

Etiquetas:
El pueblo de Chile ha dicho no, de forma mayoritaria, a la propuesta de nueva Constitución. Este domingo, 4 de septiembre, casi un 62% de la ciudadanía que ha salido a votar ha rechazado el texto, frente a un 38% que quería su aprobación. Este resultado significa que el país mantendrá, por ahora, la carta magna escrita en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Hasta 15,1 millones de chilenos y chilenas estaban llamados a votar, de los cuales lo hicieron más de 13 millones. El nuevo texto era especial por varios motivos. El primero, porque suponía dejar atrás unas normas establecidas bajo una dictadura y solo revisada parcialmente en democracia. Y segundo, por su contenido y enfoque. La Constitución presentada pasaría a ser la más moderna, ‘verde’ y alineada con los retos presentes y futuros.
El documento sometido al plebiscito fue resultado de un año de trabajo por parte de la Convención Constitucional, formada por personas elegidas democráticamente, con paridad de género y presencia indígena. Este órgano constituyente presentó 388 artículos permanentes y 57 transitorios. Del total, 98 estaban relacionados, de forma directa o indirecta, con el medio ambiente. Ya el artículo 1, en su apartado primero, daba muestras de sus objetivos: «Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico«.
También se recogía que el Estado «debe promover el diálogo, la cooperación y la solidaridad internacional para adaptarse, mitigar y afrontar la crisis climática y ecológica y proteger la naturaleza«. Asimismo, la Constitución rechazada por el pueblo chileno tenía en cuenta la interdependencia con la naturaleza; la consagración de derechos humanos ambientales como al del agua y saneamiento, al aire limpio y al acceso a la información y justicia ambientales; y la protección de la biodiversidad y bienes comunes naturales, entre otros.
Esta vuelta a las urnas se inició en 2020 a raíz de las protestas masivas del año anterior. Un estallido social, además, que hizo que la cumbre del clima (COP 25) que se iba a celebrar ese año en Santiago de Chile fuese finalmente en Madrid.
«Hoy ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de manera fuerte y clara», señalaba el presidente de Chile, Gabriel Boric, nada más conocer el desenlace de un referéndum cuyas encuestas ya adelantaban desde hace meses el ‘no’. Esta decisión, según el político, «exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, con más diálogo, con más respeto y cariño hasta a arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza, que nos una como país». En este sentido, Boric adelantó durante su discurso de casi nueve minutos que «pronto» habrá ajustes en el Gobierno.