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Geografía del desastre

La Agencia Europea del Medio Ambiente publica una serie de mapas de riesgo para todo el continente. En la Península Ibérica, las sequías y el fuego serán las grandes amenazas.
Geografía del desastre
Pantano de Entrepeñas, en Sacedón (Guadalajara). EDUARDO ROBAINA Foto: Pantano2

La crisis climática sigue adelante con paso firme, y afectará prácticamente a todos los rincones del planeta. Sin embargo, el grado y el tipo de los impactos a los que se exponen distintas regiones del planeta son muy diferentes. Lo que para unas personas serán sequías, para otras serán olas de calor. Para unas, incendios. Para otras, inundaciones. La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) ha publicado una serie de mapas con los que, una vez más, vuelve a sonar la alarma climática. Sin una acción decidida y urgente, Europa se enfrenta al desastre durante este mismo siglo. Y la Península Ibérica está, otra vez, en la primera línea de combate.

El doble de sequías

La sequía es la principal amenaza para España y Portugal. Según la AEMA, el riesgo de padecer escasez de lluvias se duplicará para toda la mitad sur de la península entre 2041 y 2070, incluso en un escenario de emisiones controladas. En el peor de los casos, las sequías pueden multiplicarse por 2,5 o más en prácticamente todo el territorio peninsular. Estos datos se presentan en comparación con las sequías sufridas en el periodo 1981-2010.

Riesgo de sequía en la Península Ibérica.
Incremento del número de sequías en un escenario de emisiones normales (izquierda) y altas emisiones (derecha). Imagen: AEMA

La Península Ibérica, y España en particular, es la región europea más vulnerable a la sequía. Otras regiones, como el sur de Italia, Grecia, los Balcanes o Anatolia también se enfrentan a este impacto de la crisis climática, pero en menor grado que nuestro país.

Fuego en el norte

Mientras que la Cornisa Cantábrica sale mejor parada que el resto de la Península Ibérica en el capítulo de sequía, no es así en el de los incendios forestales. El aumento de posibilidad de sufrir fuegos catastróficos también ha sido representado por la AEMA, y el aviso es claro: en un escenario de altas emisiones, todo el norte de la Península Ibérica, desde Galicia hasta el Cabo de Rosas, se enfrenta a un aumento de más del 40% en riesgo de incendios. Este peligro, no obstante, se reduce mucho si las emisiones se ven controladas.

Riesgo de incendios en la Península Ibérica.
Mapa de incendios en el suroeste de Europa en un escenario de bajas emisiones (izquierda) y altas emisiones (derecha). Imagen: AEMA

El peligro de incendios no afecta de igual manera al centro y sur de la Península, donde la vegetación no es tan frondosa. El mapa revela que Francia es el país más expuesto en su conjunto a este tipo de catástrofe. El norte de Escandinavia también se verá muy afectado por el fuego.

Mapas de inundación

Como ha demostrado la reciente borrasca Gloria, nuestro país también es vulnerable a las inundaciones por lluvias torrenciales. Sin embargo, el riesgo de inundación en la Península Ibérica está más relacionado con la subida del nivel del mar que con el aumento de las precipitaciones. Mientras que un control de las emisiones conseguiría detener el aumento del nivel del mar en 40 cm como mucho, seguir emitiendo gases de efecto invernadero como hasta ahora supondría un riesgo de aumento del nivel del mar de hasta un metro en prácticamente toda la costa ibérica.

No obstante, las inundaciones por lluvia y desbordes de ríos no son desdeñables. Como era de esperar, el Levante es la zona más expuesta a este riesgo, con la ciudad de Valencia como epicentro del riesgo.

Riesgo de inundaciones costeras en la Península Ibérica.
Zonas urbanas en riesgo por inundaciones costeras en un escenario de bajas emisiones (izquierda) y altas emisiones (derecha). Imagen: AEMA

Un punto alentador

Como es habitual en los modelos predictivos climáticos, las malas noticias abundan. La crisis climática ya está aquí, y sus efectos ya han comenzado. Está en nuestras manos poner los medios necesarios para que los peores augurios no se hagan realidad.

Sin embargo, de entre los mapas publicados por la AEMA, hay uno con una lectura positiva. La agricultura, una de las actividades más expuestas a la crisis climática, tiene ante sí una gran oportunidad en el continente europeo. Y es que los agricultores pueden ver aumentada su productividad si se adaptan a la nueva realidad climática en prácticamente todo el continente.

Cambio en ingresos de los agricultores en Europa.
Cambio en los ingresos agrícolas en escenarios de baja adaptación (izquierda) y alta adaptación (derecha). Imagen: AEMA

La Unión Europea, responsable histórica de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan la crisis del clima, se ve protegida por su privilegiado nivel económico. Europa, como el resto de zonas ricas del mundo, se puede permitir, a día de hoy, seguir como si nada. Aunque la crisis del clima ya se nota, sus efectos no llegan todavía a la severidad con la que golpean a África, Sudamérica, India u otras regiones empobrecidas del planeta. Pero eso no será siempre así: cada fracción de grado importa, y también Europa, más pronto que tarde, tendrá que acabar mirando de frente a una crisis que ya es una emergencia planetaria.

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