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No hay mejor ejemplo del poder de la palabra que cuando se usa para deliberadamente desacreditar el consenso científico. En el mundo de la comunicación, a esto se le llama desinformación. En la lucha contra el cambio climático, negacionismo o retardismo.
Ante los avances de las energías renovables están apareciendo cada vez más discursos que deslegitiman su utilidad. Un nuevo estudio de GreenLatinos y Friends of the Earth, producido por la firma de investigación de redes Graphika, advierte de que hay toda una red de cuentas que se encargan activamente de difundir estas falsas narrativas entre el público de habla hispana con presencia en Internet.
El informe Rumores renovables, que se basa en las conclusiones de un trabajo de 2022 que desveló inicialmente las redes digitales responsables de la difusión de la desinformación climática en estas comunidades, concluye a través de un mapeo que la mayoría de los contenidos se originan en España y que los bulos están estrechamente vinculados al discurso de la derecha.
Asimismo, las falsas narrativas alcanzan su punto álgido durante los fenómenos meteorológicos extremos. Es decir, que a medida que el mundo experimenta un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos exacerbados por el cambio climático, podemos esperar un aumento de la desinformación climática.
Los antivacunas y las teorías de conspiración impulsan los bulos
«Nuestro análisis de redes basado en X [Twitter] reveló una red internacional de comunidades geográficamente distintas pero ideológicamente alineadas en América Latina y España, entrecruzadas con un grupo multinacional de cuentas en español unidas por sus puntos de vista antivacunas, escepticismo sobre el COVID-19 y por su apoyo a otras teorías de conspiración», explican en el estudio. Una de esas teorías es la de El Gran Reinicio, basada en un modelo de intervención inspirado en «la crisis como oportunidad».
«Estos subgrupos forman un grupo muy denso e interconectado con altas tasas de seguimiento mutuo entre comunidades, lo que permite que el contenido y las narrativas se compartan fácilmente. También ejemplifica cómo, en algunos casos, la afinidad ideológica y el lenguaje compartido pueden influir en la formación de redes más que la ubicación geográfica», analiza la publicación.
Cuando se trata de los discursos antirrenovables, las cuentas tienen un claro perfil: originarias de España, de derechas y vinculadas al partido conservador nacional VOX en el 34% de los casos. Entre las afirmaciones más comunes figuran que los incendios forestales se provocan intencionadamente para despejar terrenos destinados a proyectos de energías renovables; que las energías renovables perjudican a los animales, especialmente a las ballenas; o que los proyectos de energías renovables solo benefician a los ricos.
El informe también demuestra que, aunque gran parte de la desinformación climática difundida se origina en inglés y se traduce al español, en comparación con 2022, ahora la desinformación también se crea en español, se traduce y luego se hace viral en inglés.
«Rumores Renovables demuestra una vez más que la desinformación climática es un problema que trasciende los idiomas», asegura Edder-Díaz Martínez, Gerente de Comunicaciones de GreenLatinos. «Una pequeña minoría radical está difundiendo mentiras en comunidades vulnerables, capitalizando eventos climáticos extremos para sembrar dudas sobre las energías renovables, una fuente de energía crítica que puede salvarnos de futuros desastres climáticos. Las empresas de medios sociales deben dejar de tratar a las comunidades hispanohablantes como ciudadanos de segunda clase y empezar a aplicar normas comunitarias más estrictas para reducir esta desinformación selectiva», defiende.
No todos los que tenemos «dudas sobre las energías renovables», y de que sea «una fuente de energía crítica que puede salvarnos de futuros desastres climáticos» somos de extrema derecha o conspiracionistas. ¡¿O piensan que científicos tan sólidos como Antonio Turiel o Alicia Varela están divulgando «desinformación»?! Los autores del informe, y del artículo, parecen ignorar las cada vez más numerosas personas (científicos, y simples ciudadanos pensantes) que advierten de:
– lo dependiente que nuestras sociedades son de las combustibles fósiles
– los impactos negativos que tienen (también) la fabricación e instalación de energía fotovoltáica y eólica. …Sin obviar que sí tienen un papel importante que cumplir.
– la imposibilidad de simplemente sustituir los combustibles fósiles por la energía renovable.
– y en consecuencia, la necesidad de cambiar nuestro sistema de producir y consumir, para usar mucho MENOS energía y materiales. Más como entendemos que el cambio climático es sólo un aspecto de un problema mucho más grande: la «sobrecarga» que estamos produciendo sobre el planeta y que lleva a un agotamiento de recursos, contaminación de agua-suelo-aire, acidificación de los océanos, pérdida de biodiversidad…en fin de una ruptura de los sistemas de vida del planeta.
Pienso que Climática en general hace un buen trabajo, pero este artículo me ha parecido lamentable. Por favor, que publiquéis textos con más rigor y criterio.
Qué fácil solucionáis las críticas a la macroestafa nacional de las macronenovables.. Es la ultraderecha y ya está.
Acaso no tenéis ojo o entendimiento, avalado científicamente y razonablemente por cualquier sujeto q tenga razón y deseos de adentrarse en el mundo de la energía y lis materiales, q todo eso de la transición energética es una quimera q va a servir de casi nada. En fin, para q decir nada, cuando la desinformación viene del propio medio.