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«Todo está vivo, incluso las piedras». Con esta frase de Fermina Pichumilla, lonko (jefa) en la comunidad Elel Quimun, en Argentina, inicia la representación de Canto mineral. Esta propuesta escénica es una creación de la compañía de teatro documental AzkonaToloza. Piedras, rocas, minerales, material de distintos colores o densidades, con distintas y muy antiguas historias, llenan el escenario. Interactúan con ellas Txalo Toloza y Laida Azkona en un concierto geológico con la música de Rodrigo Rammsy.
Si se reflexiona sobre la frase de Fermina Pichumilla y se consideran las creencias animistas de muchos pueblos indígenas, cabe preguntarse: ¿Tiene derecho el ser humano a extraer todos los minerales que le venga en gana de la madre Tierra para saciar sus necesidades o ambiciones? «Nosotros hacemos una oda poética a lo mineral. Vemos el compendio de visiones de los pueblos, ellos creen que deberíamos tener una relación igualitaria con los minerales», explica Toloza. Sin embargo, «esta base material de la vida y de nuestros sistemas económicos y culturales, no es reconocida como sujeto de derecho».
La naturaleza hace millones de años que se las apaña con unos pocos elementos de la tabla periódica. Oxígeno, carbono, calcio, hidrógeno, nitrógeno, fósforo, silicio, azufre, magnesio y potasio construyen casi toda la vida del planeta. En cambio, el ser humano construye su mundo, las ciudades, sus vehículos, los aparatos tecnológicos, la nube donde almacena millones de datos y un largo etcétera explotando todo material posible, aunque este se encuentre a quilómetros bajo tierra y aunque esta extracción conlleve desastres medioambientales.
Un artículo reciente publicado en la revista Trends in Ecology and Evolution, liderado por un equipo de investigación del CREAF, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el CSIC, alerta de que el conjunto de elementos químicos que necesitamos los humanos está divergiendo cada vez más del que necesita la naturaleza. «En 1900, los elementos que utilizaban los humanos provenían en un 80% de la biomasa (madera, plantas, alimentos, etc), en 2005 este porcentaje ya sólo equivalía al 32%, y se espera que en 2050 sea sólo del 20%», indica el estudio.
La transición energética, tal como se plantea a día de hoy, requiere la extracción de minerales a una escala aún mayor. El níquel, el cobalto y el litio son necesarios para las baterías eléctricas. La extracción de estos minerales ya supone un drama medioambiental en muchos rincones del planeta, como el Congo, Chile o Argentina, donde el uso de los recursos hídricos para la extracción de litio está secando los cultivos.
Colonizar el espacio
Pudiera parecer ciencia ficción, pero Canto mineral pone al espectador frente a un espejo. Es como un viaje al pasado, a lugares que hoy son inertes y donde antes hubo vida. Como el Desierto de Atacama, en Chile, donde nació el padre de Txalo Toloza y donde se explotó una mina de azufre. Pero también es un viaje a un futuro más que probable. «Primero fueron los campamentos mineros en los desiertos. Luego las plataformas y las excavadoras submarinas en medio de los océanos. Y finalmente, la minería de asteroides y Marte. Da miedo pensar en cual será el siguiente paso. ¿La extracción de minerales de nuestros cuerpos?», reza una parte del texto. «La minería marina y la minería en el universo son la minería del futuro, son temas sobre los que hemos investigado mucho en nuestro trabajo. Se quiere extraer minerales raros de los esteroides y que la Luna sea un campamento base o almacén, por ejemplo. Parece una locura, pero estamos ahí», sostiene Laida Azkona.
«La minería del futuro son las nuevas colonias», apunta Azkona. Este canto mineral, esta oda poética a los minerales, a las montañas, a los volcanes, muestra la persistente tendencia humana a la conquista, a la colonización, a la explotación del medio y la extracción. Y esa lógica que parece infinita se quiere trasladar fuera de la esfera terrestre en pro de lo que se considera progreso y de la supervivencia del sistema capitalista. «La idea de progreso ligada a la explotación de los bienes naturales es la lógica de Bolsonaro cuando decía que había que explotar el Amazona para alimentar a las aldeas de gente que habita allí, pero solo ha llevado destrucción», indica Toloza.
AzkonaToloza representará una versión de Canto mineral –obra que nació en una residencia en el Teatre Lliure de Barcelona– en el CCCB el próximo 13 de marzo en el marco delo cliclo Materias primeras. La compañía está trabajando en su próxima propuesta, Cuerpos celestes, que se estrenará en 2024 para seguir reflexionando desde arte en los elementos que nos rodean y nuestra relación con ellos.