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Mientras una mayoría de personas en los países del G20 piden a sus gobiernos que actúen frente a la crisis climática, las emisiones de gases que dañan el clima de estas naciones no dejan de aumentar. El informe anual de la organización global Climate Transparency –el más completo a nivel mundial sobre la actividad del G20– prevé un repunte del 4% de las emisiones de dióxido de carbono para este año en todo el G20. Argentina, China, India e Indonesia van camino de superar sus niveles de emisiones de 2019.
La reducción de la actividad industrial como respuesta a la crisis sanitaria hizo que las emisiones de CO2 del G20 relacionadas con la energía disminuyeran un 6% el año pasado. Un oasis que ya ha quedado atrás: la dependencia a los combustibles fósiles de los países más ricos continúa. Son China, Estados Unidos e India quienes representan –con un 61% en total sobre los miembros– un mayor impulso en el crecimiento del consumo de carbón. Según los cálculos de Climate Transparency, su uso ha repuntado casi un 5% en 2021.
Entre 2018 y 2019, los miembros del G20 proporcionaron 50.700 millones de dólares al año de financiación pública para los combustibles fósiles. Los mayores proveedores fueron Japón (con 10.300 millones de dólares al año), China (con algo más de 8.000 millones de dólares al año) y Corea del Sur (con algo menos de 8.000 millones de dólares al año).
El estudio también analiza algunas de las consecuencias de todo ello: entre 1999 y 2018 se han producido casi 500.000 muertes por los impactos climáticos. Estos han traído costes económicos de cerca de 3,5 billones de dólares, con China, India, Japón, Alemania y Estados Unidos como principales afectados.
Un mensaje positivo, pero solo a medias
Las estimaciones del informe también recogen la tendencia al aumento del uso de energías renovables. En el G20 creció apenas un punto entre 2019 y 2020, al pasar del 9% al 10%. En 2021, se prevé que llegue al 12%. En lo que respecta al porcentaje de energías renovables en el mix energético, este aumentó un 20% entre 2015 y 2020. El año pasado llegó a suponer el 28,6% de la generación de energía del G20. Climate Transparency estima que llegue al 29,5% en 2021.
No obstante, esta lectura no es del todo positiva. Según advierten las voces expertas, los miembros del G20 –excepto Reino Unido– no tienen planes para seguir aumentando el uso de la energía solar o eólica ni a corto ni a largo plazo, lo que impide que pueda conseguirse un uso al 100% de energías renovables en el sector eléctrico para 2050.
El G20 es responsable del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global, por eso sus acciones son clave para mitigar el cambio climático. Hasta el pasado mes de agosto, 14 miembros ya se habían comprometido a alcanzar objetivos de cero emisiones netas que abarcarían casi el 61% de las emisiones mundiales de GEI.
Más acción y menos retórica
Pero lo importante, como resalta el informe, no es lo que se diga sino lo que se haga. A pocas semanas de que comience la cumbre de líderes del G20 en Roma y la COP 26 en Glasgow, desde Climate Transparency señalan la necesidad de acompañar la retórica con políticas y acelerar la transición para que abandonar los combustibles fósiles no sea solo palabrería. De cumplirse los objetivos actuales –recuerda el informe–, se limitaría el calentamiento global a 2,4 ºC, lejos del 1,5 ºC que los países firmaron en el Acuerdo de París.
Este miércoles, la IEA, la Agencia Internacional de la Energía publicó un informe en el que reafirma la necesidad de mayor ambición. Según este organismo, las promesas climáticas actuales de todos los países conducen a reducir las emisiones solo un 20% del total necesario para 2030, lo que complica la permanencia en el mejor de los escenarios: el de limitar el calentamiento global en 1,5 ºC.
Un ejemplo de cómo los países del G20 practican la inacción climática está en los paquetes de recuperación de la pandemia. Según apunta el informe, solo 300.000 millones de dólares –del total 1,8 billones– fueron a la tan anunciada recuperación verde. Al mismo tiempo, los combustible fósiles siguen siendo subvencionados: en 2019, los miembros del G20, excluyendo a Arabia Saudí, proporcionaron al menos 152.000 millones de dólares en subsidios para la producción y el consumo de carbón, petróleo y gas.
Climate Transparency, que el año pasado analizó los planes de estímulo del G20 frente a la crisis, llega a la conclusión de que esa sigue siendo la prioridad para estos gobiernos, que durante la pandemia no han dejado de rescatar aerolíneas, en lugar de materializar sus compromisos de descarbonización.