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Esta entrevista pertenece a la serie incluida en el dossier de #LaMarea72, una guía práctica con todo lo necesario para pasar a la acción climática. Puedes comprar la revista en nuestra tienda online. También puedes suscribirte a La Marea desde 40 euros al año.
Hemos preguntado a 12 personas expertas por dos cuestiones fundamentales en materia climática: cuál es la medida prioritaria para afrontar la crisis climática, y qué acciones individuales se deben poner desde ya en práctica para paliarla.
CRISTINA LINARES
Científica titular en la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III
¿Cuál sería la medida prioritaria que se debería adoptar para afrontar la crisis climática?
Desde mi punto de vista, parece que las acciones encaminadas a la mitigación de las emisiones no están siendo muy eficientes a nivel mundial, por lo que el número de emisiones seguirá aumentando en los próximos años. Desde el campo de la salud, la medida prioritaria a adoptar es la adaptación. Conseguir que el sistema de salud esté preparado y sea efectivo frente a las amenazas más importantes del cambio climático, olas de calor y frío, incremento de los vectores de enfermedades tropicales, aumento de la contaminación de aguas, alimentos y, por supuesto, el aire (dióxido de nitrógeno y partículas principalmente, pero también pólenes); así como el aumento de los refugiados climáticos provocados por el aumento de sequías, inundaciones y pérdida de biodiversidad de sus regiones de origen.
En las ciudades, combatir el problema de la pobreza energética en sectores especialmente desfavorecidos (mujeres y ancianos). Las medidas de adaptación a los riesgos de la crisis climática son necesarias y funcionan, como en el caso de la incidencia en salud de las olas de calor, donde se está comprobando, desde la puesta en marcha del Plan de Prevención de Altas Temperaturas, una reducción del número de muertes atribuibles a nivel mundial. A nivel político, es urgente priorizar las acciones encaminadas a la adaptación tanto poblacional, a través de la educación ambiental, como acciones a nivel estructural que permitan establecer lazos entre el medio ambiente y los sectores de la salud, trabajo, industria. El cambio climático debe integrarse de manera transversal en el día a día de nuestras acciones tanto individuales como colectivas como sociedad.
De manera individual, ¿qué podemos hacer que tenga cierta repercusión?
A nivel individual es importante sentirse responsables del problema y también parte de la solución. Nuestro cambio de hábitos, principalmente de consumo, marcarán el futuro de los grandes sectores que afectan a la crisis climática: alimentación, energía, transporte, residuos… Nuestras decisiones a nivel político también son de gran importancia: considerar la elección de gobiernos responsables en el ámbito climático es una clara apuesta por la sostenibilidad. Tenemos los medios tecnológicos para conseguir un mundo más equitativo y respetuoso con el medio ambiente, no hay que hablar de impactos de futuros ni problemas venideros a largo plazo, el momento de actuar es ahora. Dentro de la responsabilidad como individuos deberíamos informarnos, actuar y contribuir a la transmisión del problema dentro de las posibilidades de cada persona.
También puedes leer el resto de entrevistas aquí:
SI ES PALMA NO ES BIO.
La población española come menos aceite de palma y, en cambio, lo quema cada vez más en automóviles y camiones.
Una encuesta refleja que el 88 % de la población española no sabe que el diésel contiene hasta hasta un 7 % de biocombustibles, principalmente a partir de aceite de palma.
España es el mayor importador de aceite de palma de la UE y destina su uso principalmente para la fabricación de biocombustibles. Una encuesta de Ipsos de 2018 evidenciaba que el 88 % de la población española no sabe que el diésel contiene un 7 % de biocombustibles procedentes, en su mayoría, de aceite de palma.
En marzo la Comisión Europea catalogó el aceite de palma como materia prima insostenible, ya que su producción está relacionada con la deforestación. El uso de aceite de palma en el biodiésel se debe reducir gradualmente a partir de 2023 y debería llegar a cero en 2030. Sin embargo, en 2018 más de la mitad (53 %) de todas las importaciones de palma en la UE se utilizaron para producir biodiésel para automóviles y camiones, un máximo histórico.
https://www.ecologistasenaccion.org/128715/si-es-palma-no-es-bio/