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No todo es cambio climático en la hambruna de Madagascar

Aunque la sequía que ha agravado la hambruna en Madagascar no está impulsada por el cambio climático, su análisis sí ofrece una lección para el futuro del clima.
No todo es cambio climático en la hambruna de Madagascar
La carretera de Betsimienda, en la región de Androy, al sur de Madagascar. Foto: JOEL KOUAM/REUTERS

Pasa a menudo que no todo es cambio climático pero, de una forma u otra, muchos fenómenos tienen relación con el clima. El sur de Madagascar pasa por su peor sequía en 40 años y eso ha llevado a la inseguridad alimentaria a más de un millón de personas. Hace un mes, el Programa Mundial de Alimentos afirmó que podíamos estar ante «la primera hambruna del mundo provocada por el clima». Un análisis científico de la World Weather Attribution concluye ahora que no es el calentamiento global lo que ha impulsado esta situación. El problema fundamental es otro: la pobreza.

Según los datos de esta iniciativa, que trabaja en estudios de atribución, la escasez de lluvias en el sur del país entre julio de 2019 y junio de 2020 no tiene su origen en el cambio climático antropogénico –consecuencia de la actividad humana–. El estudio ahonda en las condiciones vitales de Madagascar, uno de los países más pobres del mundo. El hecho de que el 90% de la población viva por debajo del umbral de la pobreza «dificulta a las comunidades locales hacer frente a cualquier periodo prolongado de sequía, particularmente cuando la agricultura de subsistencia y el pastoreo en la región son de secano», señala el análisis.

Las restricciones por la pandemia de COVID-19, además, han empeorado la crisis, al dificultar que la gente busque trabajo en otras partes del país. No menos importante es el papel que juegan las plagas, como el brote de langostas migratorias que, según la FAO, agrava una situación «ya de por sí terrible».

Una lección para el futuro del clima

Si bien el cambio climático no juega un papel significativo en la hambruna de Madagascar, «los impactos que se viven actualmente en esta región son una señal de advertencia para el futuro», dicen desde la World Weather Atributtion. La mejora de infraestructuras, el fortalecimiento de los sistemas de protección social y la diversificación de oportunidades –argumenta el estudio– serán cruciales si continúa el ritmo actual de calentamiento global.

Según el último informe publicado por el IPCC, un aumento de la temperatura global de 2 ºC por encima de los niveles preindustriales haría crecer las sequías agrícolas y agroecológicas en todo Madagascar, lo que también llevaría a niveles graves de inseguridad alimentaria.

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COMENTARIOS

  1. REPUBLICA DEMOCRATICA DEL CONGO: «Ayudando» a combatir la sequía en el Continente Africano.
    Si la comunidad internacional ayuda a pagar la protección de los bosques de la RDC, el gobierno de la RDC debe comprometerse a su vez a mantener esos bosques inaccesibles para la extracción de la industria maderera. El área de selva tropical en peligro tiene el tamaño de toda Francia, y hay que pensar que su destrucción también podría aumentar el riesgo de futuros nuevos brotes de enfermedades zoonóticas como el ébola y el COVID-19.
    La segunda mayor superficie de selva tropical del planeta se extiende en la cuenca del Congo, en África central. Es el hogar de millones de personas y de una gran diversidad de especies, como chimpancés, bonobos y elefantes de la selva. Estos bosques tropicales almacenan varias gigatoneladas de carbono y contribuyen a preservar el clima global.
    Agencias internacionales han aportado cientos de millones de euros de fondos públicos a la RDC para proteger estas selvas y su fauna. Al menos otros 1.000 millones de euros de ayuda financiera están previstos, a través de por ejemplo el fondo de la Iniciativa Forestal de África Central (CAFI), con el objetivo de ayudar a prevenir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la deforestación.
    Con una moratoria sobre nuevas concesiones para la extracción de madera ha mantenido los niveles de deforestación relativamente bajo control desde que entró en vigor en 2002.
    Lamentablemente, ahora, el gobierno congoleño quiere levantar esta moratoria y abrir las áreas forestales a la industria maderera con nuevas concesiones. Esto impulsaría una imparable deforestación. Abrir el paso a la explotación industrial de millones de hectáreas de bosques vírgenes sería un terrible desastre para el clima, la biodiversidad, el Estado de Derecho y los derechos humanos de las comunidades que viven en dichas selvas.
    Apoyar petición conjunta con Rainforest Foundation UK y Greenpeace Africa, para que se mantenga la moratoria sobre de nuevas concesiones madereras en la RDC.
    https://www.salvalaselva.org/peticion/1246/amenaza-inminente-para-la-selva-tropical-de-la-cuenca-del-congo

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