Cinco libros imprescindibles sobre el hambre

Cinco propuestas librescas para saber más sobre el fenómeno del hambre, uno de los problemas políticos del siglo XXI.
Cinco libros imprescindibles sobre el hambre
Tom Murphy VII / Wikicommons Foto: libros

El hambre en el mundo es un problema político y, si bien se ha reducido en las últimas décadas, las cifras sobre la inseguridad alimentaria en el mundo continúan siendo alarmantes: casi 700 millones de personas continúan padeciendo hambre por diferentes causas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

El aceleramiento del cambio climático es una de esas causas, juntamente con las epidemias, la corrupción o las guerras. Los desastres ambientales ocasionados por fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes,constituyen una realidad que no se puede ignorar. Los refugiados climáticos son cada vez más, y el fenómeno afecta especialmente al sur global. Si bien no existe hoy en día una denominación en el ámbito internacional, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sí que ha divulgado una definición de trabajo para clarificar algunos aspectos: el desplazamiento a causa del clima puede ser un movimiento individual y colectivo, y puede deberse a fenómenos puntuales, como un terremoto, o progresivos, como la sequía.

Tal y como explicábamos en esta relatoría de #LaUniClimática, “Los desplazamientos a causa del clima son un fenómeno ‘invisibilizado’ a pesar de su gravedad. Según los datos que ofrece anualmente el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Internoel 75% de los nuevos desplazamientos de 2019 se debieron a desastres (esto no solo incluye el cambio climático, también otros fenómenos ambientales como terremotos, por ejemplo) y solo el 25% a conflictos o violencia”.

Según la FAO, “el hambre es una sensación física incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable”.

En este post, te queremos proponer cinco títulos que abordan el fenómeno del hambre desde diferentes perspectivas. De las novelas pasando por los ensayos o un estudio más sociológico, como el de Arcadi Oliveres, creemos que a través de la lectura se puede llegar a entender la magnitud del fenómeno y qué continúa significando pasar hambre en pleno siglo XXI. Como se suele decir, no se trata de un problema de abastecimiento, sino de un problema político de primer orden que debería estar en las portadas de todos los medios de comunicación día tras día hasta que se erradicase.

  1. Que grande es Oliveres, pocas personas como él saben detectar con tanta claridad el origen de los problemas y explicarlo en pocas palabras pero que entendemos y convencen.
    Esther Vivas también ha escrito libros muy esclarecedores «el negocio de la comida» «del campo al plato», ect.
    Dice que se produce comida para doce mil millones de personas (no llegamos a ocho mil); pero que se está especulando con ella.
    Resumiendo: ¡¡¡es el capitalismo, estúpido!!!

  2. CHICO MENDES, in memoriam.
    Chico Mendes era un recolector de caucho, un seringueiro, descendiente de los emigrantes nordestinos asentados desde hace un siglo en la Amazonia. Nació en 1944 en un seringal llamado «Puerto Rico», en el Estado brasileño de Acre. Comenzó a trabajar a los nueve años y hasta los 24 no aprendió a leer. Era un luchador nato, y desde joven desarrolló una infatigable labor en defensa de los seringueiros. Participó en la creación de la Central Única de Trabajadores y del Partido de los Trabajadores. Chico Mendes fue el principal impulsor del «Conselho Nacional dos Seringueiros». Su oposición a la deforestación que afectaba a Acre y su defensa de los pueblos de la floresta (indios, recolectores de caucho y habitantes de las riberas de los ríos, entre otros), le dio una gran proyección internacional. De seringueiro se transformó en sindicalista y de sindicalista en ecologista.
    Conocido internacionalmente por su lucha en defensa de la Amazonia y por impulsar la Alianza de los Pueblos de la Selva, fue asesinado el 22 de diciembre de 1988, en Xapuri, pequeña ciudad de la Amazonia brasileña próxima a Bolivia.
    Los asesinos materiales fueron el terrateniente Darly Alves de Silva y uno de sus 21 hijos, Darcy Alves Pereira. Darly y Darcy eran de la Unión Democrática Ruralista, latifundistas brasileños con una larga lista de asesinatos en su haber, dice la viuda de Chico.
    El asesinato de Mendes, de no ser por la repercusión que tuvo en Brasil y en otros países, habría quedado tan impune como los más de 1.000 crímenes de dirigentes sindicales, militantes de izquierda, abogados, sacerdotes de la teología de la liberación e indígenas registrados en los últimos años en la Amazonia brasileña. Tras la muerte de Mendes los asesinatos se han seguido produciendo, aunque a una escala menor, pero con la misma impunidad. El 26 de marzo de 1998, 10 años después, fueron asesinados 2 líderes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Parauapebas, en Pará, uno de los municipios donde la lucha por la tierra es más violenta. En Pará han sido asesinados más de 500 campesinos pobres en la última década. Los conflictos por la tierra y la destrucción del bosque tropical son las dos caras de la política de ocupación de la Amazonia.
    Un mes antes de la muerte de Chico, el abogado y terrateniente Joao Branco, presidente de la UDR de Acre, estuvo en la hacienda de Darly Alves discutiendo el asesinato de Chico Mendes, según Genesio Ferreira de Silva, un muchacho que por entonces tenía 14 años y era empleado de Darly. Para muchos Joao Branco fue el verdadero instigador de la muerte de Chico Mendes y otros líderes sindicales en Acre, y el auténtico dirigente de un escuadrón de la muerte en la región, encaminado a suprimir toda oposición a la expropiación y deforestación de la selva. Joao Branco declaró como testigo en el juicio, pero nunca fue juzgado, y tras pasar varios meses fuera, esperando a que se calmase la situación, regresó a Acre, dimitiendo como presidente de la UDR.
    El 10 de marzo de 1976 los seringueiros organizaron el primer empate (acción no violenta para impedir la tala de un «seringal», área de selva explotada sosteniblemente por los recolectores de caucho) en Brasiléia, municipio próximo a Xapuri, en Acre. Entre 1976 y 1988 Chico Mendes y otros como Wilson Pinheiro (asesinado el 21 de julio de 1980) organizaron 45 empates, con un saldo de 400 detenidos, 40 torturados y varios muertos, pero lograron impedir la deforestación de 1,2 millones de hectáreas de selva. Estas acciones siempre chocaron con los intereses de los grandes latifundistas.
    Pocos días antes de morir, Chico Mendes, que tenía cuando fue asesinado 44 años, declaró: «Si descendiese un enviado de los cielos y me garantizase que mi muerte facilitaría nuestra lucha, hasta valdría la pena. Pero la experiencia me enseña lo contrario. Las manifestaciones o los entierros no salvarán la Amazonia. Quiero vivir.»

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