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Ayer se encaró al alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida en la COP 25. Le afeó que hubiera puesto por delante Notre Dame a la selva amazónica cuando fue preguntado por menores en un programa de televisión. Mario Ágreda es ciudadano de Madrid desde hace más de 30 años y un firme defensor del movimiento indígena de América. Ágreda, que participó en 2015 en el grupo de trabajo sobre poblaciones nativas en la sede de Nueva York de la ONU, reivindica que se escuche su voz en una cumbre que considera “elitista y paternalista”. “Nos han dejado fuera de la zona azul”, lamenta, al tiempo que defiende que “todos los países” reconozcan el ecocidio como un delito.
¿Cómo le dio por enfrentarse al alcalde?
Había visto sus declaraciones en televisión… Lo que le dije fue que no podía hablar de esa manera ni representar con sus palabras a todo el pueblo de Madrid. No puede usar el dinero de los madrileños para salvar una iglesia. Oiga, usted tiene que respetar el medio ambiente porque si no, sus hijos no van a poder respirar.
¿Y qué le dijo él?
Me respondió “eso me pasa por decir la verdad”. La verdad de Almeida es de un concepto de vida diferente. Ser indio no es un hecho racial, es espiritual.
¿Qué está pasando en el Amazonas?
El problema del Amazonas tiene un culpable directo, las empresas cárnicas que proveen a Mc Donalds o a Burger King. De estas tierras se saca la soja que alimenta a los animales que sacian la demanda de carne de todo el mundo. Esto es un ecocidio.
¿Le planteó esto al presidente del Gobierno en funciones, que estuvo el día de antes en la Cumbre?
Los representantes cometen atrocidades. Pedro Sánchez habla desde el punto de vista de la izquierda, junto con Podemos. Pero no hacen nada sobre lo que ha pasado en Murcia, los miles de peces muertos en esas aguas. ¿Cómo pretende el presidente hablar de cambio climático si él no cambia? Que deje de cantar la Internacional y levantar la mano izquierda. Que levante las dos manos. Hay que luchar contra todo tipo de colonización.
¿El cambio climático es de izquierdas o de derechas?
Pongo a la izquierda y a la derecha en el mismo centro, en el epicentro de la realidad. Tienen que consensuar una manera jurídica y legal en el mundo entero para el ecocidio. Lo que hacen las empresas al medio ambiente debe tener un coste jurídico. Pero en España, como en otros países, las multinacionales no asumen los problemas que generan. Esta COP 25 es un fracaso porque no hay una figura fundamental, la jurídica.
¿Se refiere a sancionar a las empresas que lo cometen?
Deben aflorar todos los responsables de esta situación en el mundo. Deben salir a la luz los culpables, empresas que operan en América Latina como Repsol, Coca Cola, Iberia…
Y que expolian sus recursos naturales…
Sudamérica, que es el primer pulmón del mundo tiene unas reservas naturales que muchos quieren. El 31% de las reservas de agua potable [según el Banco Mundial] y el litio. Es momento de hablar del litio [Latinoamérica tiene el 85% de las reservas], para cuya extracción se necesitan miles de litros de agua y arruina la economía local indígena.
¿Y cómo se frena esto?
Pedimos que haya un cambio y todos se sumen a buscar la metodología jurídica para frenar a las empresas que hacen daño al pulmón de la humanidad.
¿Cómo pueden defenderse ustedes?
Hay que hacer un análisis global y saber a qué nos enfrentamos. Y aunque a los hermanos y hermanas les guía la misma cosmovisión, les pido que miren en conjunto cuál es la situación y cómo podemos frenar esto. Va a haber un genocidio natural, desplazamientos de los pueblos por el agua y por la tierra en nombre del progreso y la civilización.
¿Su voz se escucha en los organismos internacionales?
Ha habido momentos en que nos hemos tenido que plantar ante la ONU para que nos dieran la palabra. Hablan de nosotros sin nosotros. En 1977 se mantuvo la primera conferencia sobre indígenas en las Naciones Unidas [cuyos participantes, ya ancianos, volvieron a Ginebra en 2013] y siempre hemos hablado de la “madre tierra”, de sus derechos y de los principios que la protejan. Sabemos de medio ambiente y de desarrollo, estamos dando la voz de alerta, pero no tenemos presencia en la zona azul [la zona más restringida de la COP, donde se llevan a cabo las negociaciones]. Nos quieren alejar de los focos, no nos dejan participar en esta transformación. Los indios tienen que poder hablar también en la COP.
¿Cree que hubieran tenido más presencia si el evento hubiera sido en Chile?
No creo que de haber sido allí se hubiera hecho más hincapié en lo indígena, no.
¿Creen que la relación de los indígenas con la naturaleza es distinta de la del resto del mundo?
Para nosotros la naturaleza no existe. Lo que existe es la relación que tenemos con ella.
¿Cree que la salida del Gobierno de Evo Morales en Bolivia es un retroceso para los indígenas?
Evo Morales se ha equivocado. Cuando llamó al pueblo de Bolivia para un referéndum y vio los resultados, debería haberse retirado, si es que cree en la democracia. Aquí todas las ideologías juegan sucio.
O sea, que todas tienen intereses…
La estructura del poder del mundo debe cambiarse. No es cuestión de cambio climático, sino de cambio de sistema. No se puede hablar de cambio climático sin exigir responsabilidades a los que provocan el problema.
¿Y por dónde les recomienda empezar?
Por elaborar conceptos jurídicos que no existen. El problema no son las empresas, sino la violación de los derechos humanos por su parte. Por eso debe haber mecanismos que frenen el avance de aquellos que están involucrados en ecocidio. Alemania, por ejemplo, está dando pasos.
¿Le está gustando la Cumbre?
Abordan el cambio climático con paternalismo, no se preocupan por la gente.
¿Por ejemplo…?
No han tenido en cuenta el enorme esfuerzo económico que ha hecho la gente por venir aquí. Se ve, entre otras cosas, en los precios de la comida en el recinto. ¿Y los patrocinadores? ¿Cómo puede ser que Endesa, que es una eléctrica, patrocine, cuando hay mucha gente que no tiene para pagar la luz en España? Es todo muy contradictorio.