Radiografía de un planeta en crisis (y 4): La furia de la naturaleza

En esta cuarta y última entrega, analizamos los principales eventos meteorológicos extremos de 2019, desde temperaturas asfixiantes a algunos de los peores ciclones que recuerdan.
Casas inundadas tras el paso del ciclón Idai, en el distrito de Buzi, a las afueras de Beira, Mozambique. REUTERS / Siphiwe Sibeko Foto: idai2

La humanidad vive en un planeta alienígena. Nunca antes el ser humano había respirado tanto dióxido de carbono, y nunca se había enfrentado como hoy a a las consecuencias de esa concentración de gases de efecto invernadero. La subida de temperaturas tiene, a menudo, consecuencias silenciosas y lentas, pero, otras veces, el calentamiento global se manifiesta de forma violenta. Los eventos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y potentes. Temperaturas extremas, lluvias torrenciales, poderosas tormentas o terribles sequías. Analizamos algunos de los que golpearon a distintas partes del planeta en 2019.

Esta es la cuarta y última entrega de ‘Radiografía de un planeta en crisis‘, serie en la que analizamos en profundidad la Declaración del Estado del Clima 2019, publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Lea la primera entrega (los síntomas del cambio climático en España) aquí, la segunda (del océano a los polos) aquí y la tercera (la crisis humana) aquí.

Temperaturas de récord

El año pasado fue el segundo más tórrido desde que hay registros, tan solo por detrás de 2016. Sin embargo, ese dato se refiere a temperaturas medias, y no a máximas. En cuestión de extremos de temperatura, 2019 ha sido un año histórico, con numerosos récords rotos en distintos puntos del planeta. Las olas de calor de junio y julio en el hemisferio norte (cuyas consecuencias para la salud ya exploramos en la tercera parte de esta serie) pulverizaron varios registros en Europa. Pero no fueron los únicos:

  • Francia registró en junio su mayor temperatura desde que hay registros: 46 ºC en Vérargues.
  • En la ola de calor de junio se batieron los siguientes récords nacionales:
    • Alemania: 42,6 ºC
    • Países Bajos: 40,7 ºC
    • Bélgica: 41,8 ºC
    • Reino Unido: 38,7 ºC
  • Además, dos de los observatorios históricos con mayor solera del continente, situados en París y Bruselas, batieron sus propios récords situándose más de 2 ºC por encima de los máximos registros anteriores.
  • En Sedom (Israel) se alcanzaron los 49,9 ºC.
  • En el aeropuerto de Nueva Delhi (India) se registraron 48 ºC.
  • El 18 de diciembre fue el día más tórrido de todos los tiempos en Australia, con temperaturas máximas medias de 41,9 ºC.
  • El 27 de enero, Santiago de Chile registró su máxima temperatura histórica (38,7 ºC).
  • El 4 de febrero, Rio Grande (Argentina) registró 30,8ºC. Es la localidad más al sur en superar los 30 ºC.

Pero el calentamiento global no solo trae extremos de calor. De manera quizás sorprendente, también se hacen habituales las olas de frío en algunos lugares, al cambiar los patrones de las corrientes atmosféricas y oceánicas. A pesar que el año pasado hubo, según la OMM, menos de estos eventos a nivel global, los que hubo se concentraron en América del Norte:

  • El 31 de enero, en algunos puntos de Illinois (Estados Unidos) se alcanzaron los -38,9 ºC, un récord para ese Estado.
  • En el Estado de Montana (Estados Unidos), las temperaturas medias de febrero se situaron hasta 15 ºC por debajo de lo normal para ese mes.
  • La ciudad de Vancouver (Canadá) sufrió el febrero más frío desde que hay registros.

El frío extremo también alcanzó a Europa en algunos momentos, lo que se tradujo en un récord de acumulación de nieve en los Alpes austriacos. Sin embargo, el calor extraordinario del verano hizo que esta nieve no durase más de lo normal.

Precipitaciones extremas

Los extremos en los patrones de precipitación de todo el mundo, ya sea por exceso o por defecto, es otro de los síntomas que delatan el calentamiento global. Una atmósfera más caliente tiene más capacidad de absorber vapor de agua, por lo que, cuando este agua se descarga, lo hace de manera más violenta. Al mismo tiempo, como ya expusimos en la tercera entrega de esta serie, las sequías también se hacen más habituales en muchas zonas del planeta, incluyendo la Península Ibérica.

  • En 2019, las siguientes regiones registraron precipitaciones considerablemente por debajo de lo normal:
    • Australia
    • Indonesia
    • Sur de África
    • América Central
    • Partes de Sudamérica
  • Por otra parte, las siguientes zonas experimentaron lluvias excesivas, lo que a menudo se tradujo en devastadoras inundaciones:
    • Centro de Estados Unidos
    • Norte de Canadá
    • Norte de Rusia
    • Sudoeste de Asia
    • Norte de China
    • África oriental
  • En el subcontinente indio, el monzón se retrasó, provocando escasez de agua durante la primera mitad del año. Sin embargo, cuando las lluvias finalmente llegaron lo hicieron de forma más violenta de lo normal. Alrededor de 2.200 personas murieron en India, Nepal, Bangladesh y Myanmar, además de otras 83 en China, por las inundaciones resultantes. El monzón no se retiró hasta el 9 de octubre, batiendo un nuevo récord de tiempo de actividad.
  • En Irán, 76 personas perdieron la vida en marzo y abril por las inundaciones, que llegaron a acumular en algunos puntos 188 litros por metro cuadrado en 24 horas.
  • En Jayapura (Indonesia) se registraron hasta 235 litros por metro cuadrado en tan solo 8 horas el 16 de marzo. 112 personas murieron por las riadas e inundaciones resultantes.
  • Entre julio de 2018 y 2019, los Estados del centro de Estados Unidos registraron su año más lluvioso de todos los tiempos. Esto supuso el desborde del río Mississippi, inundando ciudades como Baton Rouge, capital de Louisiana. Se calcula que las pérdidas económicas en el país norteamericano alcanzaron los 20.000 millones de dólares.
  • En abril, en Pakistán y el noroeste de la India, 89 personas murieron tras intensas lluvias.
  • En octubre, España, Francia e Italia fueron afectadas por una DANA, que acabó con varias vidas en nuestro país. Venecia se vio inundada, alcanzando niveles del nivel del mar no vistos desde 1966.

Ciclones tropicales

El 2019 fue un año especialmente activo en cuanto a ciclones tropicales (fenómenos conocidos como huracanes en el Atlántico y el Pacífico nordeste, y como tifones en la zona de Asia-Pacífico). Sin embargo, aunque el número de siniestros fue, a nivel global, muy superior a la media, estos no fueron por lo general especialmente intensos. En total, en el hemisferio norte se registraron 72 ciclones (la media es 59), mientras que en el sur fueron 27. La temporada fue muy activa y devastadora en el océano Índico y el Caribe, mientras que en el Pacífico resultó similar a la media.

  • El ciclón Fani, que tocó tierra el 3 de mayo, fue el más intenso en afectar a la India desde 2013. Afortunadamente, las autoridades indias organizaron la evacuación de manera efectiva, por lo que la mortalidad estuvo muy por debajo que en otras ocasiones.
  • El 15 de marzo, el ciclón Idai tocó tierra en Beira, Mozambique. La ciudad, la cuarta mayor del país africano, quedó devastada. Más de 900 personas perdieron la vida como consecuencia directa de Idai. Idai es una de las peores catástrofes de la historia del hemisferio sur. Solo unas semanas después, otro potente huracán, Kenneth, llegaba a Mozambique, aunque afectó a zonas menos pobladas, por lo que su mortalidad fue menor.
  • A finales de agosto, en el Caribe, Dorian fue el huracán más devastador. Afectó sobre todo a Bahamas, aunque después continuó su camino dejando graves daños en Estados Unidos y la provincia de Nova Scotia, en Canadá. En el país caribeño, además, su ritmo excepcionalmente lento (se mantuvo inmóvil como un sistema de fuerza 5 durante 24 horas) dejó numerosas islas devastadas e inhabitables, y al menos 60 muertos.
  • En Japón, el ciclón Hagibis dejó el récord de lluvia en un solo día en el país. Se recogieron 922,5 litros por metro cuadrado en las faldas del Monte Fuji. Al menos 96 personas perdieron la vida.

Incendios

Sin duda, 2019 fue el año del fuego. Desde que en verano los incendios de la Amazonia alcanzaran los titulares, las llamas no han dejado de superar récords. Australia resultó especialmente impactada, con una temporada de incendios sin precedentes, en la que ardieron millones de hectáreas y más de 30 personas murieron. También perecieron miles de millones de animales, y muchos otros se enfrentan ahora a la extinción tras perder gran parte de su hábitat.

Nunca se habían registrado condiciones tan favorables a los incendios forestales en el país oceánico. La sequía y las temperaturas extremas (ambas consecuencia del cambio climático), sumadas a potentes vientos, alimentaron unas llamas que consumieron el país durante meses. Los primeros incendios se declararon en septiembre, y se extendieron por todo el país hasta que las mayores lluvias en 15 meses los extinguieron en febrero. Once millones de hectáreas ardieron.

  • Siberia, en Rusia, sufrió una temporada de incendios especialmente intensa en julio y agosto. Ardieron 3 millones de hectáreas, aunque debido a la baja densidad de población en la región no hubo víctimas mortales atribuibles directamente a los siniestros.
  • También se dieron incendios en zonas del Ártico donde hasta ahora eran fenómenos excepcionalmente raros, incluyendo el norte de Suecia y Noruega, así como Alaska. Los incendios en el norte del planeta son especialmente preocupantes, ya que las cenizas y el hollín resultante se depositan sobre la nieve del Ártico, haciendo que se derrita más rápido.
  • En el Amazonas brasileño, a pesar de ocupar titulares en todo el mundo, los incendios superaron por poco a la media de los últimos diez años. Otros países sudamericanos, como Bolivia o Venezuela, si sufrieron más siniestros que otros años.
  • Indonesia vivió su peor temporada de incendios desde 2015.

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