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El ciclón Idai alcanzó el pasado marzo la costa de Mozambique, uno de los países del mundo que menos responsabilidad tiene en el calentamiento global. La fuerza y el agua de la tormenta barrieron del mapa la ciudad de Beira, la cuarta mayor del estado africano, y provocó miles de muertes tanto en ese país como en Zimbabwe, Malawi y Madagascar. Muchas de las personas que no murieron durante el ciclón lo hicieron días después, víctimas del brote de cólera que le sucedió. Idai es ya uno de los peores desastres naturales de la historia de África y de todo el hemisferio sur. Un mes después, otro ciclón, Kenneth, superaba el registro del anterior y se convertía en el más potente en alcanzar el país africano. Un nuevo récord que ya ha perdido su capacidad de sorprender.
En La Marea no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Llevamos años informando con regularidad sobre la emergencia climática, pero sabemos que es imprescindible ir más allá. Por eso hemos creado Climática: un medio específico, y el primero periodístico en España, en el que publicamos reportajes a fondo, entrevistamos a especialistas en calentamiento global y seleccionamos las noticias climáticas más destacadas de cada día. Pero, además, queremos crear una comunidad en la que podamos contribuir a la divulgación mediante diferentes formatos, ideas y secciones, que incluyen desde videos e ilustraciones hasta secciones poco asociadas a esta materia, como la cultura.
Estamos, probablemente, ante el mayor tema periodístico de la historia, y vamos a contarlo. Poco después del desastre de Idai, la Agencia Estatal de Meteorología advertía de que los veranos en España son cada vez más largos y calurosos. En la Península Ibérica, el calentamiento global no tiene unas consecuencias tan inmediatas como en Mozambique, pero ya afecta a 32 millones de personas en nuestro país, de un modo o de otro. Es un avance más lento, pero igualmente dañino: el desierto ya ocupa un 6% más de territorio que hace 30 años y está transformando un paisaje que nunca volverá a ser el mismo. En Climática te lo explicaremos desde distintas perspectivas, más allá de los titulares.
Y aquí llegamos a otra cuestión. Mientras estos titulares llegan a la prensa con mayor o menor eco, otros se quedan atrás. Tras las puertas cerradas de despachos de todo el mundo (pero sobre todo de los que las élites consideran ‘el primero’), ejecutivos, grupos de presión y dirigentes políticos siguen sellando tratos que condenan al mundo a más Idais, más Kenneths, más Sáhara. Por un puñado de dólares, de euros, de shekels o de rublos, nunca gratis. Y siempre lejos de las primeras planas y de abrir informativos.
El doble lenguaje del clima está en todas partes. Desde bancos que aseguran estar a la vanguardia de la lucha contra el calentamiento global mientras financian perforaciones petroleras en el Ártico, hasta representantes políticos que se postulan como líderes de la transición mientras aprueban la construcción de nuevos gasoductos.
En Climática, como en La Marea, no tenemos ataduras. La independencia y el rigor son nuestros avales. Como advierte la ciencia, como una letanía que ya casi no se percibe, se cierra nuestra ventana de oportunidad, y el cambio tiene que ser radical o nos arriesgamos a perderlo todo.
La crisis climática ya es una realidad. Y Climática también. Es tiempo de hablar del clima.
Gracias por vuestra iniciativa. Creo que debemos hablar de Emergencia o Crisis Climática, el término «cambio climático» puede suavizar el significado de la situación crítica a la que nos enfrentamos. Pero es posible, por nuestros hijos e hijas, por la humanidad, que se juega su futuro, debemos pensar que hay esperanza, trabajando para cambiar nuestro modelo social, en el que, como bien señaláis, las personas que más lo sufren, son las menos responsables. Imprescindible difundir y visibilizar la realidad para que nos movilicemos tod@s. Gracias