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El Parlamento Europeo, el Consejo de la UE y la Comisión Europea han alcanzado un acuerdo político para reformar el mercado eléctrico comunitario con el fin de impulsar el despliegue de renovables y favorecer precios estables y asequibles para los consumidores.
El pacto ha llegado de madrugada, después de diez horas de negociación, en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) y aún tendrá que ser validado tanto por el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, como por el pleno de la Eurocámara. Se trata de un ajuste del mercado concebido a raíz de la crisis de precios de la energía de 2021 y 2022 que busca acercar a la Unión Europea a sus objetivos climáticos y alejarla de los hidrocarburos de Rusia.
Protección a los consumidores
El texto recoge varias medidas para reforzar la protección a los consumidores y establece unos criterios que permitan que el Consejo, a propuesta de la Comisión, declare una crisis energética y pueda haber una intervención pública en los mercados en ese contexto.
Los Estados deberían entonces adoptar medidas para rebajar los precios para los clientes vulnerables y desfavorecidos, con disposiciones para evitar «distorsiones indebidas del mercado interior», indicó el Consejo en un comunicado.
«La protección al consumidor aumenta y mucho», valoró el negociador jefe por parte de la Eurocámara, Nicolás González Casares (PSOE), quien agregó que el acuerdo también impide que las compañías puedan «cambiar unilateralmente contratos» y señala que «los Estados miembros asegurarán que los consumidores estarán completamente protegidos contra las desconexiones».
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, al referirse este miércoles al semestre de presidencia española al frente del Consejo de la UE ante el pleno del Parlamento Europeo, calificó el ajuste como una «reforma histórica del mercado eléctrico».
«Además de fomentar la necesidad de impulsar las energías renovables, va a hacer que los precios de la luz sean más bajos, sean más estables, inserten mayor transparencia en el sistema y por lo tanto mayor información para los consumidores» y «va a proteger a los ciudadanos de los posibles abusos de las multinacionales energéticas», añadió Sánchez.
Pugna entre Francia y Alemania
El mayor escollo de la tramitación fue previo a la negociación final entre el Consejo y la Eurocámara y apareció en el enfrentamiento entre París y Berlín a propósito de los contratos por diferencia (CfD, por sus siglas en inglés) y su aplicación sobre las centrales nucleares en funcionamiento.
Los CfD permiten que el Estado acuerde un precio estable por la compraventa de electricidad en un plazo fijo con un generador y después se devuelva la diferencia automáticamente en función de si el precio final ha sido más alto o más bajo de lo pactado.
Francia, con un amplio parque nuclear, quería aplicar ese esquema a las plantas atómicas en uso y prácticamente amortizadas, pero Alemania temía que esto pudiera funcionar como una ayuda de Estado encubierta a la industria gala, que podría obtener electricidad más barata que la germana.
Los ministros de Energía de los Estados miembros pactaron finalmente un enfoque común en octubre, bajo presidencia española del Consejo de la UE, de forma que los CfD se puedan aplicar a todas las nuevas instalaciones de generación, las que amplíen su capacidad y extiendan su vida útil, independientemente de si se refiere a plantas nucleares u otras tecnologías.
Sin embargo, según el acuerdo entre las capitales previo a la negociación final, esos contratos no se aplicarían de forma automática a las plantas existentes, sino que -como hasta ahora- tendrán que obtener el visto bueno de la Comisión Europea, que los analizará en virtud del régimen de ayudas de Estado, pero con criterios simplificados.
El Parlamento había asumido en su posición las líneas generales del pacto entre capitales a propósito de los contratos por diferencia y en el acuerdo final sólo añade que se puedan utilizar «medidas equivalentes» a los CFds con el mismo efecto» para apoyar a la nuclear o las renovables.
«Las normas para los CFD bidireccionales solo se aplicarán después de un período de transición de tres años después de la entrada en vigor del Reglamento, con el fin de mantener la seguridad jurídica para los proyectos en curso», precisó el Consejo.
El acuerdo también introduce una «excepción potencial y excepcional a la aplicación del límite de CO2 para los mecanismos de capacidad ya autorizados, cuando esté debidamente justificado», indicó el Consejo en relación a una disposición que reclamaba Polonia.
La reforma incluye, en paralelo, un reglamento (REMIT) para mejorar la protección contra la manipulación del mercado, acordado el pasado noviembre.
La Comisión Europea presentó en marzo de este mismo año su propuesta de diseño del mercado, trabajada previamente con los Estados miembros para facilitar su rápida tramitación. Nueve meses después, se ha alcanzado un acuerdo para la primera reforma en profundidad del mercado eléctrico en dos décadas, un pacto que, si no hay sorpresas, quedará oficialmente aprobado a inicios de 2024.
Más palabrería, para cuando los hechos. No depender de los hidrocarburos rusos, ¿de cuales nos toca ahora? De los americanos, Emiratos arabes, Argelia u otro pais productor.
¿A quien no le interesa que los países, sean suficientemente independientes , con energías renovables? ¿ A los ciudadanos o a las grandes empresas eléctricas?
Ya saben ahora, que no pueden cambiar los contratos a los clientes, pero siguen haciéndolo y gasta tú , tu tiempo y dinero, porque tu gobierno, se lo permite y mira para otro lado.
¿ Exactamente que cambia este nuevo acuerdo ? Porque los paganini, no vemos ninguna diferencia, solo son suposiciones.
Osea, más de lo mismo, escrito con otras palabras.