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Es verano y hace calor, pero no el de siempre. Los datos están por encima de cualquier vago recuerdo, dudosa hemeroteca o intento de manipulación. El calentamiento del planeta por culpa de los combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades humanas está elevándose incluso con mayor rapidez de la que especialistas y estudios estimaban.
El mes de junio de 2023 ya ha pasado a ser el junio más caluroso a nivel global en 173 años (en 1850, época preindustrial, comenzaron los registros modernos). Así lo han corroborado hasta cuatro organismos internacionales de referencia como la NASA, el servicio europeo Copernicus, la agencia estatal estadounidense NOAA y la organización californiana Berkeley Earth. No hay lugar a dudas.
El anterior récord, que data de 2019, ha sido superado por un amplio margen: más de medio grado en comparación con la media de 1991-2020 y 0,18 ºC respecto al periodo 1850-1900. Según Berkeley Earth, la anomalía de la temperatura media mundial en junio fue aproximadamente 1,47 ºC superior a la media de 1850-1900. Para obtener este dato se tiene en cuenta tanto la temperatura del aire como la de los océanos. Por separado, las cifras son igual de preocupantes.
El mes de junio también fue para los océanos el junio más asfixiante desde que hay registros. Con una anomalía media estimada de 1,12 ºC, atrás queda el récord de 2016. Y no solo eso: la anomalía de temperatura oceánica registrada en el sexto mes de este año es la mayor observada para cualquier mes del año. Es decir: nunca antes se había registrado en ninguno de los doce meses del año tal diferencia de temperatura media.
Desde la Organización Meteorológica Mundial señalan que esto afectará a la distribución de la pesca y a la circulación oceánica en general, con efectos en cadena sobre el clima. “No se trata sólo de la temperatura de la superficie, sino que todo el océano se está calentando y está absorbiendo energía que permanecerá allí durante cientos de años”, apunta el máximo organismo en materia de tiempo, clima y agua.
Teniendo solo en cuenta la temperatura del aire, junio de 2023 fue el segundo junio más caluroso desde 1850. Aun así, desde Berkeley Earth explican que existe un margen de incertidumbre que hace que empate con junio de 2022 como el junio más caluroso desde que hay registros. Lo que sí es ya oficial es que los 5 junios más calurosos registrados son los de los últimos 5 años.
Una semana nunca vista
Durante los primeros días de julio, la temperatura media diaria a nivel mundial alcanzó valores inéditos. Nunca antes se había registrado más de 17 ºC, pero el 4 de julio sucedió. El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) estableció una temperatura media diaria de 17,04 ºC, mientras que la Universidad de Maine, en Estados Unidos, registró 17,18 °C. Un día antes, el 3 de julio, se había superado el récord de temperatura global diaria, fijado el 13 de agosto de 2016.
Estos valores de temperatura no se obtienen con el método tradicional (observaciones en superficie) que usan los países en su día a día, es decir, mediante estaciones meteorológicas en tierra y con barcos y boyas sobre el océano. Para lograr la temperatura media de todo el planeta se recurre a los reanálisis, una herramienta que emplean Copernicus (a través de ERA5), la Universidad de Maine, la Agencia Meteorológica de Japón (con JRA-3Q) o la propia Organización Meteorológica Mundial.
Los reanálisis, como explica a Climática el científico del clima Zeke Hausfather, "incorporan toda la información climática disponible sobre docenas de variables procedentes de satélites, globos meteorológicos, aviones y observaciones en superficie". Estos datos –cuenta– "se introducen en un modelo meteorológico que se ejecuta hacia atrás en el tiempo para predecir la temperatura (y otras variables climáticas) de cada hora en cada lugar". Por tanto, los productos de reanálisis son una mezcla de observaciones y modelos.
Durante las últimas semanas, el reanálisis más compartido ha sido el de la Universidad de Maine, ya que dispone de una web didáctica que cada día actualiza, mediante una gráfica, la temperatura media mundial. Su reanalizador se basa en datos de salida de modelos de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental (NCEP, por sus siglas en inglés) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Desde los NCEP cuentan a Climática que los datos de salida empleados por la universidad estadounidense “no son adecuados para ser utilizados como sustituto de las temperaturas reales de la superficie ni de los registros climáticos". Tras consultar a varios especialistas, si bien todos coinciden en que hay que tomar con precaución las cifras absolutas, el reanálisis hecho desde la Universidad de Maine no está muy lejos de la realidad.
Como explica Zeke Hausfather, que trabaja como investigador en la Berkeley Earth, los especialistas de Maine emplean un producto de reanálisis más antiguo que el usado por Copernicus, lo que explica en parte por qué cada uno obtiene una temperatura diferente. Sin embargo, el hecho de que los dos organismos obtengan los "mismos resultados en cuanto a días récord me hace confiar más", cuenta. Similar postura a la del reconocido climatólogo Michael Mann: "Hay que ser prudentes porque es un producto de reanálisis, pero sospecho que produce estimaciones que se acercan mucho a la respuesta correcta", explica a Climática.
Otra de las diferencias entre los reanálisis de Copernicus y la Universidad de Maine y, por tanto, de las temperaturas diarias obtenidas, está en la forma de medición. Lo explica a este medio Carlo Buontempo, director del Servicio Copernicus de Cambio Climático: "Las cifras del reanálisis del NCEP son medias diarias basadas en datos de 6 horas (4 valores por día), mientras que las del ERA5 se basan en datos horarios (24 valores por día)". Si bien esta forma de recoger datos no implicó grandes diferencias en los récords de 2016, en los de 2023 sí ha habido un ligero desfase de, por ejemplo, 0,12°C el lunes 3 de julio y de 0,14°C el martes 4 (a continuación se ofrece una tabla donde se compara la semana récord).
Tanto el reanálisis de la Universidad de Maine como el de Copernicus coinciden en que el 6 de julio fue el día con la temperatura diaria a nivel mundial más alta jamás medida. El organismo americano registró 17,23 ºC, mientras que el organismo europeo registró 17,09 ºC.
Más allá de cuál será finalmente el valor exacto (que lo acabará determinando la OMM como ente superior), lo que sí está claro es que la primera semana de julio pasa a la historia. Aunque no por mucho tiempo. Varios especialistas del clima ya han avisado de que lo más seguro es que en las próximas semanas se supere el récord de temperatura media diaria a nivel mundial.
Desde la OMM respaldan, con los datos preliminares, que estos primeros días de julio han sido la semana más calurosa jamás registrada. Esta situación inédita está impulsada por el calentamiento global inducido por los gases de efecto invernadero y por El Niño, un fenómeno que se da cada ciertos años y que calienta las aguas del Pacífico.
Christopher Hewitt, director de Servicios Climáticos de la OMM, considera que "estamos en un territorio desconocido” por lo que “podemos esperar que caigan más récords a medida que El Niño se desarrolla más". "Esta es una noticia preocupante para el planeta", señala el especialista.
Con todo estos registros, "lo más probable es que julio de 2023 sea el julio más cálido de la historia y, con él, el mes más caluroso de todos los tiempos", señala Karsten Haustein, climatólogo y meteorólogo de la Universidad de Leipzig, quien enfatiza: “De todos los tiempos significa desde el Eemiense, es decir, hace unos 120.000 años”.
Si nada cambia, también será el año más caluroso desde que hay registros, puesto que actualmente ocupa 2016, cuando hubo un fuerte evento de El Niño. Según NOAA, hay más de un 99% de probabilidades de que 2023 se sitúe entre los 10 años más cálidos registrados y un 97% de probabilidades de que se sitúe entre los cinco primeros. Y desde el Berkeley Earth dan una probabilidad del 81% de que 2023 pase a ser el año con la temperatura más alta jamás registrada.
El cambio climático no es debatible
Cuando más información a tiempo real hay, cuando más estudios e investigaciones se llevan a cabo, cuando más eventos extremos se producen, cuando más atención política tiene el tema, más negacionismo y cuestionamiento hay en torno al cambio climático, sus implicaciones y su causante.
La ola de calor que acaba de pasar España, con temperaturas máximas de casi 45 ºC y de hasta 40 ºC durante la madrugada, ha sido al menos cinco veces más probable por el cambio climático. Esta estimación, siempre conservadora, es fruto de un estudio de atribución realizado por la organización Climate Central usando datos científicos revisados por especialistas. Actualmente, todo episodio de altas temperaturas está condicionado por los efectos del calentamiento global.
Una de las implicaciones más importantes de los valores extremos y las olas de calor es la que afecta a la salud. Mientras los recientes récords diarios de temperaturas se sucedían, un estudio revelaba que más de 11.000 personas murieron en España el verano pasado como consecuencia de las altas temperaturas.
"Hasta que no cesen las emisiones netas de gases de efecto invernadero, las olas de calor en España y en otros lugares seguirán siendo más calientes y peligrosas", asegura Friederike Otto, catedrática de Ciencias del Clima del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medio Ambiente. Para la experta, "a pesar de esta abrumadora evidencia, todavía hay poca conciencia pública de los peligros que las temperaturas extremas representan para la salud humana".
Artículo actualizado el 18 de julio para mejorar los gráficos.