Fotos contra el colapso

La Feria del Libro de Madrid acoge una exposición fotográfica dedicada a la que hoy es la mayor amenaza para la humanidad. Su título: ‘Cambio climático. Cómo evitar un colapso global’.
Fotos contra el colapso
Una de las imágenes de la exposición: pingüinos en un iceberg en Argentina. Foto: DAVID MERRON / GETTY IMAGES / LUNWERG

Como cada año, y ya van 15, la Feria del Libro de Madrid acoge una exposición fotográfica dedicada al medioambiente. Ayer se inauguró la última, Cambio climático. Cómo evitar un colapso global, y fue presentada por su comisario, el naturalista Joaquín Araújo, y por Josep Alfonso, director de la Fundación AXA, institución organizadora junto a la editorial Lunwerg. Les acompañó el coordinador general de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, José Antonio Martínez Páramo.

La muestra se despliega en forma de paneles a lo largo del Paseo de Coches, justo enfrente de las casetas de la feria, y trata de explicar qué es el cambio climático, cómo podemos frenarlo y por qué es ahora mismo la mayor amenaza para la humanidad. «Hace unos meses supimos que el Ártico había registrado una temperatura superior en 20 ºC a lo que sería habitual en esa estación. Ocurrió lo mismo en el Oeste de Canadá en junio del año pasado, y esa ola de calor se saldó con cientos de muertos. Siempre hablamos de que no debemos superar los 2 ºC de aumento de la temperatura media para evitar el colapso. Dos grados no parece gran cosa. Lo que poca gente sabe es que 3 grados más equivaldría a una temperatura prácticamente incompatible con la vida humana», explicó Araújo mientras hacía de guía de las obras expuestas. Y esa es precisamente la proyección. No sólo no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero sino que marcan nuevos récords cada año, con lo que, si nadie lo remedia, superaremos el umbral de los 1,5 ºC fijado en el Acuerdo de París mucho antes de lo esperado. «El clima ha fecundado todas las vidas desde que hay vida, pero esto pasa completamente desapercibido», agrega Araújo. «Vivimos con una peligrosísima ignorancia acerca de quién nos permite caminar sobre la piel del mundo».

Fotos contra el colapso
  1. La clasificación del glifosato en la ECHA ignora las recomendaciones de la ciencia y la legislación de la UE
    La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas ha decidido mantener la clasificación actual del glifosato: tóxico para la vida acuática, pero sin clasificarlo como carcinógeno, a pesar de que las pruebas científicas son aún más sólidas que en 2015, cuando el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS clasificó el glifosato como «probablemente carcinógeno para los humanos».
    La coalición ‘Ban Glyphosate (Prohibir el glifosato)’ rechaza enérgicamente la conclusión de la ECHA de que “las pruebas científicas disponibles no cumplían los criterios para clasificar el glifosato por su toxicidad en órganos diana específicos, o como sustancia carcinógena, mutagénica o reprotóxica”.
    El Comité de Evaluación de Riesgos (RAC) de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) clasificó una vez más el glifosato como una sustancia que causa graves daños oculares (Daño Ocular 1) y que es tóxica para la vida acuática con efectos duraderos (Crónica Acuática 2). Sin embargo, la ECHA volvió a descartar las sólidas pruebas existentes para clasificar el glifosato como presunto carcinógeno humano (categoría 1B según el reglamento CLP de la UE). Mientras que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés)), en 2015, había clasificado el herbicida como «probablemente cancerígeno para los seres humanos» (equivalente al «presunto carcinógeno humano» de la UE) la ECHA ni siquiera lo consideró una clasificación de categoría 2 («presunto carcinógeno humano»).
    Peter Clausing, toxicólogo y miembro de la coalición de ONG ‘Prohibir el glifosato’, declara: «Es triste ver que la ECHA ha repetido obviamente su mala conducta científica de 2017. Para llegar a su conclusión, la ECHA tuvo que descartar los hallazgos tumorales observados en cinco ratones y siete estudios de carcinogenicidad en ratas. Al hacerlo, la ECHA no solo violó las buenas prácticas científicas, sino también sus propias directrices e incluso la normativa europea, como se demuestra en varios artículos revisados por pares».
    Además, para llegar a su conclusión, la ECHA tuvo que descartar o ignorar un gran número de pruebas de apoyo procedentes de diversas publicaciones nuevas y ya existentes revisadas por expertos. Esto incluye, en particular, estudios de laboratorio que describen el mecanismo cancerígeno del glifosato, así como estudios epidemiológicos que informan de un mayor riesgo de daños en el ADN y de cáncer en las personas expuestas al glifosato.
    Una vez más, la ECHA se basó unilateralmente en los estudios y argumentos de la industria. Esto es así a pesar de que una reciente revisión de los estudios de la industria sobre los efectos dañinos para el ADN del glifosato realizada por científicos del Instituto de Investigación del Cáncer de Viena llegó a la conclusión de que únicamente dos de los 35 estudios de la industria revisados pueden considerarse «fiables», otros 15 solo como «parcialmente fiables» y 18 de estos estudios tuvieron que clasificarse como «no fiables», debido a desviaciones sustanciales de las directrices de ensayo aplicables…
    https://www.ecologistasenaccion.org/200351/la-clasificacion-del-glifosato-en-la-echa-ignora-las-recomendaciones-de-la-ciencia-y-la-legislacion-de-la-ue/

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