Ni toda la transición ecológica es transición energética, ni toda la crisis climática es dióxido de carbono (CO2). El 70% de la energía total consumida en todos los sectores todavía procede de los combustibles fósiles. Pero eso está cambiando. La transición energética, aunque no se note a simple vista, ya ha comenzado y se empieza a tener relavancia en la generación eléctrica. Aun así, es pronto para cantar victoria. El ritmo de implantación de renovables (y la capacidad de almacenamiento), a la vez que se abandonan los combustibles fósiles, tiene que aumentar, y mucho.
España aún sigue siendo un país dependiente de fuentes de energía extranjeras: el gas, importado de Argelia vía gasoducto y de Estados Unidos en forma de gas natural licuado, y el petróleo, que llega principalmente de Nigeria, Arabia Saudí y México. A diferencia de otros países del continente, el gas de Rusia representó menos de un 9% el año pasado. Por sectores, el transporte es uno de los más difíciles de descarbonizar y al mismo tiempo el que más energía gasta. Con un 38% de la energía total consumida, el 93% se cubre con derivados del petróleo (gasolina y diésel).
Con todos estos datos en mente hay que irse a 2030. Para entonces, las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático deben ser un 23% inferiores a las de 1990. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) estima que para finales de esta década el 74% de la generación eléctrica debe ser a base de energías renovables, y que el porcentaje de renovables en el uso final de energía se duplique en comparación a la actualidad hasta alcanzar un 42% del total. Para mediados de siglo, España y Europa deben ser neutrales en emisiones –es decir, compensar lo poco que se emita– y obtener el total de energía de fuentes limpias.
Para alcanzar estos hitos energéticos y las ansiadas emisiones netas cero, es necesaria una estrategia de descarbonización a largo plazo y grandes inversiones en renovables. En este contexto, a principios de año, la Comisión Europea optó por etiquetar como ‘verdes’ la energía nuclear y el gas dentro de su taxonomía. El fin principal de esta clasificación es determinar aquellas actividades «ambientalmente sostenibles» de cara a orientar posibles inversiones. Junto a esto, otro objetivo es acabar con el greenwashing (lavado verde de cara). Pero, paradójicamente, se ha convertido en una forma de promocionar esta práctica.
A través de una serie de artículos que publicaremos durante toda la semana, desgranaremos las distintas fuentes de energía que conforman el actual sistema energético español. También pondremos el foco, en forma de análisis, en el contexto que rodea a la transición energética, como es el alto precio del gas, la propuesta ibérica, y la guerra en Ucrania tras la invasión rusa.
Carta de disconformidad con la constitución de la Cátedra de Estudios Mineros-AMINER al Sr. Rector de la Universidad de Sevilla.
Universidad y Compromiso Social y Ecologistas en Acción han remitido una carta (enlace a la carta) en la que se exponen los motivos de rechazo a la Cátedra de Estudios Mineros que se pretende presentar en la Facultad de Derecho en base a la debida independencia de la Universidad como institución pública que es.
La Cátedra está impulsada por la patronal minera AMINER, en su estrategia de lobby, por la que pretende generar complicidades que faciliten la implantación de los proyectos mineros de sus representados, proyectos que lejos de lo que viene apareciendo en las campañas publicitarias de este sindicato patronal, son altamente costosos socioambientalmente, tanto en el periodo extractivo como en el abandono de la actividad, dejando tras de sí grandes cantidades de residuos de alta toxicidad que tarde o temprano acaban contaminando agua y suelos.
Las entidades y personas que suscribimos esta carta queremos expresar nuestra disconformidad con la constitución de la Cátedra de Estudios Mineros-AMINER, que el jueves 21 realizará un primer acto en la Facultad de Derecho.
Excmo. y Magfco. Sr. Rector de la Universidad de Sevilla. Estimado Miguel Ángel Castro.
Excmo. Sr. Decano de la Facultad de Derecho. Estimado Alfonso Castro Sáenz-
Las entidades y personas que suscribimos esta carta queremos expresar nuestra disconformidad con la constitución de la Cátedra de Estudios Mineros-AMINER, que el jueves 21 realizará un primer acto en la Facultad de Derecho.
Para explicar nuestra disconformidad recordaremos brevemente principios universitarios que seguro Vd. comparte: la institución que preside es pública, condición a la que se une que es un centro universitario. Esta doble condición -pública y científica- impone a nuestras universidades, más que a cualquier otra institución, garantizar igual atención a la pluralidad de valores, concepciones e intereses presentes en nuestra sociedad. Es decir, nuestras universidades públicas tienen que ser las que mejor acojan el pluralismo de nuestras sociedades, para lo que la institución en conjunto tiene que estar por encima de visiones e intereses sectoriales, preservando incluso la independencia sustancial respecto de las orientaciones políticas de los gobiernos representativos, para hacer honor a la autonomía universitaria. Conocemos la estrategia minera de la Junta de Andalucía, muy cercana a la de AMINER, y en línea con la estrategia de las así llamadas “materias primas críticas” de la Unión Europea. Son opciones legítimas, por la razón elemental de que surgen de gobiernos representativos. Pero hay otras propuestas razonables y razonadas, que la Universidad no puede orillar como si fuera un mero brazo ejecutor de las políticas gubernamentales. Reiteramos la apelación del indeclinable universalismo de la universidad….
https://www.ecologistasenaccion.org/196513/carta-al-rector-de-la-universidad-de-sevilla-rechazando-la-catedra-de-estudios-mineros-aminer/