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Las negociaciones en la Cumbre del Clima siguen su curso, sin que las partes negociadoras hayan encontrado de momento un consenso. Durante el pleno de esta mañana, varios países mostraron su malestar con los borradores presentados por la presidencia de Chile, y, de nuevo, se palpó que algunas posturas parecen irreconciliables. Es posible que la COP 25 termine sin el acuerdo que muchos esperaban al inicio de la cita.
La ambición climática ha sido uno de los términos que más se ha repetido durante la jornada de hoy. Varias de las partes negociadoras, tanto países individuales como grupos, han considerado que el borrador no refleja la ambición con la que se había comenzado la Cumbre del Clima. “Esta era la COP de la ambición. No estamos viendo la ambición”, aseguró Carlos Fuller, negociador de Belize y representante de los pequeños estados insulares.
Varios negociadores destacaron que esa falta de ambición afecta a tres niveles diferentes. El primer nivel es el de la mitigación. Así, varios países se han quejado de la falta de una referencia expresa a la revisión “mejorada” de los compromisos nacionales de reducción de emisiones para 2020.
En segundo lugar, varias partes consideran que también falta ambición en la adaptación a los efectos de la emergencia climática. Uno de los principales problemas al respecto es la omisión de las herramientas de puesta en marcha del ‘objetivo mundial relativo a la adaptación’ establecido por el Acuerdo de París.
El tercer nivel de la falta de ambición es la financiación. Así, Andres Landerretche, el coordinador de la presidencia de la COP 25, aseguró ayer que éste es uno de los principales puntos de fricción, ya que “algunos grupos están pidiendo más financiación para continuar con los planes sobre acción climática”. Esa colaboración incluiría, además de fondos, transferencia de tecnología y fomento de capacidades.
Otro de los puntos de fricción es la revisión de los compromisos previos a 2020, uno de los aspectos clave del Acuerdo de París para los países en desarrollo. Así, según este mecanismo, los compromisos de reducción de emisiones deben adaptarse e incrementarse de forma periódica. Sin embargo, varios países industrializados se han mostrado reacios a ello. Estados Unidos, por ejemplo, pidió que se eliminara por completo un párrafo que reconocía la importancia de esta revisión. Para China, sin embargo, ese mismo párrafo era insuficiente porque no especifica mecanismos concretos de revisión.
El artículo 6 sigue generando dudas
Además varios países, entre ellos las Islas Marshall, Belize, Costa Rica, y Tuvalu, han pedido que se especifique que los créditos de carbono del Protocolo de Kioto no puedan ser transferidos al nuevo mercado internacional establecido por el Acuerdo de París. Así, los países no podrán utilizar los créditos ya acumulados en el cumplimiento de sus compromisos futuros de reducción de emisiones, salvo que se incluyan excepciones en el artículo 6, que también se está debatiendo en esta cumbre.
Y, de hecho, ese artículo 6 es otro de los puntos de fricción y todo apunta a que será el principal escollo para el éxito de la COP 25. El artículo 6 del Acuerdo de París establece un nuevo mercado internacional de carbono, pero sus mecanismos de regulación aún no han sido acordados. Y las posturas divergen sobre aspectos clave como, por ejemplo, la contabilidad de las emisiones. Para forzar un marco con reglas más ambiciosas, un grupo de países presentaron ayer los ‘Principios de San José’, una serie de mínimos que deberían regir los mercados de emisiones de carbono.
Por su parte, Brasil, Argentina y Uruguay también han pedido que se elimine un párrafo que pide a que se abra un nuevo diálogo sobre el uso del suelo y el cambio climático. Por otra parte, México ha pedido que se haga una referencia que es el plan de acción de 5 años sobre género.