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«Estamos en el Aeropuerto de Zaragoza, el segundo aeropuerto con mayor carga aérea de España. Un jumbo carguero de la compañía Atlas Air, procedente de Delhi, está a punto de aterrizar. A bordo viajan unas 100 toneladas de productos textiles para Zara y otras marcas del gigante español de la moda, Inditex. Se preparan en España, y desde aquí se envían a las 5.815 tiendas que el grupo Inditex repartidas por todo el mundo», relatan David Hachfeld y Romeo Regenass de la organización suiza Public Eye.
En unos días, lotes de esta ropa se cargarán en uno de los aproximadamente 15 aviones de carga que despegan semana tras semana para Inditex, el principal cliente del aeropuerto de Zaragoza, y volarán a destinos en Norteamérica, Centroamérica, Oriente Medio, Asia y también Europa.
La industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta, tanto por su proceso de producción como por su transporte y por la inabarcable gestión de residuos que generan las toneladas de textiles que se desechan cada año en la lógica de la moda rápida y barata. Una investigación realizada por Public Eye revela hoy el impacto del transporte aéreo de la ropa en la Unión Europea: solo en 2022 se importaron y exportaron 700.000 toneladas. Esto equivale a unos 20 vuelos diarios únicamente con artículos de moda.
Un tráfico aéreo que no se detuvo ni siquiera durante la pandemia para seguir alimentando el comercio online y que conlleva unas elevadas emisiones de gases de efecto invernadero.
El transporte de mercancías por vía aérea reduce los tiempos de entrega, pero sus emisiones son unas 14 veces más perjudiciales para el clima que las de la ropa que se transporta principalmente por vía marítima, según destacan hoy la campaña Ropa Limpia, Ecologistas en Acción y Setem en un comunicado conjunto.
Zara es responsable del 64% de la «moda aérea»
Las empresas son poco transparentes a la hora de hablar de la moda que transportan por avión. Por eso, Public Eye ha tenido que analizar, además de la información pública disponible, los datos de medios de comunicación independientes y rastrear información de aduanas. La organización ha identificado también a otras empresas de moda como Calzedonia, Lululemon, Next, Uniqlo y Urban Outfitters como usuarias del transporte aéreo.
Su trabajo concluye que Zara encabeza la clasificación de vuelos de carga con prendas como parte esencial de su modelo de negocio. Una de sus señas de identidad es, precisamente, que cada semana se pueden hallar prendas nuevas en las casi 1.900 tiendas que la empresa española tiene repartidas por el mundo.
Con independencia de dónde se fabriquen, prácticamente todos los productos de Zara & Co. acaban en los grandes centros de distribución que Inditex opera alrededor del aeropuerto de Zaragoza.
Inditex gestiona cada semana unos 32 vuelos con unas 100 toneladas de ropa a bordo tan solo desde la capital aragonesa. Esto supone más de 1.600 vuelos al año. Incluso dentro de la UE, donde se podrían buscar otras alternativas de transporte sin aumentar en exceso los tiempos de entrega, grandes cantidades de artículos de moda se transportan igualmente por avión. En 2022, se entregaron por vía aérea al menos 42.658 toneladas, de las que el 64% correspondieron a Zara.
La mayor parte de este transporte aéreo procede, con mucha diferencia, de España. Según datos de Aena, es poco probable que estos mercados se abastezcan por vuelos de carga desde Zaragoza, la mercancía puede transportarse en vuelos de pasajeros desde Madrid y Barcelona, donde Inditex es también un importante cliente. En el aeropuerto de Barcelona, la industria de la moda es desde hace años la responsable de los mayores volúmenes de carga.
Las promesas climáticas de Zara
«Inditex está haciendo todo lo posible por presentarse como empresa pionera en la protección del clima», alerta el estudio. Bajo el lema Join Life, el gigante de la moda presenta un amplio abanico de iniciativas en materia de sostenibilidad. Por ejemplo, en 2021, Zara anunció el desarrollo de una colección de prendas realizadas a partir del reciclaje de emisiones de carbono, y es miembro de una iniciativa que promueve el transporte marítimo limpio.
El problema es que la moda rápida que llega lo más rápido posible es muy rentable. Óscar García Maceiras, consejero delegado de Inditex, presentó en la junta general anual que se celebró el pasado julio en A Coruña un beneficio neto de 4.100 millones de euros. Unas ventas de 32.600 millones de euros que se tradujeron en un margen de beneficio superior al 12,5%. Zara también presentó ambiciosos objetivos de sostenibilidad y promesas climáticas. Entre ellas, prometió «ropa más respetuosa con el medioambiente» y «cero emisiones netas antes de 2040». Esto último, como explicamos recientemente en un reportaje, tiene truco.
«Lo que el consejero delegado del segundo grupo de moda más grande del mundo después de Nike no mencionó es que Inditex transporta toneladas de ropa por avión alrededor del mundo, con crisis climática o sin ella. Presumiblemente, esto forma parte de ese 10% por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero que son «difíciles de eliminar», según los nuevos objetivos de sostenibilidad y que Inditex quiere neutralizar o compensar mediante proyectos de absorción de carbono», explican los responsables de la investigación.
No existen muchos datos disponibles sobre la moda que viaja en avión y que no se envía a centros de distribución, sino directamente a los consumidores y las consumidoras. Shein envía artículos de moda por correo aéreo directamente desde China a domicilios particulares de todo el mundo. La compañía china firmó una alianza estratégica con la aerolínea China Southern Airlines en julio de 2022 con el objetivo de aumentar su capacidad de vuelo. Cuatro aviones de carga de la aerolínea más grande de Asia van y vienen constantemente por las principales rutas de Shein entre Guangzhou y Los Ángeles, y entre Guangzhou y Ámsterdam o Londres.
Según un estudio de la consultora medioambiental suiza Quantis, el transporte solo representa en torno al 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria de la moda; la inmensa mayoría de las emisiones corresponden a la producción de materias primas y a su transformación. Pero este porcentaje aumenta drásticamente en el caso de la moda aérea. Y el aumento del consumo no para de hacer girar esta rueda. La fundación británica Ellen MacArthur Foundation expone que la producción mundial de productos textiles se duplicó entre 2000 y 2015, y se prevé que volverá a aumentar más del doble de aquí a 2030.
«Que la moda vuele por medio mundo supone un daño totalmente innecesario para el medio ambiente en un escenario de crisis climática. Debemos detener esta moda aérea”, señalan las organizaciones. Por ello, la Campaña Ropa Limpia, Ecologistas en Acción y Public Eye han lanzado una petición para que Zara se tome en serio su promesa de ser más sostenible.