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“Ante la emergencia climática, más educación ambiental”. Desde sus inicios hasta la actualidad, esta disciplina ha ido evolucionado hasta ser clave en la acción climática. Aunque lleva décadas presente tanto en las aulas como fuera de ellas, no ha sido hasta este año cuando ha alcanzado una relevancia mucho mayor, al calor de los movimientos juveniles.
Esta mayor presencia social y mediática se ha visto reflejada en el primer día de la COP 25. La conferencia ha dado comienzo este lunes 2 de noviembre, y ha puesto el foco, el primer día, en la equidad global e intergeneracional. También se ha centrado en los jóvenes y la educación ambiental.
Por la tarde, el pabellón España ha celebrado un encuentro entre educadores ambientales, tanto nacionales como internacionales, donde se analizó los retos a los que se enfrenta la profesión en un contexto de crisis climática. Daniel Rodrígo-Cano, doctor en Comunicación e integrante del movimiento Educación Ambiental-EA26, fue uno de los ponentes. Tras el acto, desgranó para Climática la situación del sector en nuestro país.
Este miércoles la educación ambiental da un gran paso en el marco de la COP25.
Sí. El miércoles se va a presentar el informe del estado de la educación ambiental en 2019, donde han participado cerca de treinta ponentes. Además, de paso, se va a hacer esa revisión tan necesaria del libro blanco de la educación ambiental [documento que no se actualiza desde 1999].
¿Cuál es el estado actual de la educación ambiental, tanto en España como fuera ?
El miércoles se darán a conocer todos los detalles en profundidad, pero la situación actualmente en España es de absoluta precariedad. Los profesionales de la educación ambiental viven una situación de precariedad económica total. En el caso de Madrid, el convenio de los educadores ambientales pone que los técnicos en educación ambiental ganan 1.000 euros al mes, lo que evidentemente pone a los trabajadores en una situación precaria, sobre todo, porque no tienen continuidad laboral. En otros lugares como Montreal, por ejemplo, están a años luz. Nos sacan una ventaja abismal. O Portugal, que son un referente a nivel europeo.
Aun así, en España hay casos de éxito. Por ejemplo, lo que está haciendo ESenRED (Escuelas hacia la Sostenibilidad en Red), una asociación que mueve a mucha gente joven, a muchos estudiantes. También Teachers For Future, que están haciendo acciones muy concretas y mediáticas que hay que poner en valor por la gran visibilidad que están teniendo. A los medios, hasta ahora, les ha interesado muy poco hablar de este tipo de cosas.
Otro gran caso de éxito es la Generalitat Valenciana. Se está haciendo una apuesta muy interesante por la educación ambiental, dirigido por Anna Pons, que lo está haciendo muy bien. Luego, en la Universidad, Pablo Meira en Galicia también está haciendo cosas muy interesantes. Como ves, está todo vinculado a lo público. En lo privado no tenemos esa posibilidad.
Por tanto, una de los puntos claves donde deberá incidir la estrategia será esa escasa estabilidad socioeconómica del sector que denuncias.
Evidentemente. Es una de las patas de la estrategia que queremos hablar. Si no conseguimos más salario, al menos mayor seguridad laboral. No puede ser posible trabajar tres meses y que después te echen a la calle. Hay que buscar fórmulas para que esto se cambie.
¿Qué puede aportar esta COP que alberga Madrid a la educación ambiental?
Le voy a dar la vuelta. La educación ambiental tiene que aportar a la COP. Lo venimos hablando siempre: ante la emergencia climática, más educación ambiental. Creo que es muy interesante que la educación ambiental esté en el Pabellón España de la zona azul porque es la zona de gobernanza y donde se toman decisiones. Pero también estaremos en la zona verde, en las manifestaciones, en la contracumbre… Es fundamental establecer esas sinergias y correlaciones entre todos los espacios. Un aspecto clave es que la educación ambiental esté presente en esos espacios y pueda transmitir de formas diferentes para llegar a todo el público.
Quien también está muy presente durante esta cumbre del clima es el ‘greenwashing’. ¿Qué puede hacer la educación ambiental para combatir este lavado de cara que intentan hacer las empresas responsables del cambio climático?
Lo que tiene que hacer la educación ambiental es denunciarlo. Una de las claves es estar permanentemente denunciando que eso es ‘greenwashing’ y no es educación ambiental.