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China está padeciendo múltiples inclemencias este verano. Ha batido récords de temperatura superando los 52 °C en varias ocasiones este pasado mes de julio. También ha sufrido fuertes vientos y las peores lluvias de la última década con la llegada de los tifones Talim y Doksuri, en las últimas semanas. Pekín contabiliza este martes el cuarto día consecutivo de lluvias torrenciales que dejan al menos 11 muertos en el norte del país, decenas de desaparecidos y han paralizado la capital y sus más de 21 millones de habitantes.
Reuters informa que, hasta el lunes, las autoridades chinas han cerrado el acceso a más de cien autopistas y caminos de montaña y han evacuado a más de 52.000 personas de sus hogares a causa de las fuertes lluvias. La cifra provisional personas que han perdido su vida es de 11, dos de ellas serían personal de rescate. Además, el periódico local Beijing Daily cifra en 27 las personas desaparecidas en las últimas horas.
La población ha sufrido cortes de energía y dificultades en el suministro de alimentos en Pekín y Tianjín. En el condado de Fangshan, en la capital, se ha anunciado el despliegue de helicópteros para llevar alimentos y agua mineral a las aldeas de las zonas montañosas. El aumento del caudal de los ríos ha obligado a utilizar un depósito de almacenamiento de inundaciones por primera vez desde que se construyó hace 25 años en la capital.
Doksuri es uno de los tifones más potentes que ha azotado el país asiático en los últimos años, probablemente desde el Saomi, en 2006. El ciclón ha afectado previamente a Filipinas, con casi 40 muertes en el hundimiento de un ferry y por deslizamientos de tierras y viviendas derrumbadas, y a Taiwán, donde dejó sin luz a 60.000 viviendas. Las autoridades chinas indican que Doksuri ya ha perdido intensidad al desplazarse al norte del país, pero el riesgo de desastres naturales sigue siendo alto.
Firefighters in China saved this man after his car was washed away in torrential flooding caused by Typhoon Doksuri pic.twitter.com/bvfll8HEjB
— Reuters (@Reuters) July 31, 2023
Efectos de la crisis climática
El pasado mes de julio ha sido el más caluroso jamás registrado. El fenómeno natural El Niño hacía prever un aumento de las temperaturas, pero las intensas olas de calor que han azotado el sur de Europa, Norteamérica y China habrían sido «casi imposibles» sin el cambio climático provocado por la acción humana, según el último estudio de atribución del World Weather Attribution.
Los científicos señalan que a partir de ahora se pueden esperar este tipo de eventos extremos una vez cada cinco años, aproximadamente, en China, mientras que se habrían producido una vez cada 250 años en un planeta sin cambio climático. Es decir, que el calentamiento global ha hecho que las olas de calor sean 50 veces más probables en China.
Las temperaturas extremas y los ciclones están causando estragos en varios países asiáticos este verano. El IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) advierte que el cambio climático aumenta la variabilidad de las precipitaciones monzónicas y constata una tendencia al alza en la intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos en el continente más poblado.