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Se ha hecho esperar, pero ya es una realidad. A partir de finales de 2021, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), uno de los principales mecanismos públicos de inversión de la Unión Europea, dejará de financiar proyectos energéticos de combustibles fósiles. La decisión, que se enmarca dentro de una nueva política climática europea, fue tomada este jueves el Consejo de Administración de la institución financiera -formado por los países de la UE- tras unas duras negociaciones que se han prolongado durante meses.
La decisión se hace realidad un año más tarde de lo previsto originalmente -finales de 2020- después de la presión ejercida por varios países miembros. Con este paso al frente, el BEI pasa a ser el primer prestamista multilateral del mundo en tomar una decisión de esta envergadura, dirigida a combatir la crisis climática.
Los proyectos relacionados con el gas seguirán siendo posibles, matizan, siempre y cuando su modelo de producción se base en lo que denominan «nuevas tecnologías». Esto es, por ejemplo, la captura y almacenamiento de carbono, la combinación de generación de calor y electricidad, o la mezcla de gases renovables con el gas natural fósil.
A través de esta nueva estrategia se buscará, a su vez, invertir un billón de euros «en acciones climáticas y sostenibilidad ambiental» en la «década crítica de 2021 a 2030», explican desde el organismo público. Además, el Banco Europeo de Inversiones incrementará progresivamente la parte de su financiación dedicada a la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad medioambiental hasta alcanzar el 50% de sus operaciones en 2025.
Asimismo, el banco avanza que ajustará todas sus actividades de financiación acorde a los principios y objetivos del Acuerdo de París de aquí a finales de 2020. «En un futuro próximo, prometen, «esto se complementará con medidas para garantizar que la financiación del BEI contribuya a una transición justa para las regiones o países más afectados, de modo que nadie se quede atrás».
Una victoria nada fácil de lograr
La aprobación llega tras varios pasos en falso y unas cuantas negociaciones fallidas. El último intento se produjo recientemente, el pasado 15 de octubre. Aquel día, varios países, con Alemania a la cabeza, lograron postergar la votación alegando que las restricciones al gas eran demasiado estrictas. El país germano es el mayor consumidor de gas natural del continente, y es accionista del 16% del BEI, mismo porcentaje que Italia, Francia y Reino Unido.
Antes, en julio, ya se hizo público el primer borrador de la nueva estrategia energética del banco, donde se incluía detener los préstamos a proyectos de petróleo, gas y carbón con el objetivo de convertirse en un ‘banco del clima’ y alinearse con los objetivos del Acuerdo de París, el pacto que insta a los Estados a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para poder limitar la temperatura en 2 ºC y, a ser posible, en 1,5 ºC. No obstante, una nueva versión publicada en septiembre dejaba ver que las ambiciosas metas se diluían notablemente. Finalmente, una vez más, ese texto inicial sufrió unos cambios necesarios para que la votación saliera adelante.
Nueva política de préstamos
Con esta nueva política, los proyectos de energía que quieran recibir financiación del BEI deberán demostrar que pueden producir un kilovatio hora de energía mientras emiten menos de 250 gramos de dióxido de carbono. «El clima es el tema principal de la agenda política de nuestro tiempo», afirmaba en un comunicado el presidente del banco europeo, Werner Hoyer. Según han detallado, la nueva política de préstamos para la energía se centrará en cinco principios con el objetivo de regir la futura participación del BEI en el sector energético.
De cara a las próximas décadas, se dará prioridad a la eficiencia energética «con vistas a apoyar el nuevo objetivo de la UE con arreglo a la Directiva sobre eficiencia energética de la UE». Además, para facilitar la descarbonización, darán un mayor apoyo a las tecnologías de baja o nula emisión de carbono con la intención de alcanzar una cuota del 32 % de energías renovables en toda la Unión Europea para 2030.
Siguiendo con sus planes, la institución financiera aumentará la financiación de la producción descentralizada de energía, el almacenamiento innovador de energía y la movilidad electrónica. Finalmente, perseguirá garantizar la inversión en la red esencial para las fuentes de energía nuevas e intermitentes como la eólica y la solar, así como reforzar las interconexiones transfronterizas y aumentar el impacto de las inversiones en apoyo de la transformación energética fuera de la UE.
«La ambiciosa política de préstamos para la energía adoptada por el BEI constituye un hito crucial en la lucha contra el calentamiento global», explicaba Andrew McDowell, vicepresidente del banco. Por su parte, la vicepresidenta y responsable de acción climática y medio ambiente, la española Emma Navarro, aseguraba que «estas decisiones envían una señal importante al mundo: la Unión Europea y su banco, el BEI, se comprometen a movilizar inversiones a una escala sin precedentes para apoyar proyectos de acción climática en todo el mundo».
Menos ambición de la esperada
Josep Nualart Corpas, investigador del Observatori del Deute en la Globalització (ODG), lamenta que la política aprobada no sea finalmente tan ambiciosa como se esperaba en un principio, y recuerda que los proyectos de combustibles fósiles que se han aplazado hasta 2021 están, a su vez, «vinculados con la lista de Proyectos de Interés Común (PIC)», la cual «se tiene que aprobar a principios de 2020 y donde hay 55 proyectos de gas».
Nualart Corpas señala que, en el primer borrador publicado, «lo que se quería hacer es que los proyectos que implicaran directamente a energías renovables convencionales -solar, eólica, etc.- pudieran ser financiados hasta un 75% por fondos públicos». Sin embargo, cuenta, «debido a la presión del sector del gas» ese porcentaje «se ha reducido solo a países que tienen mayor implantación de este tipo de tecnologías». Y así es: el BEI ha anunciado que «colaborará estrechamente con la Comisión Europea para apoyar la inversión mediante un Fondo de Transición Justa» en solo 10 países. «Nosotros creemos que esta política de energías renovables tendría que poder financiar a toda la Unión Europea», apunta el investigador.
Grandes inversiones a los combustibles fósiles
Solo el año pasado, el Banco Europeo de Inversiones invirtió más de 2.500 millones de euros en infraestructuras de combustibles fósiles, tal y como desvelaba en un análisis la ONG Oil Change International. La mayor parte de estas inversiones fueron dirigidas a financiar el gasoducto Transadriático (TAP), el tramo más occidental del Corredor Sur de Gas, que conectará los campos de combustible de Azerbaiyán con el sur de Italia. Constituye la mayor obra relacionada con combustibles fósiles de la Unión Europea y sobre la que ya advirtieron las organizaciones ecologistas por su impacto y contribución al calentamiento global. Xavier Sol, director de Counter Balance, llegó a calificar este postulado de «error histórico», y señaló que el BEI demostraba así que estaba lejos de su imagen habitual de «finanzas verdes». A este hecho se le suma que, durante 2013 y 2017, la entidad bancaria prestó más de 11.000 millones de euros para proyectos de combustibles fósiles, según información de Euractiv.
La alemana Ursula von der Leyen, presidenta electa de la Comisión Europea, ya ha dejado claro en varias ocasiones su intención de abanderar, desde la institución europea, la lucha contra el cambio climático a través de un acuerdo verde europeo.
Las cosas de palacio van despacio, demasiado despacio cuando algunos científicos advierten de que aunque diéramos un giro de 180 grados ya poco o nada se puede hacer.
Estos seres que dirigen o someten a un mundo manipulable e inmaduro o son unos profundos perturbados o para ellos hay alguna especie de Arca de Noé para escapar de la hecatombe que ellos mismos han provocado con su insaciable codicia.
A la masa humana parece no importarle ir directa al precipicio con tal de caer con los mejores coches, cómo decía el muy lúcido Eduardo Galeano. (aquel era un hombre sabio, pero el sistema capitalista promociona hasta la saciedad a sus servidores, a quienes defienden sus intereses, tal cual Vargas Llosa, que por bien que escriba le supera su soberbia y mezquindad)
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Denuncian ecocidio, ilegalidad urbanística y expoliación del patrimonio, por parte de Cepsa
En el 1964, el dictador Francisco Franco regaló la Bahía de Algeciras a CEPSA (actual propietaria), ahora lo hace el Ayuntamiento de San Roque, de tal manera que toda la población de este municipio acabará fagocitada por los humos y la contaminación de la petrolera.
Como consecuencia de movimientos de tierra ilegales, se han desmontado más de 3.000 acebuches y otras especies para ejecutar el proyecto “Fondo de Barril” en la refinería Gibraltar – San Roque (Cádiz), se ha movido a cielo abierto más de 200.000 m3 de áridos, incumpliendo la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de Evaluación Ambiental. Las administraciones y la Justicia están obviando nuestras denuncias desde el 2018.
El proyecto Fondo de Barril se encuentra en exposición pública y los movimientos de tierra han desmontando el Monte de Los Castellones, San Roque (Cádiz), esquilmando todo ser vivo, usurpando vías pecuarias y restos arqueológicos de la ciudad de Carteia.
El coque de petróleo es un subproducto final del proceso de refinado del petróleo, muy cargado de carbono.
Los principales gases que emitirá son CO2 (más de 500.000 t/año), NOx (más de 500 t/año) y SO2 (1000 t/año).También se incrementarán las emisiones atmosféricas de partículas en suspensión y COV’s.
Los vertidos de aguas residuales industriales aumentarán en un 15%, añadiéndose a los los más de 5 millones de metros cúbicos que CEPSA vierte en la Bahía de Algeciras. Ya están preparando un segundo emisario submarino.
La Planta de Coque nace como consecuencia de la necesidad de procesar crudos cada vez más pesados y densos (y también más sucios) y por la evolución del mercado, ya que cae el mercado de fuelóleos y aumenta el de gasóleos.
https://www.ecologistasenaccion.org/129439/denuncian-ecocidio-ilegalidad-urbanistica-y-expoliacion-del-patrimonio-por-parte-de-cepsa/
ANTE EL DESARROLLO DE LA TELEFONIA MOVIL 5G
Barcelona pretende ser pionera en el desarrollo de la tecnología 5G, que se plantea de forma totalmente acrítica y sin tener en cuenta los posibles impactos negativos para la salud derivados de la contaminación electromagnética.
Una contaminación que ha dado lugar a muchas recomendaciones por parte de la Unión Europea alertando sobre la necesaria prudencia y que ha sido recogida por la Generalitat de Cataluña con la creación, en 2018, de la Comisión para el estudio de los efectos de la calidad del aire y las inmisiones acústicas y electromagnéticas sobre la salud y el medio ambiente de Cataluña. Diferentes organismos científicos que asesoran al Parlamento Europeo (STOA, SHEER, SCENIHR) han informado de la falta de estudios suficientes sobre los impactos de estas tecnologías y sobre los potenciales riesgos para la salud. Y en varias ciudades europeas se ha pospuesto su implantación hasta disponer de datos suficientes sobre su seguridad.
No entendemos que el despliegue del 5G se esté haciendo sin considerar estas advertencias y no se aplique el principio de precaución antes de lanzarse a promover una tecnología que puede tener efectos nocivos sobre la población. Cuando hoy estamos experimentando los efectos negativos sobre el clima que han generado las tecnologías de uso masivo de energías fósiles, parece obvio que hay que ser más cuidadosos en la introducción masiva del 5G sin haber evaluado previamente los riesgos, como tampoco se hizo con la implementación de las tecnologías 2G, 3G y 4G.
https://www.ecologistasenaccion.org/130561/davant-el-desplegament-del-5g/