Catalunya decreta la excepcionalidad hídrica por sequía para 6 millones de habitantes

Catalunya ha pasado este martes de la fase de alerta a la de de excepcionalidad hídrica en el sistema Ter-Llobregat y el acuífero Fluvià-Muga. Estos abastecen a la gran mayoría de la población catalana, incluida el área metropolitana de Barcelona. Las nuevas medidas afectan al uso agrícola e industrial del agua en 224 municipios que suman casi 6 millones de habitantes, pero no implican restricciones en el agua de boca.

Teresa Jordà, consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, ha explicado en rueda de prensa que estas medidas se toman a causa del «riesgo de desabastecimiento» que supone acercarse a la primavera con un volumen de reservas hídricas del 27%. Jordà ha afirmado que el Govern catalán actúa «de forma contundente y planificada» para hacer frente a una sequía de 29 meses, 11 meses más que la de 2008, las más grave en Catalunya hasta el presente.

La fase de excepcionalidad es el nivel 4 sobre 5 en un contexto de sequía, e incluye restricciones como la reducción del 40% del agua para usos agrícolas, del 15% para usos industriales, la prohibición del riego de zonas verdes o la limpieza de calles con agua potable, entre otras medidas. En el ámbito doméstico, el límite máximo de uso diario pasa a ser de 230 litros por persona.

En los últimos meses, la administración ha hecho frente a la crisis hídrica con la desalinización de agua de mar y la reactivación de pozos de sequía. Y ya estaba prohibido llenar piscinas privadas o el lavado de coches en la vía pública. 

La edil también ha anunciado una medida que ha calificado como «técnica»: el vaciado del pantano de Sau. Esto se hará mediante el aumento de los trasvases desde el pantano de Sau, en la provincia de Barcelona, hasta el contiguo de Susqueda, en Girona. Ha explicado que con unos niveles muy bajos, del 17%, el agua de Sau corre el riesgo de entrar en contacto con los fangos del fondo y echarse a perder. 

Las sequías se están convirtiendo en más comunes y severas como consecuencia del cambio climático en algunas áreas. Además de sufrir una grave sequía, Catalunya es una de las zonas más afectadas por la contaminación del agua, a causa, sobre todo, de la agricultura y ganadería intensivas.