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No es discutible: el cambio climático existe y está provocado por las actividades humanas, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles. Así lo atestigua la práctica totalidad de la literatura y especialistas de la ciencia del clima. Sin embargo, aún existen fuertes reticencias a aceptar esta realidad. El mayor ejemplo lo encarnan líderes políticos como el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; o el primer ministro de Australia, Scott Morrison. No obstante, no son el único peligro.
Un estudio publicado en la revista Climatic Change en el marco del proyecto THINKClima y liderado por Núria Almiron, profesora titular del Departamento de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra, identifica los ocho think tanks negacionistas más importantes de Europa que publican en inglés, castellano, alemán y francés.
Estos se localizan en seis países diferentes. En Reino Unido operan tres: el Centre For Policy Studies (CPS), la Global Warming Policy Foundation (GWPF) y el Institute of Economic Affairs (IEA). En Francia, el Institut Économique Molinari (IEM). En Alemania, el Europäisches Institut für Klima und Energie (EIKE). En Austria, el Austrian Economic Center (AEC). En Suiza, el Liberales Institut (LI). Y, en España, el Instituto Juan de Mariana (IJM).
La mayor parte de los think tanks (laboratorios de ideas, en castellano) estudiados fueron fundados entre 2003 y 2009. Aun así, los autores detectan que los dos últimos grandes informes del IPCC (AR4, en 2007; y AR5, en 2014) sirvieron como detonante para los negacionistas europeos, siendo el mayor periodo de actividad entre 2014 y 2018.
En total, se analizaron 1.669 textos. De estos, un 63,93% critica a activistas y políticos que trabajan para paliar el cambio climático; un 49,43% incluye menciones que cuestionan la difusión científica; un 38,83% introduce la idea de que “está ocurriendo, pero cualquier política será peor que el calentamiento”; un 37,30% incluye la idea de que “está ocurriendo, pero no por culpa nuestra o no solo por culpa nuestra”; un 22,23% habla de que “el cambio climático no está ocurriendo”; y un 10,90% de los textos incluyen la idea de que “el cambio climático está ocurriendo, pero es bueno, no es malo”.
También existen muchas referencias hacia el IPCC, el grupo de especialistas que asesora a la ONU y cuyos informes son la máxima referencia para el estudio del cambio climático. De los textos analizados en las webs de los ocho think tanks negacionistas europeos, un 29,24% incorpora menciones que cuestionan la legitimidad del IPCC.
El think tank con mayores contenidos negacionistas es el alemán EIKE. El 26,35% de sus textos incluye la idea de que “el cambio climático no está ocurriendo”.
El negacionismo en España
El segundo mayor think tank negacionista de la ciencia del clima en Europa es el español Instituto Juan de Mariana. El estudio encuentra 112 textos publicados entre 2001 y 2018 en su página web. Hasta un 66,07% de dichos textos critica sin base científica a defensores no científicos del cambio climático, mensajes y políticas, y más de la mitad de los textos cuestiona el consenso científico.
El Instituto Juan de Mariana, con sede en Madrid, nació en 2005. Según Corporate Europe Observatory, mantiene estrechos vínculos con el núcleo duro del negacionismo estadounidense, incluyendo la financiación a la industria de los combustibles fósiles. Como apunta el estudio, en su inauguración arrancó con un seminario contra el Protocolo de Kioto -el antecesor del Acuerdo de París-, al que asistió el escéptico del cambio climático Christopher Horner, del Competitive Enterprise Institute.
El centro también ha copatrocinado diferentes conferencias internacionales sobre el cambio climático organizadas por el Heartland Institute, el think tank defensor del libre mercado ubicado en Chicago y situado al frente del negacionismo de la evidencia científica sobre el cambio climático antropogénico en Estados Unidos.
El 21 de marzo 2019, en Bruselas, se celebró una vista sobre negacionismo climático. Uno de los nombres que salió a la palestra fue el del Instituto Juan de Mariana. Durante la intervención de Harvard Geoffrey Supran, el historiador aseguró que el Juan de Mariana forma parte de una red “bien financiada y engrasada” de negacionismo climático: “Es un laberinto de personas y dinero que conecta a compañías de combustibles fósiles, fundaciones, think tanks, empresas de relaciones públicas, empresas fachada… todo para alimentar una burbuja de propaganda de políticos, falsos activistas, medios de comunicación y blogs”.
A raíz de este análisis, los autores y autoras concluyen que el contramovimiento formado por think tanks que niegan el cambio climático ha estado muy activo en Europa, sobre todo, en la última década. Estos, además, tienen un perfil ideológico neoliberal y su discurso se asemeja al de las organizaciones negacionistas de Estados Unidos.
El estudio concluye que el contramovimiento formado por think tanks que niegan el cambio climático ha estado muy activo en Europa, sobre todo, en la última década. Además, todas tienen en común una ideología neoliberal y adoptan posiciones políticas cercanas al conservacionismo político o incluso a la extrema derecha.
No obstante, para el ingeniero y periodista Ferran Puig Vilar, »no es el populismo de extrema derecha» lo que alimenta a estos grupos, »sino el fundamentalismo cristiano, que es donde se originó realmente el negacionismo climático en Estados Unidos», asegura a Climática. Puig Vilar es una de las personas que mejor conoce las corrientes y redes negacionistas climáticas. Según explica, »uno no tiene que buscar los think tanks neoliberales para ver los orígenes», sino fijarse en los »fundamentalistas cristianos, que tienen tanta o más financiación que los ultraliberales». En este sentido, sostiene que »convendría ir diciendo que VOX viene de todo esto».
A la pregunta ¿se está quemando El Pantanal? la respuesta de Bolsonaro fué reirse.
Un año después de los devastadores incendios de la Amazonia de 2019, la selva se quema de nuevo. Y esta vez es incluso peor que el año pasado.
Agroganaderos y acaparadores de tierras, protegidos por el presidente Bolsonaro de Brasil y respaldados por sus propias milicias privadas, invaden y queman las tierras indígenas con impunidad.
Esto es una catástrofe para los pueblos indígenas de Brasil. Las exuberantes selvas que llevan siglos cuidando son pasto de las llamas a gran escala. Y con ellas adiós a sus medios de vida, al futuro de sus hijos y a su propia supervivencia. Y como todos sabemos a estas alturas, su supervivencia está ligada a la nuestra.
Pero no solo se quema la Amazonia. También arde el Pantanal, como se conoce a los singulares humedales de Brasil que los pueblos indígenas han salvaguardado durante milenios. Un 20% ha resultado devastado solo este año.
Sin embargo, cuando una joven preguntó a Bolsonaro y a sus ministros: “¿Se está quemando el Pantanal?”, su respuesta fue… reírse.
[…] sobre el cambio climático de una manera accesible a todo tipo de lectores con titulares como ‘Los ocho ‘think tanks’ negacionistas del clima más importantes de Europa’ o ‘El 1% más rico de la población emite más del doble de CO2 que la mitad más pobre de la […]