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‘Goliath’: Cualquier parecido con la realidad no es pura casualidad

La película del director francés Frédéric Tellier se basa en una protesta real contra las negligencias del gigante agroquímico Monsanto. A través de las historias de tres personajes, la cinta plasma la lucha de los agricultores afectados por el herbicida y la presión del lobby sobre las víctimas.
‘Goliath’: Cualquier parecido con la realidad no es pura casualidad
Fotograma de la película. Foto: Christine Tamalet

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Después de obtener un notable éxito en Francia con una recaudación de más de 6 millones de euros, Goliath, de Frédéric Tellier, se estrenó en los cines españoles el pasado viernes 9 de diciembre.

El filme cuenta con excelentes interpretaciones de un reparto multipremiado. Protagonizado por el 7 veces nominado al Premio César Gilles Lellouche (Patrick Fameau); Emmanuelle Bercot (France), que obtuvo el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes y Pierre Niney (Mathias Rozen), que ha sido galardonado con el Premio César al Mejor Actor. El director de Goliath, Frédéric Tellier, también cuenta con dos nominaciones a los Premios César y su productor Julien Madon, con una.

Goliath es un thriller-ecológico basado en una protesta real, en línea de películas como Erin Brokovich (2000) o Dark Waters (2019), contra negligencias que derivan en daños al medio ambiente y a las personas.

La película narra paralelamente las historias de Patrick Fameau, un solitario abogado especializado en derecho ambiental defendiendo a la pareja de su cliente, quien habría fallecido a causa de un cáncer provocado por el uso de un herbicida (concretamente por la tetrazina); de Mathias Rozen, representante del lobby agroquímico que defiende la seguridad del herbicida, siempre ocupado y ajetreado; y la de France, una profesora de deporte reconvertida en activista para protestar por su marido enfermo de cáncer, probablemente relacionado con el herbicida. Los tres personajes verán entrelazadas sus vidas en varias ocasiones para converger al final.

Cualquier parecido con la realidad no es pura casualidad

Así es como comienza el film francés, que a todas luces parece narrar la titánica lucha de las familias afectadas por el uso de herbicidas contra el gigante agroquímico Monsanto. La multinacional ha sido criticada, demandada y obligada a indemnizar en varias ocasiones a personas que han contraído cáncer por el uso de su herbicida Roundup (más conocido como glifosato). En la película utilizan tetrazina como el agente principal del herbicida. 

Un David contra Goliath del cual no solo extraen el nombre para la película si no que representa la lucha de una asociación de agricultores afectados por malformaciones en recién nacidos y cánceres contra la multinacional.

En la realidad, y a pesar de la dificultad de demostrar a nivel científico y médico que el cáncer ha sido consecuencia de un solo factor–en concreto por el contacto con el glifosato, y no de varios factores–, Monsanto ha sido condenado en varias ocasiones a indemnizar con más de 2.370 millones de dólares a familias por los daños causados por el uso de su herbicida. En 2020, Bayer-Monsanto aceptó pagar 11 000 millones de dólares a las víctimas de Roundup en Estados Unidos (unos 125 000 demandantes); eso sí, sin reconocer que su producto provoque cáncer. No obstante, y honestamente, solo se me ocurre una situación en la que una de las mayores multinacionales del mundo opte por indemnizar a las víctimas para evitar ir a juicio.

A pesar de que no exista (o por lo menos no dispongo de la misma en el momento de la redacción del artículo) evidencia científica suficiente para determinar el origen cancerígeno del glifosato, en 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), clasificó el glifosato en el Grupo 2A (posiblemente cancerígeno), compartiendo grupo con los esteroides, el DDT o la carne roja. 

¿Por qué ha tenido tanto impacto en Francia?

En 2019, el tribunal francés dictaminó que Monsanto era culpable de la enfermedad de un granjero que inhaló uno de sus herbicidas en 2004. En este caso no se trataba de un herbicida a base de glifosato, si no de Lasso, un herbicida que fue prohibido en 2007. El mismo año, Francia vetaba el herbicida con glifosato por riesgos en salud. Prohibición que se tendría que materializar a finales de 2022, pero que por el momento no se ha cumplido.

Casualmente (o no), el estreno de la película coincidía en tiempo con la reunión del Comité de la Unión Europea para la renovación del uso de glifosato. Sin embargo, esta se ha retrasado hasta finales del año que viene. 

Más allá del Glifosato: David vs Goliath

La cinta francesa plasma a la perfección cómo los lobbies ejercen presión sobre las víctimas. En diversas ocasiones se espía y amenaza al abogado parisino Patrick (algo similar por lo que ha sido multado Monsanto en Francia). Pero también ejemplifica cómo los mismos lobbies siembran dudas y mentiras (de hecho, en varios ocasiones, Mathias Rozen es llamado “mercader de mentiras”) o cómo tienen la capacidad de comprar científicos o de influir en los discursos de políticos que reproducen palabra por palabra lo que previamente habían dicho desde las multinacionales agroquímicas y petroleras, a semejanza de lo que ocurre con los discursos retardistas.

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COMENTARIOS

  1. Monsanto, vaya firma… una de las multinacionales más criminales del mundo. A ellas y a otros intereses económicos estamos sometidos sin que parezca importarle a las masas.
    A los campesinos indígenas les robó las semillas y se las patentó. A Occidente lo envenenó.
    Y lo peor: si los indígenas tenían cientos de miles de variedades de semillas, Monsanto, se las ha secuestrado y siguiendo su conveniencia, sólo comercia con unas pocas variedades.
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    Detectan plaguicidas disruptores endocrinos, no autorizados y candidatos a ser sustituidos en alimentos españoles.
    En el año 2020, los alimentos españoles contenían restos de 125 plaguicidas diferentes: 57 disruptores endocrinos, 64 no autorizados y 13 candidatos a ser sustituidos por su elevada toxicidad.
    España debe reducir su dependencia de los agrotóxicos si quiere cumplir el objetivo de reducción de un 50% el uso y riesgo de los plaguicidas químicos para 2030 marcado por Europa.
    Las frutas y verduras son el grupo más contaminado, con 117 plaguicidas que contaminan el 41% de las muestras. Los dos alimentos con más residuos fueron las naranjas, con 36 sustancias diferentes y los pimientos dulces, con 27.
    España, el Estado europeo líder en ventas de plaguicidas, es también el que peor información pública proporciona sobre su presencia en alimentos, ya que solo analiza 3,26 muestras por cada 100.000 habitantes frente a la media europea de 17,25. Además, los últimos años ha reducido el número de muestras realizadas en busca de residuos de plaguicidas.
    Con estos resultados, es imprescindible reducir la dependencia a los plaguicidas de la agricultura y fomentar el cambio a una agricultura agroecológica; dar información más representativa a la población, incluyendo los plaguicidas que se emplean en mayores cantidades, como el cancerígeno prohibido 1,3 dicloropropeno o el glifosato; controlar los permisos excepcionales a plaguicidas no autorizados; y evaluar las sustancias candidatas para sustituirlas progresivamente con sus alternativas existentes. Solo así cumplirá el objetivo de reducción de un 50% del uso y riesgo de los plaguicidas químicos marcado por Europa para el 2030….
    https://www.ecologistasenaccion.org/215386/detectan-plaguicidas-disruptores-endocrinos-no-autorizados-y-candidatos-a-ser-sustituidos-en-alimentos-espanoles/

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