, en la rueda de prensa posterior, aprovechó para poner en valor el trabajo de la política española en materia de clima durante todos estos años, y ella, por su parte, apreció el “compromiso muy fuerte” del comisario.

Político conservador con pasado en Shell

“Me siento más administrador que político profesional”, dijo recientemente Wopke Hoekstra en una entrevista para un medio neerlandés. Nació en Bennekom (Países Bajos), tiene 48 años recién cumplidos, está casado y tiene cuatro hijos. Forma parte de la Hermandad Remonstrante (un movimiento protestante liberal de los Países Bajos). Su partido político es Llamada Demócrata Cristiana (CDA, por sus siglas en neerlandés), formación de centroderecha que en Bruselas está integrada en el Partido Popular Europeo (PPE).

Estudió Derecho en la Universidad de Leiden, donde también se licenció en Historia. Desde enero de 2022 y hasta su renuncia para ser comisario europeo, Hoekstra fue ministro de Asuntos Exteriores y viceprimer ministro en un Ejecutivo conservador compuesto por cuatro partidos. Antes, entre octubre de 2017 y enero de 2022, fue ministro de Finanzas en el anterior Gobierno, también de coalición. Durante un año, además, ejerció de presidente del grupo parlamentario del CDA en la Cámara de Representantes y fue líder de su partido hasta agosto de este año.

Su carrera política comenzó en 2011, cuando resultó elegido senador. Este puesto lo compaginó con su trabajo en la conocida consultora McKinsey & Company, de la que fue socio y en la que se mantuvo hasta que fue designado ministro.

No obstante, su trabajo más recordado estos días y por el que se pone en duda sus capacidades para dirigir la acción política de la Unión Europea es el que desempeñó en Shell entre 2002 y 2004. Durante esos años, según consta en su currículum, ejerció “funciones comerciales” en Berlín, Hamburgo y Rotterdam.

Shell tuvo el año pasado unos beneficios récord de 39.870 millones de dólares. La práctica totalidad de sus ingresos proceden de negocios relacionados con los combustibles fósiles, que son los principales culpables de la crisis climática. En este sentido, la compañía fue condenada en 2021 a reducir sus emisiones un 45% para 2030, una sentencia que no parece estar en vías de cumplir

En 2019, cuando Hoekstra todavía era ministro de Finanzas, Países Bajos fue el primer país con calificación crediticia AAA en emitir un bono verde. No obstante, el político ha sido investigado en el Parlamento por impulsar nuevas explotaciones de petróleo y gas en el norte de Países Bajos y rechazar la indemnización a los hogares devastados de la región.

Polémicas en los últimos años

Es posible que el nombre de Wopke Hoekstra no suene del todo extraño para muchas personas. En los últimos años, ha sido noticia en varias ocasiones. Una de las más sonadas fue en marzo de 2020, cuando se opuso a la idea de una ayuda europea los países del sur –España, Italia, Portugal– y pidió a la Comisión Europea que los investigara para saber por qué no disponían de los márgenes presupuestarios necesarios para hacer frente a la crisis sanitaria. Un hecho que no obvió durante la Comisión para su elección: “Al principio de la pandemia no tuve en consideración suficiente los problemas de algunos Estados miembros, y ahora creo que lo tendría que haber hecho de forma distinta”.

Hoekstra también fue noticia en octubre de 2021, cuando se conoció su participación (desvelada en el marco de los Pandora Papers) en compañías situadas en paraísos fiscales cuando ya era senador y portavoz de su partido político en materia económica y fiscal.

Wopke Hoekstra y Teresa Ribera tras su reunión en Madrid.

Palabras ambiciosas que generan escepticismo

Para lograr ser elegido comisario tuvo que obtener el apoyo de al menos cuatro grupos y dos tercios del Parlamento Europeo. A pesar de las presiones para tumbar su candidatura, Hoekstra consiguió el respaldo del Partido Popular Europeo, Socialistas, Liberales y Verdes. La votación, que fue secreta, se saldó con 279 votos a favor, 173 en contra y 33 abstenciones. Antes, Hoekstra tuvo que someterse al escrutinio de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria tanto en una sesión oral como por escrito. 

Durante su exposición y posterior interrogatorio, Wopke Hoekstra señaló que su intención es dar continuidad al trabajo ya iniciado. Entre los retos que se pone por delante (solo tendrá un año, ya que el verano que viene hay elecciones) está liderar las negociaciones climáticas internacionales e impulsar durante el primer trimestre del año que viene un objetivo climático más ambicioso de cara a 2040. Concretamente, ha prometido seguir el mandato del consejo asesor de la UE de reducir un 90% las emisiones netas de gases de efecto invernadero.

En su discurso, el político neerlandés insistió en que la UE “no puede alcanzar sola la neutralidad climática” e hizo varias llamadas a la cooperación internacional, tanto en materia de mitigación como para afrontar las pérdidas y daños, sobre todo de los más vulnerables.

“Me voy a basar en datos, cifras y en la ciencia, y me dejaré convencer solo por las pruebas. También lucharé por que las nuevas generaciones tengan voz”, afirmó delante de sus colegas europeos, muchos de los cuales mostraban cierta incredulidad ante sus palabras.

También se refirió a la cumbre del clima que se celebra en Dubai a finales de noviembre. Su presencia allí es clave, ya que será el negociador principal de la Unión Europea con el resto de países. “La COP28 tiene que hacer que el fondo de pérdidas y daños sea operativo, sobre todo para los más vulnerables”, y señala que es necesario “buscar un impuesto internacional al queroseno, al combustible marino y a los combustibles fósiles”. “No podemos salir de Dubai sin más ambición en mitigación”, dijo Hoekstra.

Fueron varias las referencias al carbón, el petróleo y el gas durante su intervención: “Voy a hacer lo posible para que se vayan abandonando [a nivel global] los combustibles fósiles, que tienen que ser historia cuanto antes”, espetó el nuevo comisario. Asimismo, dijo que hay “que acabar de una vez con las subvenciones a los combustibles fósiles”, si bien reconoció la dificultad de cambiar la política fiscal de Europa.

También fue llamativo su ataque a las compañías fósiles: “Es terriblemente poco ético que los productores de petróleo, durante años, hayan sabido su papel en el cambio climático y hayan mirado para otro lado. Eso subraya su responsabilidad de contribuir para solucionar el problema”. Unas palabras que evocan a, entre otras, su exempresa Shell, la cual sabía desde los 70 el impacto climático de sus actividades.

En las preguntas que se le hicieron por escrito había referencias a la neutralidad climática (es decir, que no se emita más de lo que se puede absorber, ya sea por medios naturales o tecnológicos), la cual está prevista para 2050 según los planes de la Unión Europea. Al respecto, Hoekstra contestó que “para cumplir la ambición de neutralidad climática y reducir las emisiones al menos un 55% de aquí a 2030, todas las fuentes de energía que reduzcan sustancialmente las emisiones pueden ser útiles, incluidas la nuclear y la bioenergía, en función de la situación de cada Estado miembro”.

Entre las muchas tareas que tiene asignada Wopke Hoekstra está garantizar la aplicación de la ley climática europea, dirigir las negociaciones climáticas internacionales y mejorar la preparación para los riesgos relacionados con el clima en la UE. Tiene menos de un año para ello. Y su primera oportunidad para pasar de las palabras a los hechos será en la COP28, presidida por el director general de una de las mayores petroleras del mundo.

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